Entre los gigantes del rock, el cantante estadounidense Meat Loaf es un peso
pesado sin domesticar. Sólo su trilogía "Bat Out Of Hell" vendió más de 65 millones de copias. Su
undécimo álbum de estudio, "Hang Cool Teddy Bear", parece un musical con guitarras pesadas. Para
escribir las letras, Meat Loaf se puso en la piel de un joven de 24 años.
El actor y cantante, cuyo verdadero nombre es Marvin Lee Aday y cuyo apodo y
nombre artístico significa "albóndiga de carne", dio una entrevista a DPA en Londres en un cuarto
de hotel.
—¿Qué es lo que lo inquieta? ¿Por qué el teddy debe mantenerse "cool"?
—Yo no, los demás deberían. El mensaje del álbum es este: el soldado caído
cree que morirá, pero de repente siente una gran fuerza espiritual. En vez de hacerlo mirar hacia
atrás, le muestra el camino hacia adelante. Le dice: No morirás, puede pasar, pero no ahora. Relax,
mantente cool, teddy bear.
—En un punto usted es un teddy, una naturaleza combativa. Tiene 62 años.
¿De dónde saca tanta energía?
— ¿Debo decirle de dónde? No soy perezoso. Cuando hago mi trabajo doy todo
lo que puedo dar. Demasiados artistas venerados por la prensa van por un camino dorado. Nunca hice
eso, nadie me dio esa ventaja. Fui por las calles más sucias, llenas de baches y piedras. Los que
van por el camino dorado son vagos, hacen álbumes de mierda. No tienen fuerza. Esa gente se vuelve
autocomplaciente. Esos artistas deberían parar, están matando la música, al igual que esos shows de
castings en la televisión.
—¿Dónde se encuentra entonces al negocio de la música actual?
— En ningún lado. La gente pierde el interés porque a los artistas
y discográficas la música les importa un comino. Cuando me hice adulto la música me fue más
importante que todo lo demás. La radio era mi eterna acompañante, desde que me despertaba hasta que
me dormía. Elvis y los Stones...¡todo lo que pasaba en ese momento! Y Springsteen antes...(risas)
No sé si se volvió perezoso, pero los músicos de ese tipo son perezosos a la hora de producir
álbumes. Esa pereza en el mundo me da asco. Todos quieren tener todo sin mover un dedo.
—Usted no parece ser perezoso. ¿Lleva la cuenta de cuántas veces
pisó un escenario con su música?
—No, no creo haber dado aún mi mejor show, pero con garantía dimos
todo. Mi problema solía ser que los fans se sorprendían cuando me veían enfermo en el escenario.
Pero di todo de mí todas las noches, mi sudor, mi sangre, mi vida.
—¿Y por qué hace eso?
—Quiero poder cada vez más, seguir desarrollándome. Este álbum es
tan bueno, mucho mejor que “Bat Out Of Hell”. No se puede comparar. Con este álbum
tengo por primera vez la sensación de no tener que cambiarle nada.
—Hay muchos dinosaurios del rock en el negocio de la música, pero
pocos sucesores exitosos. ¿Está la música rock amenazada por la extinción?
—Sí, porque a nadie le importa nada. Hay una gran banda de metal
alemana... ¿cómo se llaman?
—¿Rammstein?
—Exactamente, ellos se esfuerzan y mucho. A ver si se vuelven
perezosos...(risas). Nadie se anima realmente a abandonar el camino que suele transitar. Así es
todo el mundo, incluidos los políticos. El mundo se mueve por el miedo. En este disco no tengo
miedo, no lo permití. Ahora tengo mucho miedo de que nadie escuche el álbum, sobre todo porque la
música cambió tanto. Quien cree saber quién soy se equivoca.
—Su última gira ya fue bastante estresante. Sus nuevas canciones
no se lo pondrán más fácil...
—Mis registros vocales son muy buenos en el disco. Las canciones
son poderosas. No soy el más rápido del mundo, pero subí mi tono. Nunca antes llegué tan alto, más
alto que en “Bat Out Of Hell” Haremos 28 shows en Estados Unidos, nos tomaremos dos
meses de pausa e iremos a Europa, donde haré otros 28 shows. Luego hago nuevamente dos meses de
pausa, Australia, un mes de pausa y quizá algo de nuevo.
—Jon Bon Jovi, Brian May, Steve Vai y muchos otros: ¿cómo llegó a
estas colaboraciones?
—Conocí a Jon cuando tenía 16 años y estaba con el halo de los
Power Plant Studios. Somos verdaderos hermanos de sangre. El y todos los demás surgieron de forma
mágica. En el estudio nos integramos perfectamente. ¡Pura magia!
—¿Qué es lo que aún quiere lograr si este es su mejor álbum?
—Uno mejor.