"Sueño con lograr el ascenso con Argentino. Nací con esta camiseta y daría cualquier cosa por llegar a la Primera C, lugar que jamás debimos perder. Vamos por el camino correcto, falta mucho pero estamos dejando la vida por lograr el objetivo", confió Cristian Rivarola ilusionado por el presente del equipo dirigido por Villi Trebino.
Con sus 22 años, el volante que cumplió una excelente labor en la goleada ante Paraguayo, señaló: "Amo el fútbol y por eso dejo todo en cada encuentro".
Rivarola forma parte de la columna vertebral del elenco de barrio Sarmiento y con la llegada de Trebino mejoró notablemente la imagen: "La verdad que en el último encuentro dirigido por Walter Bello el equipo tocó fondo. No fue culpa del técnico, pero fue muy feo. No le ganábamos a nadie. Por suerte llegó el nuevo cuerpo técnico y gracias a Dios pudimos enderezar la situación. Hoy el clima es otro y los resultados comenzaron a llegar. Estamos a dos puntos de ingresar al Reducido. Todavía falta mucho, no vamos a bajar los brazos. Todo lo contrario, dejaremos la vida por saltar de categoría".
La Primera D es amateur y todos sus jugadores tienen sus respectivos trabajos para sobrevivir y Rivarola no es la excepción. "Para jugar en Argentino debo hacer malabares. Al ser jefe de familia, con mi esposa Belén y mis tres hijos, Lautaro, Ximena y Sofía, tengo que trabajar para sobrevivir. Trabajo en un bar de la estación de colectivos hace varios años. Cuando nos toca jugar en Buenos Aires, mi patrón me acomoda los horarios así puedo jugar. Al regreso voy a mi casa, veo a mi familia y vuelvo a trabajar toda la noche. Es sacrificado pero vale la pena", afirmó el volante central que sueña con lograr el ascenso con el Salaíto.
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Por Morena Pardo
Por Rodolfo Parody