Las aceiteras están en alerta ante la falta de mercadería para procesamiento. Tanto por la retención que están realizando los productores como por las previsiones de una menor cosecha, las fábricas ya prevén que en 2009 trabajarán con un 38% de la capacidad ociosa y por ende, con márgenes más comprometidos.
No obstante, los embates de la crisis internacional y la crítica relación entre el gobierno y el campo, las industrias sostienen que tienen suficientes márgenes para hacerse cargo de las obligaciones patronales sin recurrir a despidos o suspensiones.
La perspectiva de una menor cosecha, estimada en alrededor de 39 millones de toneladas, la retención de mercadería y, ahora, la reducción del beneficio fiscal para procesar soja de países vecinos, hacen que el escenario para la industria aceitera se ensombrezca.
"Las plantas se han visto afectadas el año pasado por la menor disponibilidad de mercadería y la molienda fue menor", explicó Rogelio Pontón, de la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Por otra lado, las perspectivas de cosecha no son de lo más alentadoras por la grave sequía que afectó a las principales zonas productoras. Si el año pasado se llegaron a las 47 millones de toneladas, en este ciclo se habla de 37 a 38 millones, alrededor de 7 toneladas menos.
"Desde ese punto de vista, a las plantas procesadoras les ayudaba el ingreso de soja desde el Paraguay, país que el año pasado tuvo una buena cosecha, pero ahora no van a tener esa mercadería por la medida que suspende el ingreso de oleaginosa de ese origen", señaló el especialista.
Las plantas que forman el complejo oleaginoso tienen un capacidad de molienda de 52 millones de toneladas. Según lo señala la Bolsa de Comercio, aún sumando la soja importada, la oferta de oleaginosa para procesar en este ciclo 2008/2009 podría llegar a 34 ó 34,5 millones de toneladas. Con ese nivel de crushing, la capacidad ociosa llegaría a un 34%. En tanto, sin la soja de Paraguay, la capacidad ociosa ascendería a 38%.
"Con este nivel de ociosidad, los márgenes de la actividad se verían más comprometidos de lo que han estado en los últimos meses", indica la entidad bursátil, que agrega que la medida de dificultar la importación del Paraguay no necesariamente hace que el industrial "pague lo que sea", en el mercado interno.
Por otra parte, Pontón agregó que hay un cliente muy importante que es China, que compra 8 millones de toneladas de poroto sin procesar, que influye en los números.
Menos subproductos
Para Héctor Autino, directivo de la Asociación Argentina de Grasas y Aceites (Asaga), se avisora un año problemático para la industria. En el plano local, el año pasado "tuvo a la industria a maltraer" por el conflicto del gobierno y el campo y la falta de mercadería en las terminales de procesamiento, que obligó a redireccionar envíos a otros puertos como los de Brasil. "Este año comenzamos con dificultades, porque si bien el ciclo recién empieza, hay una retracción para vender, sumada la expectativa de menor cosecha", señaló Autino.
También reconoció que la capacidad de utilización de las plantas se ubicará por debajo del 80%, por lo cual las industrias procesadoras van a tener que moler a menor capacidad o estar paradas, con los perjuicios económicos que eso implica.
Por otra parte, el directivo de Asaga apuntó que la crisis internacional también afecta al sector, ya que, más allá de que tiene cierta inelasticidad, la demanda se va a moderar. Explicó que China no va a aflojar en su expectativa de moler poroto para la industria y los volúmenes van a persistir. En cambio, los subproductos (harinas y aceites) pueden estar más afectados por la desaceleración económica en los países europeos demandantes de esa producción.
No obstante el complicado escenario para la industria, para Horacio Zamboni, asesor legal del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (Soear), "las ganancias de las compañías son tan grandes que pueden cubrir sus obligaciones patronales".
"Si bien hubo una merma por las medidas del campo, las empresas siguen siendo rentables, aunque puedan caer algo sus ganancias se pueden pagar los sueldos y el aumento", indicó Zamboni. Por caso, la semana que pasó el Soear y la multinacional Dreyfus firmaron un acuerdo salarial de 500 pesos mensuales para todos los trabajadores aceiteros y un aumento de 100 pesos como bonificación por trabajo en turno rotativo, como resultado de una medida de fuerza que paralizó la actividad en la planta de General Lagos.
Zamboni dio una visión diferente sobre la retención de la soja por parte de los productores y advirtió que las fabricas "no compran porque el precio no les gusta". Esta industria, que congrega alrededor de 6.000 obreros en todo el país, goza de buena salud", apuntó Zamboni y recordó que el 2008 fue el año de mayores ganancias para este sector.