Lo que aparecía como una posible recuperación para Boca terminó siendo una confirmación de que está atravesando un paupérrimo momento. Porque volvió a mostrar una imagen tibia y deslucida que lo condenó a una nueva derrota, la tercera en cuatro fechas. Cayó sin atenuantes como visitante frente a Estudiantes, que también necesitaba un triunfo para enderezar el rumbo, por un incuestrionable 3-1 que facilmente pudo ser más abultado. Y por consiguiente el entrenador Carlos Bianchi no pudo acallar los cuestionamientos que viene recibiendo desde la temporada pasada.
Un tanto del mediocampista Correa, a los 5’, y dos del delantero uruguayo Correa, a los 21’ y 39’ le dieron tranquilidad al Pincha, que recién sufrió el gol en su arco a los 89’ tras la conquista del delantero Calleri.
El xeneize sigue sin encontrar el rumbo. Sigue sin encontrar el juego colectivo que buscó el Virrey con una gran cantidad de contrataciones y un desembolso millonario por parte del club. Fue ampliamente superado por el dueño de casa, que liquidó el partido en el primer tiempo. Tanto por su supremacía en el campo de juego como por la ventaja de tres goles que consiguió antes de irse al descanso.
Lo mejor del encuentro se vio en el período inicial. Ahí Estudiantes mostró un buen juego colectivo ante un Boca que nunca pudo articular sus piezas para llevar peligro al arco defendido por Silva.
El equipo de Pellegrino pegó de entrada y manejó el partido con suficiencia. Así fue arrinconando a los de Bianchi, que nunca le encontraron el partido.
Con el correr de los minutos el local comenzó a jugar el partido que más le convino y sacó provecho de esto. Estiró la cuenta cuando mediaba el primer tiempo y consiguió la tripleta sobre el cierre del mismo.
Por lo visto el partido estaba totalmente liquidado. La pregunta era cuántos goles más podría hacer el Pincha.
Pero en el complemento cambió la historia. Aunque no demasiado. Estudiantes siguió mandando en las acciones, y Boca se metió en el fondo intentando no sufrir una goleada histórica.
Así transcurrió el epílogo. Con un partido chato donde Estudiantes valoraba la ventaja ante un rival que no le generaba ningún tipo de amenaza.
Recién en el final Boca tuvo una alegría. El descuento llegó, pero sólo sirvió para decorar el resultado. Así el apuntado fue nuevamente el Virrey Bianchi, quien parece que ya no se sostiene con el palmarés que cosechó en el xeneize en ciclos anteriores.