El gobierno provincial debió elegir ayer por el menor de dos papelones. Optó por
no ungir secretario de Seguridad Pública al ex jefe policial José Luis Giacometti. La decisión
—que el nuevo ministro de Seguridad, Alvaro Gaviola, no pudo explicar— impidió el
escándalo de una renuncia en masa de los demás secretarios de esa cartera que se opusieron a la
designación de Giacometti tras conocerse su nombre, oficialmente anunciado en horas de la mañana
por el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti.
Conocida la renuncia formal del ex ministro Daniel Cuenca y de su segundo, el ex
secretario de Seguridad Pública Carlos Iparraguirre, la Casa Gris llamó a una conferencia a las 10
en la que el gobernador Hermes Binner revelaría los nombres de los reemplazantes.
Ese contacto del gobernador con la prensa se suspendió sin mayores explicaciones
y en su lugar, una hora más tarde, el ministro de Gobierno y su segundo, Carlos Drisum, enfrentaron
los micrófonos en el salón Blanco de la Casa Gris. Anunciaron los nombres de los nuevos ministro de
Seguridad y secretario de Seguridad Pública, Gaviola y Giacometti, respectivamente, y que el acto
de asunción de ambos se llevaría a cabo en horas de la tarde.
Rebelión. Entre las 11 y las 17, hora del acto en que finalmente sólo asumió
Gaviola, se rebelaron los demás integrantes del equipo de Seguridad de la administración Binner que
objetaron la incompatibilidad ideológica del grupo, y del gobierno, con Giacometti, un policía de
mentalidad clásica y, como se pudo leer días pasados en declaraciones periodísticas suyas, un
fuerte opositor del modelo chileno de juzgamiento que se quiere instaurar en la provincia.
Giacometti, quien tiene ascendencia sobre amplios sectores de la policía, se
habría convertido en el hombre fuerte del Ministerio de Seguridad por la dinámica de los hechos y,
sobre todo, por la carencia de formación y experiencia en la materia que tiene Gaviola.
Frente a ello reaccionaron los secretarios de Seguridad Comunitaria, Enrique
Font; de Asuntos Penitenciarios, Leandro Corti; y de Control de las fuerzas de seguridad, Gonzalo
Armas, quienes le hicieron saber a Bonfatti que no impugnaban la persona del ex jefe pero advertían
sobre la incompatibilidad derivada de modelos antagónicos de gestión de la seguridad pública, que
inevitablemente se expresarían a poco andar, colisionando de modo irremediable.
Los funcionarios citados llegaron incluso a dar a entender que ni siquiera se
harían presentes a la ceremonia de asunción del nuevo ministro.
La sucesión. El acto, con un salón Blanco muy lleno y que, inusualmente,
despidió a Cuenca e Iparraguirre con una verdadera ovación de pie, fue breve y buscó disimular las
disidencias internas. Al comienzo para despedir a Cuenca y a posteriori de su jura para recibir a
Gaviola habló el gobernador. En el medio juró el nuevo ministro por la Constitución y las leyes
prometiendo dar continuidad a la gestión iniciada por su antecesor recordando provenir de un mismo
equipo de gobierno.
Gaviola, joven y prestigioso abogado santafesino, se venía desempeñando desde la
asunción de la administración socialista como director del Registro Civil de Santa Fe.
Palabras cruzadas. Tras jurar, Gaviola ofreció una conferencia de prensa en la
que dejó en claro que la suerte de Giacometti quedó en el anuncio matutino.
—¿Por qué no asumió Giacometti?
—Primero me tengo ir interiorizando de todos los miembros del equipo. Ya
habrá tiempo para las demás cuestiones.
—¿Lo ratifica como futuro secretario de Seguridad?
—Es una hipótesis que se trabajó esta mañana pero ya vamos a resolver. No
hay ningún apuro para ello.
—No fue una hipótesis, fue un anuncio formal y público del ministro de
Gobierno.
—Ya le acabo de contestar que lo primero que haré es tomar contacto con
todos los miembros de mi gabinete y luego trabajaremos.
—¿Los otros secretarios de su cartera se opusieron a la designación de
Giacometti?
—Le acabo de decir que me voy a reunir en detalle con ellos y luego lo
vamos a resolver.
—¿No es cierto que ellos le hicieron saber sus objeciones al ministro de
Gobierno?
—No me consta.
—¿Hay alguna denuncia sobre Giacometti?
—No, que yo conozca.
—¿Usted lo conoce personalmente a Giacometti?
—Tengo referencias de él.
—¿Pudo haber estado presente en este acto?
—Ya le dije que me voy a reunir con mi gabinete. Vamos a conversar sobre
qué está desarrollando cada uno en su área y luego tengo tiempo para ir resolviendo la
continuidad.
—Entonces, ¿Giacometti no está designado?
—Ese tema ya lo respondí tres veces.
—Pero no es demasiado claro, dado que se trata de quien va a ser su segundo. Es
importante en su gabinete.
—Todos los cargos son importantes. Obviamente este también y ya lo voy a
resolver oportunamente.
—¿Cuál es su experiencia en seguridad?
—He estado desde el inicio en el Cemupro participando del gabinete
jurídico. Estoy al tanto de los programas que ha estado llevando adelante el ministro Cuenca.
—¿Qué ideas tiene sobre seguridad?
—Que es un tema de alta preocupación en la sociedad y que iremos tomando
las medidas consecuentes para resolverlo.
—¿Habrá cambios en las cúpulas policiales?
—Eso lo iremos resolviendo en los próximos días.