Un grupo de chicos, algunos de ellos bajo efectos de la aspiración de pegamento y munidos de
piedras, irrumpió el viernes pasado en la escuela bilingüe Nº 1.333, ubicada en el barrio toba de
Garzón al 4400. La inmediata intervención de la Guardia Urbana Municipal (GUM) concluyó con 3
menores entregados a sus padres y el secuestro de ocho latas de un cuarto del adhesivo, 20 pomos
del mismo producto y bolsitas de nylon, utilizadas para la inhalación.
Pasadas las 15, y tras un llamado de la dirección de la escuela, los
móviles de la GUM llegaron al establecimiento educativo, donde había más de 20 chicos.
Al percatarse de la presencia de los uniformados, un grupo de menores
emprendió la huida. Otros grupos chicos, que podrían haber estado en la escuela, fueron
interceptados en distintas calles del barrio.
“Se les secuestró 8 latas de un cuarto de pegamento, 20 pomos y
las típicas bolsitas. Tres menores fueron entregados a sus padres, que viven cerca, aunque su
reacción fue prácticamente indiferente”, relató el jefe de la GUM, Mariano Savia.
El funcionario explicó que, según comentó la directora de la escuela, el
hecho suele repetirse, teniendo como protagonistas a chicos (de 9 años hacia arriba) de la
comunidad toba pero, en principio, ajenos al establecimiento.
La situación también viene generando la preocupación del plantel
docente, al punto tal de que algunos de sus integrantes intervinieron el viernes para disuadir al
grupo de menores que había ingresado a la escuela.
Savia recordó que los efectos del pegamento en los niños “son
devastadores y llegan hasta la muerte, como ocurrió en villa Banana en 2007, con tres menores,
hecho que provocó la presencia fija de la GUM en el lugar”.
En los últimos cuatro meses la fuerza clausuró diez locales de máquinas
de videogame y juego clandestino para menores.
Ocurrió, fundamentalmente, en villa Banana y el barrio Toba (en la zona
oeste), donde vigila en forma permanente un grupo de seis agentes de GUM.
La tarea preventiva apunta a la seguridad inclusiva para evitar el
crecimiento del consumo de alcohol y la inhalación de pegamento.
Además, la GUM notificó a comercios la legislación provincial que fija
que no se pueden vender pegamentos salvo en ferreterías, además de inspeccionar más de cien locales
cerca de instituciones educativas y recreativas.
La fuerza también apuesta a avanzar en lo judicial: cuando exista prueba
de cargo suficiente para comprobar la responsabilidad, no descartará incluso la quita de la
habilitación al comerciante. l
































