El escándalo de las escuchas clandestinas de los EEUU a decenas de países no cesa de aumentar. Ayer la canciller alemana Angela Merkel acusó en una cumbre europea a Estados Unidos de un "abuso de confianza inaceptable" por la pinchadura de su celular personal durante años. A la vez, el diario británico The Guardian, que destapó el caso este año, publicó que al menos 35 "líderes mundiales" fueron o son víctimas de las escuchas y pinchaduras de Washington.
Merkel habló al llegar a Bruselas a una cumbre de dos días de la Unión Europea (UE), cuya agenda sobre los problemas sociales y económicos se ve opacada por el debate sobre el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) a Alemania, Francia e Italia. La canciller alemana manifestó le había dicho al presidente estadounidense, Barack Obama, en una conversación telefónica el miércoles por la noche que los hechos eran inaceptables. "No se trata sólo de mí, sino de cada ciudadano alemán. Necesitamos tener confianza en nuestros aliados y socios, y esa confianza ahora debe ser reconstruida", declaró una Angela Merkel muy seria al ingreso de la cumbre. "Repito que espiarse entre amigos no es aceptable de ninguna manera y eso vale para cada ciudadano en Alemania", añadió.
Evidencias oficiales.Las duras palabras de Merkel siguen al anuncio del gobierno alemán de que contaba con evidencia de que el teléfono celular de la canciller había sido "monitorizado" por la NSA. El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, convocó al embajador estadounidense en Berlín, algo que ha sucedido muy pocas veces en los últimos 60 años. "Sin motivos ni indicios muy serios no hubiésemos dado un paso diplomático de esta gravedad", ha asegurado Westerwelle en una rueda de prensa que ha ofrecido tras reunirse con el embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, convocado por Exteriores de forma urgente.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, manifestó inicialmente que Obama le había asegurado a Merkel que Estados Unidos "no está monitoreando y no monitoreará" las comunicaciones de la canciller, lo que deja abierta la posibilidad de que eso haya sucedido en el pasado. Ayer la Casa Blanca no agregó más comentarios oficiales sobre el asunto, mientras del otro lado del Atlántico sus aliados europeos se reunían en Bruselas y centraban su cumbre en el escándalo de las pinchaduras. Carney, declaró que "no comentará públicamente cada presunta actividad de inteligencia específica". Sin embargo, sí reconoció que el escándalo por el espionaje ha dañado las relaciones con aliados clave. "Claramente, ha causado algunas tensiones en nuestras relaciones", reconoció. "Tenemos amistades y alianzas muy importantes y valiosas con países que hacen que nos tomemos muy en serio las preocupaciones expresadas", aseguró. Por eso hay "una comunicación directa a través de canales diplomáticos al mayor nivel con Alemania, nuestro estrecho aliado", agregó el vocero principal de la Casa Blanca.
Alianza en peligro. Ante la demanda surgida en la Unión Europea (UE) de suspender las negociaciones para un tratado de libre comercio con Estados Unidos a raíz de las acusaciones de espionaje, el vocero manifestó: "Creemos que la alianza comercial y de inversiones transatlántica es extremadamente importante para Estados Unidos y para los socios con los que negociamos. Y seguiremos trabajando en ello".
Para Alemania el asunto es particularmente sensible, dado que la sola idea de espionaje trae el recuerdo de la policía secreta Stasi, de la ex Alemania oriental comunista donde creció Merkel.
Luego de la filtración de datos por el ex agente de inteligencia Edward Snowden, que reveló el alcance de los vastos programas de control de datos de la NSA, Washington ha tenido graves roces con importantes aliados, desde Brasil hasta Arabia Saudita. El caso de Alemania llega poco después de que en Francia el periódico Le Monde reportó que la NSA había recolectado decenas de miles de registros de llamadas telefónicas francesas entre diciembre del 2012 y enero del 2013, y de que en Italia una revista informó que la NSA intervino comunicaciones italianas sensibles.
Líderes espiados. A estos escándalos con aliados históricos, ayer se sumaron más revelaciones. Estados Unidos interceptó conversaciones telefónicas de "35 líderes mundiales", de acuerdo a documentos clasificados revelados por el diario británico The Guardian. La NSA recibió los números de teléfono de parte de un funcionario de otra área gubernamental, de acuerdo a los documentos publicados. El diario agrega que personal de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono fueron instados a compartir detalles de sus contactos con políticos extranjeros. "En un caso reciente, un funcionario estadounidense le dio a la NSA los datos de 200 números de teléfono de 35 líderes mundiales", sostiene un memorando confidencial datado en octubre del 2006 del que el Guardian publica una copia facsímil. El documento agrega que los números telefónicos así intervenidos han servido a su vez para conectarse con otros teléfonos, que también fueron pinchados. Pero el memo reconoce que esa suma de números intervenidos produjo "poca inteligencia" de importancia.
Instrucciones. El "memo" de 2006 obtenido por el diario británico sugiere que esta clase de vigilancia no ha sido aislada o episódica y que la NSA monitorea rutinariamente los teléfonos de los que llama "líderes mundiales". El documento de 2006 dirigido al personal del Directorio de Señales de Inteligencia (SID en inglés) fue titulado "Comerciantes (sic) pueden ayudar a la SID a obtener números telefónicos". El documento da un ejemplo de cómo los funcionarios de EEUU en contacto con los dirigentes mundiales pueden ayudar a la agencia a colectar información. Pero el informe de The Guardian no provee las identidades de los políticos cuya privacidad estaría siendo violada por la NSA, ni tampoco las naciones que se han visto afectadas.