Un mes y medio antes de ser asesinado, Roberto Daniel Cavalli visitó en la cárcel de Piñero a Máximo Ariel “Guille” Cantero, procesado como jefe de la banda de Los Monos y por el asesinato del bolichero Diego “Tarta” Demarre. La visita se produjo a mediados de septiembre en uno de los calabozos del pabellón 7 donde varios integrantes de la banda del barrio Las Flores están presos. Si bien se desconocen más detalles del encuentro, un allanamiento realizado en la unidad penal Nº 11 echó más luz sobre la relación del hombre asesinado el viernes 6 de noviembre con el clan Cantero.
En presencia del fiscal de la Unidad de Homicidios Rafael Coria, la mayoría de las 40 celdas del pabellón 7 de Piñero fueron requisadas exhaustivamente. Además, Coria constató en el libro de visitas que Cavalli figuraba “habilitado” para visitar a varios integrantes del clan Cantero, entre ellos Guille y Andrés “El gitano” Fernández, su cuñado. En la medida el fiscal secuestró papeles en los que figuran números de teléfonos, pequeñas agendas y varios pen drives que incorporó al expediente que investiga el crimen de Cavalli.
Acribillado y escuchado. Roberto Cavalli tenía 32 años, una esposa embarazada y una pequeña hija. El viernes pasado, a las 8.45, y cuando esperaba la luz verde en el semáforo de Sorrento y Circunvalación en un Renault Clío azul, un hombre descendió de un Peugeot 207 que se le puso a la par, se acercó a su ventanilla y le disparó seis veces.
Cavalli había aparecido en escuchas telefónicas captadas el año pasado a un teléfono utilizado por “Guille” Cantero desde la cárcel. En esas comunicaciones, Cavalli era señalado como una persona de confianza de Guille para hacerse cargo de varios puntos de venta de drogas en el barrio República de la Sexta.
En una sesión de escuchas de agosto de 2014 recibidas por el juzgado de Instrucción 5 en octubre de ese año, Guille Cantero habla con un interlocutor no identificado sobre un búnker “de la zona de la Sexta” controlado por una tal Clara. En el diálogo, Guille propone como opción para manejar ese quiosco a “Cuñado”, como se conoce a Cavalli por ser cuñado de Andrés “El gitano” Fernández.
Vale recordar que Fernández está con procesamiento confirmado por ser quien manejaba el auto desde el cual Guille Cantero, tal como lo estableció la jueza Alejandra Rodenas, mató a balazos a Diego Demarre el 27 de mayo de 2013 en venganza por el crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, cometido el día anterior frente al boliche de Villa Gobernador Gálvez que regenteaba la víctima.
En otra llamada registrada el 20 de agosto de 2014 Emanuel Chamorro, otro de los presos alojados en Piñero por ser parte de la banda del barrio Las Flores, le cuenta a un interlocutor a modo de broma. “No hay un peso en la calle y todos los clientes están en cana. Pero «Cuñado» está en libertad y «trabajando»”, es decir, vendiendo drogas.
Además, Cavalli estuvo mencionado en la causa que investiga el homicidio de Martín “Fantasma” Paz, ocurrido el 8 de septiembre de 2012 en 27 de Febrero y Entre Ríos. A Cavalli le atribuyen ser uno de los encargados de efectuar las compras de la familia Cantero con dinero proveniente de las actividades delictivas y volcarlas en una chacra que la familia tenía en Pérez. Por eso fue citado a prestar declaración informativa el 23 de septiembre de 2013. En esa causa 14 personas fueron condenadas en un trámite de juicio abreviado en el que aceptaron pertenecer a Los Monos y conformar una asociación ilícita.
En septiembre. La mañana del miércoles agentes de la Policía de Investigaciones (PDI), con el apoyo del Grupo Especial de Operaciones penitenciarias (GEOP), allanaron el pabellón 7 de Piñero donde están alojados la mayoría de los miembros de Los Monos. Entre ellos Emanuel “Ema” Chamorro, Angel “Pibu” Villa, Leandro “Gordo” Vilches y Guille Cantero. Al revisar el libro de visitas el fiscal comprobó que Cavalli había visitado la cárcel por última vez a mediados de septiembre. Y que la persona que visitó fue Guille. En la lista de visitantes habilitados por Guille para el mes de octubre también figuraba Cavalli.
Al revisar las celdas los policías no hallaron celulares, aunque si algunos números de teléfonos apuntados en papeles y pequeñas e improvisadas agendas como también una cantidad no precisada de pen drives. Todo fue secuestrado e incorporado a la causa por el crimen de Cavalli. El fiscal también comprobó que el inhibidor de frecuencia de la unidad penitenciaria, al momento de realizada la medida, funcionaba.
