Detrás del escenario, entre bastidores, backstage o entre bambalinas. Cómo
quiera que se la llame, la idea es contar qué se vio y oyó durante el agasajo a los Personajes del
Año 2008 que el viernes por la noche se celebró en La Capital. Acá van algunas perlitas.
Como no podía ser de otro modo, la primera invitada en llegar fue Solange
Picciau Loinaz, la mejor promedio (9,49 puntos) del Liceo Aeronáutico Militar de Funes.
Puntualísima y formal, con uniforme de gala blanco y rodete, confesó que no siempre se la ve así.
Cuando está de entrecasa o con sus amigas, se suelta el cabello, camina descalza y en jeans,
escucha reggaeton y hasta juega al fútbol.
El director del Coro Estable de Rosario, Cristián Hernández Larguía, fue uno de
los más bromistas. Los fotógrafos le pidieron que hiciera como si estuviera dirigiendo, y retrucó:
"Bueno, pero ustedes canten bien".
Derna Isla, la artífice de la orquesta Vibrato del barrio Ludueña, también
provocó risas. Recordó que vivió varios años en un edificio pegado a La Capital y que, una
tarde, una secretaria le pidió que dejara de tocar el violín porque estaban entrevistando a un
político y nadie escuchaba nada.
Sin dudas, de los 16 personajes, la figura más polémica fue la del presidente de
Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi. Y lo admitió. "Hace pocos días unos chicos de la
juventud
kirchnerista me cruzaron en San Martín y Córdoba y me dijeron de todo menos lindo",
recordó.
La que robó todas las miradas fue la modelo de 17 años Florencia Genaro. No sólo
por su belleza, sino por su altura (1,83 metro), su mínimo vestido azul y la longitud de sus
piernas. Y el que también robó, pero todos los aplausos de pie, fue el médico Augusto Mercau. Llegó
último a la cita, pero se lo aguardó con respeto y orgullo. Venía de la Facultad de Medicina, de
entregarle el diploma, también de médico, a su nieto Sebastián.
Mario Sosa no se despegó de su violín y regaló una breve interpretación de
"Noche de paz". "Me olvido de que tengo 75 años porque en las dos orquestas que integro tengo
compañeros de 30", dijo.
Y hubo un invitado que festejó, pero no como hubiera querido. Leonardo Vidal,
recientemente trasplantado, dijo bromeando: "Alcé la copa de champán sólo para la foto, pero hasta
dentro de un mes no puedo probar nada de alcohol, sigo inmunodeprimido. Voy a pasar las fiestas con
ley seca". l