Puertas para adentro hay conflictos. Y eso se refleja hacia afuera. Esa es la realidad que le
toca vivir a Boca, que atraviesa los desencantos de haber tenido una temporada para el olvido. En
el búnker xeneize las cosas no están bien. El entrenador Alfio Basile está de vacaciones y el
manager Carlos Bianchi intenta digerir una nueva crítica del vice presidente Juan Carlos Crespi.
Entonces, ante ese cuadro de situación el tema refuerzos entró en un impasse.
En ese mar de incertidumbre quedaron inmersas las negociaciones por el volante canalla Jesús
Méndez (ver Central).
La dirigencia de Boca esperaría unos días más para volver a insistir por Méndez, aunque haber
metido al arquero Roberto Abbondanzieri en la negociación, supuestamente sin consultar con el
jugador, habría arrimado cierto malestar en el experimentado arquero.
Ante la alternativa de desprenderse del Pato, surgió el nombre de Mariano Andújar, de buen
contrato con Catania, dueño del pase que aún no recibió propuesta oficial alguna.
Como alternativas trascendió el nombre de otro volante central, Juan Mercier, sobre todo ante la
posibilidad de que se extienda la inactividad por lesión Sebastián Battaglia, uno de los pilares
del equipo.
Sigue sin haber propuestas por los defensores centrales del xeneize, una línea que sí o sí el
Coco Basile quiere reforzar. Los paraguayos Julio Cáceres y Claudio Morel Rodríguez están en la
primera línea de los ofrecimientos, en parte por el flojo rendimiento que tuvieron, en especial el
primero de ellos, y porque ocupan plaza de extranjeros.
Otra de las alternativas es desprenderse del colombiano Breiner Bonilla, que casi ni jugó y
ahora se recupera de una lesión.
Por otro lado, entre hoy y mañana el volante ofensivo Matías Giménez, de último paso por Tigre,
rubricará el contrato que lo ligará a Boca Juniors, tras terminar de acordar algunos puntos de los
documentos.