Bellas, atractivas y divertidas. Así se mostraron Laura Azcurra, Victoria Onetto y Celeste García Satur en la redacción de La Capital. Pero los tres adjetivos del comienzo de la nota no tienen nada que ver con ellas en su imagen de madres primerizas. Al menos, así lo confirmaron al unísono las tres actrices que vienen a presentar hoy, a las 20.30, "Postparto", en Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza). Ellas sobrevivieron a ese desafío, y están aquí para contarlo.
Azcurra está radiante, como siempre. Dice que su experiencia en "Pura Química" fue inolvidable y que anda "en mil proyectos", entre ellos, un nuevo programa de televisión, una película, dirigida por Sebastián de Caro, llamada "20 mil besos" y, claro, su eterna pasión como profesora de flamenco, que viene detrás de la que siente por su hijo Marco, de 6 años.
Onetto impacta por su look sensual, con labios carnosos y una apariencia de come hombres. Sin embargo, casada con el músico rosarino Juan Blas Caballero, está a full con su hija Eva, también de 6 añitos, y se siente muy comprometida con la obra que debuta hoy en Rosario. "Me llaman para hacer de sex symbol, pero digo que no, eso ya pasó", afirma.
Celeste tiene el apellido del inolvidable protagonista de "Rolando Rivas, taxista". Y se sorprende gratamente cuando se le recuerda qué buena novela era "Mi hermano Javier", que encabezaba su padre junto con Juan José Camero. Mamá de Camilo, de 4 años, confiesa lo difícil que era que le entiendan que hubo momentos en que "quería tirar al chico por la ventana". Y por allí transita el camino de "Postparto", que no casualmente se subtitula "Nunca nadie te dijo que tener un hijo iba a ser así".
Arranca Onetto: "Postparto, como dice la palabra, es la historia de tres mujeres que, a través de sus vivencias, cuentan qué nos pasa después de ser mamá, cuál es la relación con el bebé, con su pareja, con el trabajo. Vamos planteando muchos temas desde un lugar de mucho compromiso y de mucho humor".
García Satur aporta lo suyo a la hora de contestar cuánto hay de humor y cuánto hay de drama en esta relación madre-hijo: "Parece un drama, pero nosotras convertimos esto en una experiencia divertida. Pero lo cierto es que una puede divertirse cuando tomás distancia, porque mientras lo atravesás no es fácil, una recién ahora se puede reír".
Y Azcurra no se queda atrás: "Todas las actrices que hacen estos personajes deben ser madres para interpretarlo y haber pasado por esto. Yo no tengo ningún prejuicio como actriz, puedo hacer de asesina, de maldita, de lo que sea, pero la llegada de un hijo es un estado emocional tan fuerte, que hay que transitarlo par poder contarlo". Y completó: "Las tres hacemos personajes muy distintos, pero hay un momento en que cada una cuenta una historia de su propia maternidad".
La obra dirigida por Ignacio Apolo tiene libros del mismo Apolo y de Florencia La Rosa y Laura Gutman, quien es terapeuta familiar y lleva varios libros publicados sobre el duro oficio de ser padres, que va más allá de una frase hecha.
Las actrices dan vida a tres personajes tan complejos como perfectamente reconocibles. Azcurra interpreta a Sabrina, una arquitecta autosuficiente que decide criar sola a su bebé luego de una ruptura con su pareja. Onetto es Carol, una mujer que por los mandatos familiares se casa con el marido ideal y cuando es mamá se le cae la estantería emocional. Y García Satur adopta el rol de Soledad, que ya tiene una hija de 5 años pero por sufrir un estado depresivo nunca la pudo disfrutar. Será a partir de su segundo bebé cuando ella crecerá como madre y más aún como persona.
Con este cuadro de situación parecería que el humor no está llamado a esta cita, pero nada más lejos que esto. "La gente se ríe muchísimo, te digo más, hasta contesta. La otra vez una señora en medio de la obra dijo «si lo sabré yo querida, tengo cuatro hijos»", cuenta Celeste.
Para Azcurra, la obra pone "la lupa en tres mujeres en situación de postparto, lo que implica mucha sensibilidad e irritabilidad. Hay un hormonazo de sensaciones y se hace foco sobre ese momento de soledad en que el bebé depende sólo de vos y de tu teta, y aunque el hombre esté a tu lado no sabe bien en qué lugar ponerse".
"A mí me pasó distinto —intercede Onetto— es que como Juan ya era padre de un adolescente, me dio cierta seguridad verlo cómo se manejaba él como papá. Pero obvio que el hombre se queda un poco afuera, es una sensación que sólo la madre, que puede gestar una vida, sabe de qué se trata".
Las tres hablan de sus personajes y lo cruzan con sus experiencias personales, y esa mixtura surge en la charla como algo inevitable. Es que saben que así como ellas se identifican con algunos derroteros de sus criaturas habrá otras madres que les suceda lo mismo. Quizá allí radique el secreto del éxito de esta puesta, que ya va por la tercera temporada y continúa de gira por el país.
"La obra habla del universo femenino", dispara Azcurra. "El otro día me decía un amigo si podía ir a verla, aunque no es padre ni está casado, y le dije que como hombre conquistador está bueno que conozca el mundo de las mujeres. Es para verla en pareja, solo, o compartirla con tu vieja, tu hermana, tu hija, tu amiga, tu novio y hasta un ex", agrega la actriz que actuó en "Lobo", y explotaron las otras dos al unísono: "¿A qué ex vas a invitar al teatro". Risas y sigue la charla.
Onetto cuenta cómo es su Carol: "Mi personaje tuvo una relación muy conflictiva con su mamá, que es una madre soltera, y cuando decide casarse lo hace con un tipo bien, de alta sociedad y que la mantiene. Entonces se encuentra con la maternidad no por un deseo sino por una imposición social, y cuando se topa con el bebé entra en crisis total porque siente que ese bebé le robó todo, el protagonismo, la relación con el marido, se vuelve frígida por culpa de su hijo, no lo quiere asesinar, pero más o menos".
La relación de amor-odio con el bebé irrumpe en escena: "La mujer que lo quiere tirar por la ventana es una situación que existe y lo digo yo en la obra, pero desde Celeste, en mi anécdota personal. Hablamos cosas que pasan entre cuatro paredes, y es muy difícil que se hablen y que uno las comparta", agrega García Satur.
"Porque hay temas que dan vergüenza, porque una siente que sólo les pasan a una, porque ni con una amiga las podés compartir, porque decís cómo se lo voy a contar a esta guacha que tuvo una maternidad bárbara y a mí me pasa todo esto" (Azcurra).
"Claro, cómo le voy a decir que lo quiero matar, que lo quiero tirar por la ventana" (García Satur).
"Claro, claro, cómo decir que no puedo más, que estoy agotada, que necesito que se vaya un poco, ¿cómo devuelvo este bebé, y a quién se lo devuelvo?. Ya está, ya lo saqué, no hay vuelta atrás" (Azcurra).
Y remata Onetto: "Pero, ojo, les digo algo a los hombres, y es que no tienen que asustarse, porque los que vienen a ver «Postparto» la pasan bien, y es porque se sienten identificados, ya que entienden que no es que su mujer está loca, sino que a todas las mujeres nos pasa lo mismo". Bellas, atractivas y divertidas. Y madres al fin.