Alemania llegará hoy a su duelo decisivo contra Ghana con el riesgo de quedar
eliminada por primera vez en la historia antes de octavos de final de un Mundial.
Para hacer frente al juego intensivo y potente de Ghana, el entrenador Joachim Low confirmó
que reemplazará al sancionado Miroslav Klose, expulsado en la derrota contra Serbia, por el
ultramotivado Cacau.
Al mismo tiempo, el DT seguirá encomendado a un arma de doble filo: la juventud de su grupo,
representada por el sorprendente Ozil.
Ghana, por su parte, llegará al Soccer City con el respaldo de todo un continente deseoso de
ver un triunfo ante la decepcionante actuación de los equipos africanos.
Pero no parece que esa carga pese demasiado: Kevin-Prince Boateng, futbolista de Ghana y
hermano del internacional alemán Jerome Boateng, se limitó a prometer un “bailecito”
después de cada gol de su equipo.
En tanto, no hay demasiado lugar para la especulación en el otro partido, donde Serbia y
Australia deberán ganar cuando se enfrenten en Nelspruit para que avanzar en el Mundial sea una
realidad.
Los europeos tienen un margen algo mayor: en caso de triunfo, los tres puntos que ya suman
les garantizan un lugar entre los 16 mejores de la Copa del Mundo por primera vez desde su
independencia de Yugoslavia primero y de la separación con Montenegro después.
Para los oceánicos, vencer sólo es el primer paso, ya que después deberán informarse de qué
sucedió entre Alemania y Ghana para saber si repiten el pase a octavos del último Mundial. l