La salida de Lousteau de Economía no hace vislumbrar demasiados cambios. Los
mercados recibieron con renovadas bajas al nuevo ministro. No es para menos, la incertidumbre
desatada en el mercado no resulta menor ante la ola de rumores de devaluación, desdoblamiento
cambiario y nuevos cambios en el gabinete presidencial.
Por caso, el tipo de cambio comenzó a trepar en las casas de cambios, algunos
argumentaron un golpe de mercado, siendo esto lo más lejos de la realidad.
Argentina tiene superávit fiscal, comercial y un stock de reservas de 50.000
millones de dólares. La devaluación del peso sólo es posible si el gobierno lo desea, sin la mano
interventora del gobierno central el peso no podría devaluarse o revaluarse. Estamos en una
economía de neto corte intervencionista y cerrada a los capitales.
El riesgo país trepó a niveles elevados, tomando los últimos años. El bono con
descuento en pesos de la deuda pública salió al mercado en abril de 2005 cotizando a 105, llegó a
cotizar a 155 y el viernes cerró a 97. Los bonos locales cotizan a precios de cesación de pagos,
cuando Argentina puede afrontar sus pagos sin problemas en la actual coyuntura.
Pero ¿qué sucede en el mercado que los bonos cotizan a un valor de 30 dólares?
La baja en el mercado doméstico está ligada a la inestabilidad política que leen los inversores. A
única realidad es que este plan económico nació en 2002 y dio muy buenos resultados, pero debe
inexorablemente ser jubilado, porque no existe el contexto internacional de aquella época y la
coyuntura de nuestro país ha cambiado notoriamente.
La presidenta de la Nación no da indicios de que vaya a aplicar un nuevo plan.
El nuevo ministro no se caracteriza por tener un currículum amplio en materia de diseño de
políticas macro y macroeconómicas, es un mero especialista de presupuestos, justo lo que necesita
nuestro ex presidente para desarrollar su plan de caja al que nos tiene acostumbrados.
En este escenario lo que observamos es a corto plazo una profundización de los
conflictos existentes. No se avizora una solución definitiva para el tema del agro, que hará sentir
el efecto pobreza del campo en otros sectores de la actividad económica como puede ser la
construcción, la venta de automóviles y el comercio general entre otros.
Para los inversores hay que pedirles calma. Todo hace presumir que el tipo de
cambio se seguirá devaluando, no esta claro si vamos a la banda 3,20-3,30 o el gobierno estirarán
el frenaje y llevará la paridad a 3,50. No creemos viable un desdoblamiento cambiario. Nos queda
claro que los bonos cotizando a un valor de 30 dólares por lámina son muy baratos, pero pueden ser
más baratos si no aparece un plan.
En conclusión, 2008 deberá etiquetarse como el año del ajuste, no hay espacio
para ganar dinero salvo nichos puntuales. El tipo de cambios e depreciara tímidamente, tampoco hay
margen para maxi devaluaciones. Los bonos parecen haber bajado demasiado y están a precios
atractivos. La bolsa seguirá a la baja porque es la caja de resonancia de la economía en general.
Sin plan a la vista seguirá cayendo, si se avizora un cambio las acciones serán el primer activo
que se mostrará en alza. Esperar sin desesperar, la vida continua.
stefano@citynet.net.ar
SALVADOR DI STEFANO