A casi una semana del endurecimiento de las restricciones dispuestas por Omar Perotti, y a cinco días de la vuelta a Fase 1, la situación sanitaria muestra algunos incipientes síntomas de mejoría, producto principalmente del notorio descenso de la circulación vehicular. Hay una leve baja de la ocupación de camas UTI producto de la caída de la siniestralidad, pero la cantidad ocupadas por pacientes Covid sigue por las nubes. De hecho, ese número es hoy más alto aún que el que hubo en el peor momento del año pasado.
Según el municipio, las camas críticas oscilaron entre el 97 y 99 por ciento en los últimos días en el sistema público de Rosario, mientras que el privado bajó ayer al 86 por ciento. Para la provincia, que toma un mayor número de efectores en el cálculo, este martes estaba en un 91 por ciento de ocupación en Rosario, descenso producido por la baja de todas las patologías no Covid. Para ver qué impacto tiene sobre la presión al sistema, habrá que esperar que se cumplan al menos 10 días.
Sin embargo, la ocupación Covid sigue muy alta: 50 por ciento en el público y 63 por ciento en el privado. “Bajó el porcentaje de ocupación a expensas de las causas que no tienen que ver con el virus”, apuntó Carolina Subirá, infectóloga del Grupo Oroño e integrante del comité de expertos que asesora a la provincia, quien lo atribuyó a que cayó la circulación de personas y con ello la siniestralidad.
Durante el pico del año pasado, el 21 de octubre cuando Rosario tuvo el anterior récord de contagios con 1.375 casos en un día (el promedio era 1.030 diarios), las camas críticas estaban ocupadas al 89 por ciento, de las cuales el 44 por ciento eran Covid. Hoy la cifra ronda el 50 por ciento hace varios días, con un promedio de 930 casos la última semana, aunque el viernes se rompió el récord con 1.380 positivos en un día.
“El giro de cama (la desocupación y entrada de otro paciente) en UTI de los internados por motivos no Covid es mucho más rápido. Pero el lunes a la noche había tres camas libres de terapia de adultos para infectados en el privado. Dos tercios de las camas críticas de adultos es Covid”, amplió la médica.
La accidentología se resuelve frecuentemente en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, donde se registró una merma de las víctimas de choques, que aún no llega a descomprimir lo suficiente. “Hay una importante baja de ingresos por siniestros en vía pública, pero aún no impactó de manera importante. Seguimos al límite”, comentaron desde el Heca. Es decir: si hubiera circulación de personas y vehículos sin ningún tipo de restricciones, la situación sería sin dudas más complicada que la actual.
Para la especialista del Grupo Oroño, “es muy precoz para ver un descenso o hablar de estabilidad. Los parámetros epidemiológicos siguen mostrando circulación viral alta. Las personas que se contagiaron hasta el día de inicio de las nuevas restricciones están incubando o iniciando los síntomas Y si requieren internación lo veremos después del séptimo al décimo día”, explicó.
“No alcanza con esta baja. Hay que seguir aislados al menos hasta el 31 de mayo, después habrá que ver cómo sigue. Esperamos muchas vacunas. Para ver el verdadero impacto, deberemos esperar entre 10 días y 15 días”, aportó Miguel Cappiello, ex ministro de Salud y miembro también del comité de expertos.
Omar Perotti dijo que el 31 de mayo, una vez que termine el cierre dispuesto por Nación, la provincia volvería a las restricciones que comenzaron a correr el jueves: sin clases ni deportes, circulación vehicular de esenciales, comercios hasta las 17 y bares hasta las 19. Pero además, en el decreto dice que el fin de semana siguiente, 5 y 6 de junio, habrá Fase 1 de nuevo.
Al respecto, Subirá consideró que luego de este período de 10 días se deben analizar los parámetros y ver si se logró el impacto deseado y necesario para descongestionar la capacidad de atención del sistema de salud. “Caso contrario, debería plantearse un nuevo período concreto de medidas con circulación mínima de personas”, advirtió.