El gobernador Hermes Binner no demoró en traslucir en gestos concretos la jugada
anunciada el pasado sábado en el cónclave socialista de involucrarse en la maratónica saga
proselitista que se avecina. Ayer el mandatario se probó el traje de campaña para recibir en la
Casa Gris al dirigente cordobés y referente del Partido Nuevo Luis Juez, con quien no anunciaron
por el momento ningún acuerdo electoral, pero no escatimaron elogios mutuos al brindar juntos una
conferencia de prensa al concluir el encuentro desarrollado en horas del mediodía en la sede del
gobierno santafesino.
Como muestra del tinte electoral del encuentro de ayer, el titular del Ejecutivo
provincial estuvo acompañado por el presidente del PS y candidato a la reelección en el Senado
nacional en las elecciones del próximo 28 de junio Rubén Giustinniani, el titular de la Cámara baja
santafesina, Eduardo Di Pollina y el diputado provincial Sergio Liberatti.
"El socialismo integra el Frente Cívico y Social de la provincia de Córdoba por
eso hemos venido con nuestras autoridades y legisladores a analizar con el gobernador Binner
problemáticas en común para los cuales, si somos inteligentes y si nos ponemos de acuerdo, podemos
tener soluciones en común", sostuvo el dirigente cordobés.
Si bien formalmente no hubo anuncios de ningún acuerdo ni alianza política, que
además resultaría prematura con vistas a una elección como la del último domingo de junio que no
será presidencial, sino parlamentaria y con sus particularidades en cada provincia donde se
disputarán las bancas al Congreso, los guiños que se prodigaron en público los otrora dirigentes de
la fracasada movida transversal kirchnerista excedió el mero carácter protocolar.
Así mientras el gobernador Binner resaltó a su visitante como "una
extraordinaria persona" con "dignas aptitudes para gobernar" y juzgó que el ex intendente es
"merecedor del voto de los cordobeses"; para Luis Juez el mandatario santafesino es "un tipo
honorable, austero y decente, que hizo de la ética un estilo de vida y está haciendo una
maravillosa gobernación por eso me hubiera gustado tenerlo en mi provincia", devolvió gentilezas el
dirigente mediterraneo como para que no quedaran dudas del grado de afinidad política entre ambos
dirigentes.
Con semejante muestras de admiración, dejaron entreabierta además las puertas de
una eventual sociedad política entre el socialismo y el Partido Nuevo de cara a las presidenciales
del 2011 luego de que ambos midan fuerzas en sus respectivos distritos.
"En esta campaña —precisó Juez— las elecciones son locales y no hay
transferencia de prestigios, cada uno pierde con su propio prestigio o desprestigio. Por eso
estamos explorando acuerdos en temas comunes a Santa Fe y Córdoba y que exceden lo proselitista,
como por ejemplo la posibilidad de encarar juntos problemas como los de la cuenca lechera, un
sector que hoy se encuentra al borde de la extinción".
Fiel al sello histriónico que le imprime a sus intervenciones públicas, Luis
Juez le dejó "dos docenas de huevos de los amarillos que son más caros", a Binner, simbolismo con
el que el cordobés financia su cruzada proselitista para desplazar al delasotismo —como el
define a la continuidad de las últimas gestiones en la Casa de las Tejas— en las inminentes
elecciones provinciales cordobesas.
"Esperamos arrasar con una elección espectacular en Córdoba que nos permita
cicatrizar las heridas de una elección fraudulenta", dijo en alusión a su derrota a manos del
actual gobernador Juan Schiaretti en las cuestionadas elecciones de 2007.
Antes de dejar Santa Fe, Juez no se privó de incursionar en la elección
santafesina y ensayó un contundente apoyo al socialismo santafesino al renovar sus críticas al
contrincante de Giustianinni en la decisiva compulsa del 28 de junio.
"Votar por Reutemann es votar por el pasado y creo, como dijo el gobernador
Binner, que Santa Fe debe pensar en el presente y en su futuro. Sería maravilloso poder establecer
una nueva mayoría en el Senado con legisladores como Giustinianni", sentenció el cordobés.