“A mi mujer la secuestraron, la venían amenazando con fotos de mis hijos. Tuvo a su bebé,
una nena, el 5 de febrero, en el campo. Y apareció anteayer en el parque Independencia. Yo la llevé
a lo de unos amigos que viven en Pujato”. Las palabras pertenecen a Angel Baggio, marido de
Graciela Petersen, la mujer de 45 años, madre de 6 hijos y supuestamente embarazada, que había
desaparecido hace dos meses y fue hallada en Pujato anteayer junto a su marido.
El testimonio lo vertió anoche en Canal 5, medio ante el que decidió hablar tras decir que el
resto del periodismo había faltado a la verdad al cubrir el caso, desde sus inicios construido en
base a dos versiones totalmente disímiles: el de la familia y el que arrojó la investigación
policial.
“No es como dicen, que ella no estaba preocupada por sus hijos o tenía problemas
conmigo, fue secuestrada al salir del súper donde llevó los bolsos de una amiga y un oso de peluche
que iba a ser para la bebé. La tuvieron en una casa oculta en el campo, tuvo a la nena, que pesó
unos 2,070 kilos y apareció con 9 kilos menos en Pellegrini entre Santiago y Alvear, había estado
deambulando por la zona. Y yo, para protegerla, la llevé a Pujato a la casa de unos amigos. Acá hay
una organización peligrosa detrás, tengo esperanzas de recuperar a la bebé. Sé que la policía no me
cree, pero la jueza sí”, agregó Baggio.
El hombre hizo pública su declaración horas después de que Petersen hubiera declarado ante la
jueza de Instrucción Nº 1, Roxana Benardelli y de que una médica forense la revisara y concluyera
que la mujer se hallaba en “buen estado de salud”. Se le encontraron lesiones
“muy leves” pero nada relacionado con su desaparición, según confirmó la profesional
Alicia Cadierno.
Antes que su padre había hablado públicamente Florencia, la hija mayor de Petersen, quien
había dicho que su madre estaba bien.
“Los temas familiares se arreglarán puertas adentro”, advirtió.
Pero tal como sucedió desde que se conoció el caso, varios interrogantes quedaron abiertos
ayer. Algunos están ligados con la causa y otros con el morbo de quienes juzgan antes que la
Justicia (ver aparte).






























