Ana Laura Martínez, más conocida como Anita, llegó a la entrevista de la mano de su hijo Ciro, de 7 años, un rodete y bien maquillada. Ojos cansados y una sonrisa que no se borra. Era la mezcla de la euforia por el esperado triunfo y el cansancio de una campaña arrolladora por captar la voluntad de los rosarinos. Logró el 18.13 por ciento de los votos y el 10 de diciembre ocupará una banca en el Concejo. A pocas horas de ganar ya sueña con ser intendenta.
"Me metí en política porque quería hacer algo más. Y si bien me gustaba el periodismo, me di cuenta de que podía ser útil y que la realidad se podía cambiar desde la política". A los tres meses de haber logrado un lugar en la televisión abierta renunció al puesto de cronista de espectáculos en el noticiero de Canal 3 para dedicarse de lleno a la política. Dice que se siente "segura, cómoda y respetada". Sueña con estar cerca de la gente, "con ser intendenta y mucho más".
Confiesa que se "recauchuta" antes de cada nota y se suelta el pelo para estar bien ante las cámaras. Junto a Roy López Molina se muestra como la fuerza joven que entra al Concejo y que trae aires nuevos para la ciudad que, como mostraron las elecciones, quiere opciones renovadas.
"Siempre participé de alguna manera, ponía la voz en los eventos, por ejemplo, y después empecé a militar. Me vieron pasta para hacer el bien y poder involucrarme, por eso me propusieron ser candidata a concejal y para mí es un honor y un orgullo poder ser parte del Concejo", manifestó.
Está convencida de que hay que renovar la dirigencia política de la ciudad y de que es importante que la gente vea que hay otras opciones.
Martínez hizo una carrera muy corta y en poco tiempo dejó las cámaras y se transformó en la figura del PRO que ganó más votos. No le tiene miedo a la arena política ni a los "dinosaurios", como llama a los viejos dirigentes. Plantea un trabajo en equipo y quiere "estar en los barrios", para no caer en "ser un concejal de escritorio".
Está convencida de que este triunfo electoral rompió con una polarización entre dos partidos: el Frente Progresista y el Frente para la Victoria.
El PRO se muestra como un espacio de participación diferente en el que pueden entrar personas que no provienen del núcleo duro de la política. Así, en 2011 se sumó Miguel del Sel, proveniente del ámbito artístico y ya lo había hecho Mauricio Macri, que venía del empresariado. "Es importante que la gente se anime a participar. Yo demuestro que la política no es un lugar inaccesible, sino que es para todo aquel que quiera meterse para cambiar la realidad y sobre todo la injusticia", declaró.
Desde su posición de concejala manifestó que trabajará en equipo con sus compañeros de partido. "No somos de los que creemos que todo está mal, sino que hay cosas que se hicieron bien y a la vez innovar", señaló.
Todos los planes que tiene para la ciudad, Martínez los planteó en plural, para subrayar que trabajará con los demás concejales del bloque. "Queremos que los centros de salud estén abiertos las 24 horas, que haya menos burocracia en los distritos", subrayó y se extendió en materia de inseguridad. "La seguridad debería estar instalada en la agenda política", subrayó y explicó que intentarán abordarlo desde un plan integral.
"Es necesario tener 500 cámaras de videovigilancia con un centro de monitoreo muy bueno, y usar las cámaras para evitar el delito y no para recaudar", expresó.
Agregó que "es vital invertir en la obra pública y la infraestructura, porque hay lugares que dejarían de ser inseguros si tuvieran más luz, estuvieran pavimentados o al menos se podaran los árboles. También necesitamos trabajar al unísono con la Guardia Urbana Municipal (GUM) y si hay camionetas ponerlas a la vista, para que actúe como un ente disuasorio y evitar los delitos".
A su plan de gobierno agregó que querrán imponer el debate por la autonomía de la ciudad, además de la necesidad de terminar las calles, colocar cordón cuneta, y colocar las cloacas en todos los barrios donde todavía no existen.
Otra línea de acción en la que hizo énfasis fue en el transporte público y la necesidad de contar con alternativas al colectivo (refiriéndose a los tranvías o trenes eléctricos).
"Estoy a favor de la vida y en contra de las drogas", manifestó al referirse a temas polémicos como el aborto y la despenalización del consumo de sustancias. También se mostró en contra de la baja en la edad de imputabilidad.
La concejala electa está convecida de que la política es un camino de ida que recién empieza a transitar.
Apoyo incondicional
Ana Laura Martínez vive en barrio Echesortu junto a su esposo Fabián Ruffa, y sus hijos Ciro y Mora. “Mi marido es un gran compañero y sin su apoyo incondicional no hubiera podido hacer todo esto. También tengo una estructura familiar muy fuerte por parte de mis padres y de mis hermanas, que me acompañan y me ayudaron a emprender estar carrera política”, relató la mujer que siempre combinó el trabajo del hogar y el desempeño profesional.