Ucrania tuvo ayer un día que podría preludiar la temida guerra civil. Hubo al menos 35 muertos en la ciudad de Odessa durante violentos choques callejeros entre manifestantes prorrusos y proucranianos. Casi todos los muertos se produjeron al ser incendiada con bombas molotov una sede sindical; a su vez en la oriental ciudad de Slaviansk se registró un número indeterminado de víctimas cuando tropas ucranianas atacaron a milicianos prorrusos en combates a gran escala. La de ayer fue la primera jornada con gran cantidad de víctimas desde que en febrero comenzó el conflicto. Ucrania perdió en marzo la península de Crimea a manos de Rusia, que apoya a los separatistas prorrusos. La mitad este y el sur de Ucrania tienen mayoría de población rusohablante, aunque no todos son partidarios de unirse a Rusia.
Al menos 34 personas murieron en la ciudad portuaria de Odessa al incendiarse un gran edificio sindical que fue atacado con bombas molotov. Manifestantes prorrusos que habían atacado a tiros una marcha por la unidad de Ucrania se refugiaron en el edificio, llamado Casa de los Sindicatos, al que los partidarios de Kiev prendieron fuego. Treinta y una personas perecieron por asfixia o al lanzarse por las ventanas. Poco antes, cuatro personas habían muerto y 40 fueron heridas en choques durante la manifestación convocada por los partidarios de Kiev y que fue atacada por prorrusos armados y enmascarados. Odessa había permanecido tranquila hasta ahora.
Combates.En tanto, en el este ucraniano, donde decenas de ciudades y pueblos están tomados hace semanas por paramilitares prorrusos, Ucrania lanzó una anunciada ofensiva sobre Slaviansk, él más fuerte bastión de los separatistas. Estos derribaron dos helicópteros ucranianos, matando a un piloto y a otro tripulante. Las tropas ucranianas, a bordo de blindados, rompieron sin embargo la cintura defensiva de los separatistas e ingresaron a la ciudad de 120.000 habitantes. Los separatistas dijeron que los soldados ucranianos mataron a tres de sus combatientes y a dos civiles cuando ingresaron a Slaviansk, mientras que el Ministerio de Defensa ucraniano informó que además de los dos tripulantes de los helicópteros derribados murieron otros dos oficiales cuando los separatistas los atacaron. Pero la información era confusa, mientras las operaciones continuaban, algo que podría derivar en un baño de sangre en Slaviansk. Esta ciudad es controlada por un grupo separatista radical que contaría con apoyo armado de Rusia. Los separatistas han llamado la atención de los medios y analistas por lucir armamento y equipamiento propio de fuerzas regulares, antes que de una milicia civil improvisada.
Las tropas de Ucrania también atacaron en Kramatorsk, donde hubo "varios" muertos y heridos según la agencia Ria Novosti. Kramatorsk se encuentra en la región de Donetsk, a unos 20 kilómetros al sur de Slaviansk.
El Kremlin reaccionó diciendo que Kiev "acabó con el pacto de Ginebra". En Slaviansk, según la agencia AP, la mayoría de los comercios estaban cerrados y los pocos que continuaban abiertos estaban llenos de clientes tratando de comprar todo lo posible para tener provisiones.
El presidente de Ucrania, Aleksander Turchynov, declaró en un discurso a la nación que "muchos" insurgentes fueron abatidos o heridos durante la ofensiva en curso. Ucrania señaló que el derribo de uno de sus dos helicópteros desmiente a Rusia cuando asegura que la rebelión es espontánea y que sólo hay "ciudadanos armados". Según Kiev, uno de sus helicópteros fue derribado con un misil tierra-aire, un tipo de arma que indica la presencia de un arsenal avanzado y de soldados entrenados para usarlo.
El portavoz del presidente ruso Vladimir Putin acusó a Kiev de "disparar contra civiles desde el aire" en una "acción punitiva" que hunde el acuerdo firmado en Ginebra entre las partes. Moscú tiene decenas de miles de soldados apostados en la frontera y ha reclamado su "derecho" a invadir Ucrania si los habitantes de habla rusa son agredidos. Moscú niega cualquier vínculo con los rebeldes, aunque las evidencias en sentido contrario se acumulan.
Kiev alegó que se vio obligada a actuar debido a que los milicianos prorrusos ponían "a los civiles en peligro, tomando rehenes y creando una atmósfera de terror y violencia". Periodistas de Reuters en Slaviansk escucharon disparos y vieron a un helicóptero abrir fuego antes del amanecer. Ya avanzado el día, la ciudad estaba mayormente tranquila, con negocios cerrados y los separatistas armados en control de las calles. Las fuerzas ucranianas en vehículos blindados avanzaron y se posicionaron en los suburbios, aunque los rebeldes mantenían el control de la ciudad según Reuters. El presidente de Ucrania, Aleksander Turchinov, dijo que la operación se había complicado porque los separatistas utilizan "escudos humanos".
Pero las probabilidades de una escalada tendrían sus límites objetivos. "Hasta ahora las fuerzas de seguridad ucranianas no están listas para acciones militares de gran escala; además, ese tipo de acciones podrían provocar una invasión rusa", dijo el analista político Volodymyr Fesenko en Kiev. Rusia tiene a decenas de miles de efectivos a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania. Rusia ha desplegado un imponente orden de batalla del otro lado de la frontera. Tres brigadas de tropas especiales "Spetnaz" y varias divisiones de paracaidistas, así como de tanques y de infantería blindada, conforman un fuerza de combate a la que difícilmente puedan oponerse con éxito las débiles fuerzas ucranianas, ya desplegadas igualmente en el este ante la eclosión de grupos separatistas prorrusos.
Advertencia occidental. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, advirtieron a Rusia que sufrirá nuevas sanciones, esta vez en sectores clave de su economía, si interfiere con los planes de Ucrania para realizar elecciones el 25 de mayo. Los dos gobernantes hablaron en forma conjunta en los jardines de la Casa Blanca, tras una reunión que estuvo dominada por la situación de Ucrania. Pese a esta enésima advertencia, EEUU y Europa están profundamente divididos sobre Ucrania. La elección del 25 de mayo debe elegir al sucesor del presidente Viktor Yanukovich, un prorruso aliado de Putin destituido tras manifestaciones masivas en Ucrania entre noviembre y febrero pasados.