La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, le reprochó ayer al kirchnerismo haber dejado "demasiado solo" al vicepresidente Amado Boudou tras su procesamiento, mientras el ex presidente Eduardo Duhalde dijo saber "lo que piensan" varios ministros sobre el caso que, indicó, es "una vergüenza para el país".
Además, Duhalde afirmó que no tiene "absolutamente nada que ver" con la empresa Boldt, que imprime papelería oficial, y tomó distancia de la causa en la que se investiga al vicepresidente por el salvataje de la empresa Ciccone.
Días después de que el oficialismo rechazó los proyectos opositores para iniciar un juicio político contra el ex ministro de Economía, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo cuestionó la firmeza del kirchnerismo en su apoyo a Boudou.
"Me parece que lo dejaron demasiado solo. Cada uno sabe lo que hace en la vida, con quien se compromete y con quien no", sentenció Bonafini, quien además pidió que "la Justicia avance" con la causa Ciccone "pero de verdad, que no sea una Justicia comprometida con el otro lado".
Bonafini comparó la situación con la negociación del gobierno con los holdouts, al sostener que "el apoyo" internacional "es importante pero también tenemos que tener firmeza nosotros" porque "todos nos apoyan pero nos apoyan hasta ahí y es como con Amado (Boudou)".
Consultada sobre si faltó un apoyo explícito de sectores kirchneristas tras el procesamiento de Boudou por cohecho y negociaciones incompatibles, respondió: "Claro, para mí lo dejaron demasiado solo".
Bonafini también cargó contra el juez federal Ariel Lijo por haber participado de la celebración del 4 de Julio en la embajada de los Estados Unidos y añadió que "por algo es que Lijo fue, como todos dicen, el «rey de la fiesta»".
En tanto, Duhalde indicó que tiene relación muy cercana con muchos ministros del gobierno y que sabe qué opinan de Boudou, aunque no lo digan públicamente.
"A veces digo, ¿por qué no reaccionan? Quizá porque hoy no hay una densidad dirigencial como había en otro momento en la vida de la Argentina, todos se callan y siguen", sostuvo el ex presidente.
Sobre la acusación de Boudou de que él le dio la impresión de los padrones electorales y papeles de seguridad para Lotería de la Nación a la empresa Boldt "y, por lo tanto, está atrás de toda la operación mediática" del caso, Duhalde respondió que se trata de "un relato" del vicepresidente.
Al respecto, afirmó que "el relato del kirchnerismo está destinado a desaparecer en poco tiempo" y agregó que "dentro de ese relato hay pequeños relatos, micro relatos que son absurdos" y que lo "sorprenden".
"Yo tengo una característica, yo no me he hecho amigo ni de artistas, ni de jugadores de fútbol, ni de empresarios durante mi gestión", enfatizó el ex gobernador bonaerense del menemismo.
Y, respecto de sus diálogos con funcionarios, dijo: "No digo todos, porque no hablé con todos, pero lo que opinan los ministros del Ejecutivo nacional de este hombre... Bueno, es una vergüenza para el país".
Esa situación vergonzosa la señaló "por el deterioro y la degradación que significa para la política", pero también "es una degradación que va a llevar la Argentina en el plano internacional y en el regional, donde se conoce bien esto".
Llamados
La defensa de Boudou afronta un nuevo desafío en el marco de la causa por la compra de Ciccone: a los elementos que lo involucran, el juez Ariel Lijo le sumó la pista de un teléfono que podría probar los vínculos de los procesados por la venta de la empresa. En escena entra ahora Rodolfo Usuna, propietario del número telefónico desde el que se hicieron más de 900 llamadas a Nuñez Carmona, Vandenbroele y Renswick Brenner, en días decisivos de un caso que conmociona a nivel político y social.