Los empresarios de la actividad están calentando motores de cara a la próxima edición de la Feria Internacional de la Alimentación Rosario (Fiar) 2013, un espacio al que se volcaron masivamente —por caso el 80% de la feria ya se encuentra vendida y ningún expositor contrató menos superficie que en la edición anterior— y a la que llegan con “excelentes perspectivas”, aseguraron.
“Este es un sector muy dinámico y no manifiesta grandes problemas coyunturales en términos económicos”, aseveró la secretaria de la Producción de la Municipalidad, Eleonora Scagliotti, quien recordó que en la región el sector de la alimentación está conformado por muchas empresas alimenticias que lograron insertarse en el mercado de exportación y muchas otras de equipamiento que como deben importar insumos se ven en la necesidad de salir a exportar para cumplir con los requerimientos oficiales en materia de equilibrio de la balanza comercial.
dinamismo. A nivel nacional, puntualmente el sector de maquinaria para la industria de la alimentación, exportó hasta septiembre de este año más de 76 millones de dólares, según el balance que se realizó en la feria sectorial Fidta hace más de un mes y que reúne a las compañías de tecnología alimentaria, aditivos e ingredientes para el sector.
En ese universo se destaca Santa Fe, posicionada como la mayor exportadora en el rubro, seguida luego por Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires, que tiene como principales destinos de sus productos a Chile, Perú y Uruguay en Sudamérica, además de Francia, Italia y Rusia.
El rubro de la maquinaria para la industria de la alimentación está conformado por unas 2.500 empresas de las cuales un 97% son pymes y genera en conjunto unos 50.000 puestos de trabajo.
En el mapa provincial, del total de empresas exportadoras en 2011, el 48% eran de la región Rosario.
“La actividad, pese a la desaceleración en algunos sectores de la economía, se siguió moviendo”, recordó Turturici y explicó que la percepción no sólo es por la experiencia propia sino además la que le manifiestan otros fabricantes.
“El rubro de maquinarias siguió en plena actividad”, dijo y reconoció que quizás esta situación está estrechamente vinculada al movimiento gastronómico y hotelero de la ciudad que permitió mantener el ritmo.
El impacto inflacionario. En ese punto coincidió Rubén Mengarelli, titular de la fábrica rosarina homónima especializada en instalaciones para supermercados. “Nuestro rubro se mantiene bien, con bastante actividad”, dijo el empresario aunque reconoció que la inflación es el talón de Aquiles porque termina erosionando el esquema de costos. “Es bastante complicado el tema inflacionario porque hay que estar permanentemente revisando costos y no siempre se pueden llevar los aumentos que tenemos en materia prima o insumos en general al precio, porque la competencia está muy activa y no siempre el mercado absorbe los incrementos”, dijo.
La inflación en dólares y el bajo nivel del tipo de cambio son, a su juicio, buena parte de los condicionantes para que las empresas pymes de la región puedan insertarse en el mercado internacional.
En ese punto, Berestan (Grupocheff) reconoció que “un dólar barato es muy poco últil para los fines exportadores”, aunque reconoció que se trata de un proceso de sintonía fina ya que si bien un incremento en la paridad cambiaria beneficia al sector industrial también repercute en el resto de la economía.
Por eso, el empresario reconoció que, como en todo el mundo, este proceso de sustitución de importaciones que se está encarando en el país provoca una “crisis de reacomodamiento” que si resulta beneficiosa traerá beneficios para todos, aseguró y aclaró que “es un proceso positivo y necesario más allá de cualquier ideología política o gobierno que lo implemente”.
“A simple vista tenemos inflación en dólares, un dólar barato, pero en términos de Mercosur se están planteando establecer barreras para los productos que vienen por fuera de ese mercado y eso como industriales nos seduce porque podemos ampliar nuestro horizonte nacional a un horizonte regional”, dijo.
Los últimos datos elaborados por el Instituto de Formación Política (Ifpo) señalan que la inflación industrial en el Gran Rosario trepó al 2,71 por ciento durante el bimesre julio/agosto, motorizada esencialmente por el aumento de insumos como el plástico, los alambres y la mano de obra, elementos que por sí solos explican el 85 por ciento del alza total.
Si se mide el acumulado de 2012, el incremento de los costos industriales alcanza el 13,25% hasta fines de agosto, con un pico del 5,76% en el bimestre mayo/junio. “Si vemos los últimos tres años, detectamos que cada año termina con incrementos de entre el 6 por ciento y el 8 por ciento en dólares, lo cual repercute en la competitividad externa de las empresas, a las que les cuesta cada vez más salir a exportar”, señaló Marcelo Vila Ortiz, a cargo de la elaboración del índice de Ifpo.
“De todos modos, la crisis en la estructura de costos hace muy difícil la preservación del capital. Hacer operaciones a futuro no sabiendo cuál será tu costo es complicado”, reconoció Berestan.
Costo industrial. Los indicadores de 2012 demuestran que el alza de costos se mantuvo estable. De hecho, si se comparan los indicadores de los primeros ocho meses de los últimos 3 años, se percibe que 2010 fue el que más inflación industrial registró con un aumento del 17,59 por ciento, mientras que 2011 fue del 12,74 por ciento.
Para Scagliotti, el tema del impacto de inflación en los costos y el nivel de tipo de cambio “son consideraciones que tienen todas las empresas locales, pero entendemos que, en general, en la economía hoy es un tiempo de adaptación y de cambio”.
La funcionaria consideró que la mayoría de las empresas “tienen que adaptarse tanto a un contexto inflacionario en materia de costos como a salir a exportar”, cuando muchas de ellas nunca lo hacían, porque sólo dependían de la importación de insumos. “Sin duda tienen que adaptarse, cambiar, pero entendemos que no estamos en este caso frente a sectores que enfrente grandes problemas de coyuntura económica”, reiteró.
Ventana al mundo. Justamente ese dinamismo es el que entusiasma al municipio y el consorcio organizador de la Fiar, que encontró una excelente recepción en los encuentros preparatorios con los empresarios que estarán participando o buscan hacerlo. En ese punto, realizaron un estudio de la composición relativa de los sectores participantes buscando incentivar la presencia de nuevos rubros no sólo para dinamizar la muestra sino además proyectar a las compañías de toda la región(ver aparte).
Bibiana Hernández, socia gerente de la compañía rosarina Alimentos Tahona SRL que elabora galletitas y panificados integrales y funcionales bajo la marca comercial Murke, señaló que las exposiciones para empresas pymes o familiares “son una ventana al mundo”. La firma participa desde 2009 en Fiar y aunque venden exclusivamente al mercado interno (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y otros puntos del país), durante la muestra anterior recibieron consultas de interesados de Venezuela y Bolivia.
Aunque aclaró que su rubro se orienta a un mercado específico, debido a que esta panificación es dietética y apta para diabéticos, consideró positiva la situación del mercado actual. “Las ventas siguen siendo buenas”, dijo la empresaria y aclaró que no sabe si eso ocurre por las condiciones económicas del país o porque ellos se manejan en un nicho determinado. “Cuando sos una empresa chica y te empiezan a conocer el mercado se abre y empezás a crecer, eso es lo que nos está pasando”, dijo Hernández aunque reconoció que pese a que hubo demanda, aún no están en condiciones de exportar.
La empresaria no desconoció que también en esta escala de producción la inflación dificulta el esquema de producción. “No tenés nunca un costo parejo, ponés un margen de ganancia y se va corriendo y debés aumentar. Esto incide en el producto final y es ahí donde el consumidor es el que decide. A veces se cuida mucho de comprar”, relató.
Con un escenario de estas características, las empresas pymes —tanto de alimentos y bebidas como de maquinaria y equipos para el rubro— no plancharon sus expectativas de cara al mediano y corto plazo. “Es muy difícil salir fuera del país con precios poco competitivos a raíz de la inflación en dólares, mucho más teniendo en cuenta que China está impuesta como proveedor en el mundo, pero la estrategia que adoptamos es diferenciarnos y ofrecer productos que no hay en el mercado”, apuntó Turturici de CGA.
Hernández (Alimentos Tahona) también explicó que —aunque a diferente escala— la estrategia pasa por la diferenciación y adecuar en forma razonable los precios respecto de la competencia. “Así podemos seguir creciendo para aumentar la producción, ampliar la planta y comprar maquinarias”, dijo.
Por otra parte, Berestan (GrupoCheff) destacó que el sector pyme de la actividad busca una proyección exportadora, que no sólo dependerá de decisiones políticas sino de la madurez de los empresarios. “A los industriales cuando se nos propone sustituir importaciones y proyectarnos al mundo nos entusiasma”, dijo y recordó que “promover el desarrollo de la industria nacional es una crisis, en general desordenado y caótico”. Sin embargo, reconoció que la expectativa está.