Algunos barrabravas de Newell's le hicieron pasar a Del Potro un mal momento en el vestuario

La presencia de Juan Martín Del Potro en Rosario no pasó inadvertida. Pero no sólo por el tenis que brindó con el chileno Fernando González, sino por algunos hechos que sucedieron después de finalizada la exhibición y que tuvieron que ver con una visita que recibió el número cinco del ranking mundial de algunos integrantes de la barra brava de Newell’s. Esto, obviamente, motivó cierto malestar en el tandilense.

  Al término de la jornada algunos barrabravas se acercaron al camarín de los tenistas y pidieron hablar con Delpo. Algunas versiones daban cuenta de que el jugador salió del vestuario, pero este diario confirmó que el encuentro fue en el interior del mismo. Allí, los barras solicitaron alguna colaboración. "Una raqueta, una remera..." o lo que la Torre de Tandil "considere necesario".

  Ante la requisitoria, Del Potro les entregó una remera, como queriendo zafar del mal momento que estaba viviendo. Mientras esto ocurría, algunos guardias esperaban afuera del vestuario.

  Todas las fuentes consultadas hablaron de que el momento vivido fue de "tensión", que lógicamente incomodó al ganador del último US Open. A tal punto que alguien de la organización habría metido la mano en la billetera y entregado algo de dinero para que los hombres en cuestión despejaran la zona cuanto antes. Algunos hasta hablaron de que el tandilense habría dicho que "acá no vengo más".

  La confirmación de estos hechos salió de parte de personas muy allegadas a la organización, quienes dijeron que fue una "verdadera pena que la fiesta se empañara sobre el final". Es más, este diario pudo corroborar que el presidente rojinegro Guillermo Lorente se acercó a los principales organizadores a pedir disculpas en nombre del club.

  La noticia se conoció entrada la madrugada de ayer y rápidamente se tejieron un sinfín de versiones. Lo que sí se pudo confirmar es que la barra leprosa llegó a Del Potro, lo que habla a las claras de la impunidad con la que se movió parte de este grupo en las instalaciones del club. La seguridad estaba a cargo de los organizadores del espectáculo y en ese sentido "también se falló", le dijeron a Ovación. Un combo que hizo que la verdadera fiesta que significó la presencia de Del Potro terminara con un hecho desagradable. l