La última vez que Brasil jugó como local en un Mundial una derrota 2-1 ante Uruguay terminó con las esperanzas de ganar su primer título planetario y dejó al país sumido en un estado de luto.
La última vez que Brasil jugó como local en un Mundial una derrota 2-1 ante Uruguay terminó con las esperanzas de ganar su primer título planetario y dejó al país sumido en un estado de luto.
Cuando los brasileños enfrenten esta tarde a Croacia en el partido inaugural de la Copa del Mundo, 64 años después de esa inolvidable derrota, la presión por ganar será enorme.
Si bien las posibilidades de Brasil no acabarán con una derrota ante Croacia en el Arena Corinthians, esto mermaría los ánimos de un país de 200 millones de habitantes que espera que el equipo local gane cada una de sus presentaciones durante el torneo.
Nada, excepto un sexto título, será suficiente. Los augurios para un resultado positivo frente a Croacia son buenos, ya que ningún anfitrión ha perdido su primer cotejo en un Mundial.
Brasil es favorito, no sólo debido a su gran registro en los mundiales, sino también porque el equipo dirigido por Luiz Felipe Scolari ha ganado 15 de sus últimos 16 partidos, incluyendo cinco consecutivos para conquistar la Copa Confederaciones el año pasado.
Scolari no tiene lesionados y salvo por alguna sorpresa, el equipo para enfrentar a Croacia es el mismo que venció a España en la final hace 12 meses. Las esperanzas descansan en Neymar, que parece estar a la altura cuando viste la casaca de su selección.
Croacia perdió a varios jugadores. El suspendido defensor Josip Simunic y el lesionado Ivan Strinic fueron descartados antes de que el técnico Niko Kovac designara los 23. El lateral izquierdo Danijel Pranjic no jugará hoy por un esguince de tobillo, mientras que Gordon Schildenfeld está en duda. Y ayer el volante Ivan Mocinic debió regresar a su país porque aún no logró recuperarse de una lesión en el tobillo. Milan Badelj será su reemplazante.