El inmueble donde funcionó el bar Espacio Once (ex Munich), en avenida de la Libertad y Mendoza, impresiona como el blanco de un bombardeo. Vidrios rotos, cables colgando de la pared, restos de mampostería esparcidos por el piso y ningún aplique o canilla a la vista es lo que queda en de la construcción tras el cierre del último emprendimiento, un año atrás. Pese a los destrozos, el demorado proceso de licitación para instalar un nuevo bar sigue en pie y en el municipio estiman que podría estar listo en una semana.
Para contener los efectos del vandalismo y el abandono en el tradicional restobar del parque Urquiza, la Municipalidad contrató hace varios meses a dos policías que realizan vigilancia adicional las 24 horas. Lo que custodian es un edificio que parece en ruinas, donde no quedan en pie ni los inodoros.
"En un año lo echaron a perder", comentaban ayer Rodrigo Degano y Federico González, dos estudiantes de Arquitectura que tomaban imágenes del lugar. Un año antes habían realizado el mismo trabajo para la facultad y "estaba todo limpio", mientras que ahora sólo permanece la estructura. En lo que fue el sector cubierto frente a la barra golpea sin tregua el aire frío del Paraná: de los catorce paneles de vidrio que cercaban el bar sólo tres quedan completos.
Para que el predio sea refaccionado debe concluir el proceso de licitación lanzado por el municipio. El año pasado, el único oferente fue la firma Cuatro Más Uno SRL. "El decreto de adjudicación está a la firma de la intendenta Mónica Fein. Una vez firmado, el contrato van a poner en marcha el lugar", dijo ayer la directora de Concesiones del municipio, Hilda Gontín.
La funcionaria explicó que la firma interesada está al tanto de los daños. "El concesionario tiene la obligación de ir a mirar. Estamos en contacto y sabemos que están enterados de los destrozos", dijo. Si bien estaba previsto que el nuevo bar empezara a funcionar este mes, los plazos se estiraron. "Estamos apurados por poner en marcha el lugar cuanto antes y la idea es que esté funcionando antes del verano", estimó Gontín.
El más antiguo y tradicional restobar del parque Urquiza cerró sus puertas en junio de 2011. Su último nombre comercial fue Espacio Once. La firma a cargo de la explotación adujo entonces que la actividad no era rentable y bajó las persianas, por lo que la Municipalidad le rescindió la concesión. El nuevo llamado a licitación pública demoró más de la cuenta, pero finalmente los sobres se abrieron en diciembre de 2011.
El proyecto para el próximo bar incluye la construcción de una terraza vidriada de 120 metros cuadrados. El plazo de concesión será de diez años, más dos de prórroga, y el canon que pagará el adjudicatario será de 10.540 pesos mensuales.
Mientras tanto, en el bar de la barranca queda poco en pie. En la entrada, al nivel de la avenida, una pirámide vidriada que da acceso al ascensor tiene los vidrios rotos y ventanas forzadas, al igual que un sector de la terraza donde funcionó una heladería.
Los baños públicos ubicados escaleras abajo están al descubierto: los paneles frontales de vidrio desaparecieron. En un estado de suciedad y abandono, sólo queda un inodoro tirado en el piso. No están las bachas de acero, las canillas ni los apliques de luz. En el corazón desierto del bar, del techo agujereado asoman cables sueltos y caños.
Entre quejas, en el barrio comentan que los destrozos son cometidos por adolescentes, algunos de la zona. Un cuidacoches señaló que un grupo de estudiantes de arte comenzó a limpiar y pintó murales, pero hasta entonces el lugar llevaba "ocho meses abandonado".
En auto
Si bien los vecinos de la zona de la avenida de la Libertad señalan que fueron los adolescentes los autores del saqueo y del robo hormiga en el inmueble, no dejan de remarcar que “hubo gente que se llevó en automóviles desde inodoros hasta un televisor de plasma.