El impacto de la crisis cambiaria sobre los indicadores de actividad comienza a observarse en la divergencia en el comportamiento de variables vinculadas al mercado interno contra lo que ocurre con aquellas relacionadas con el comercio exterior, detalla en un análisis la economista Carla Calá, del Instituto Ieral de la Fundación Mediterránea.
En el informe se señala que "en junio, las exportaciones a Brasil subieron 16,5% (promedio móvil de tres meses), las del complejo agroindustrial un 44% y las ventas al exterior de vehículos automotores lo hicieron un 16,2%".
"Las importaciones también comienzan a ajustar: un proxy de esta variable es la recaudación del IVA por parte de la Aduana, medida en dólares, que en junio cayó 10,1% interanual", agregó la especialista.
Haciendo foco en la reacción del comercio exterior a los nuevos precios relativos, "asimismo, cabe destacar que es la primera vez, en tres años, que el ritmo de crecimiento de las exportaciones supera al de las importaciones".
"Otra de las industrias afectadas por la fuerte devaluación es la automotriz, en donde debe distinguirse entre el plano el industrial y el comercial, tal como afirma el titular de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), Luis Fernando Peláez Gamboa".
Ante este escenario, las exportaciones en junio anotaron una expansión mensual de 16,2% respecto a igual mes del año anterior, indicó Calá.
Del mismo modo, observó en la industria turística un incremento en la demanda por destinos regionales y locales en detrimento de las plazas internacionales.
Según informa la Empresa Argentina de Navegación Aérea (Eana), en junio la cantidad de pasajeros de cabotaje anotó una variación al alza de 7,3%, guarismo que compara con una caída de 4,1% para los pasajeros en vuelos internacionales.
Nueva contracción
El BBVA Banco Francés advirtió que en los próximos meses se observará un “deterioro en la economía y el empleo, junto con una aceleración de la inflación”, al tiempo que alertó que por el entorno internacional “no pueden descartarse nuevos episodios de riesgo que afecten con severidad a la Argentina”.
En el marco de este estudio, el equipo de Research del banco estimó que la economía sufrirá una contracción en el segundo trimestre del 2,1% contra igual período de 2017 y en el tercer trimestre caerá 0,8%.
Sin embargo, proyectó que la economía “crecerá 0,5% en el año debido, principalmente, al desempeño muy positivo del primer trimestre”.
“La economía internacional sigue estando sometida a las tensiones de fuerzas dispares, entre el buen desempeño económico y factores potencialmente negativos como el impacto sobre inflación del aumento del precio del petróleo y las medidas proteccionistas”, aseguró.
Así lo sostuvo el informe “Situación Argentina”, que publica BBVA Research, en el cual se explica que en un contexto de mayor aversión al riesgo, las tensiones financieras en países emergentes han aumentado de forma generalizada por la depreciación de las divisas y la ampliación de las primas de riesgo.
No obstante, señaló que “se han diferenciado negativamente los países con mayores necesidades de financiación externa, como es el caso de Argentina.
“La consolidación fiscal y los avances de productividad de Argentina fueron demasiado lentos como para asegurar la sostenibilidad de deuda en este entorno, lo que sumado a errores de política propios, provocó el cierre de los mercados de crédito para el país, y fuertes tensiones en el mercado de cambios local”, agregó.
Advirtió que “la volatilidad cambiaria se mantuvo hasta principios de julio, con una depreciación acumulada del peso del 47% desde finales de 2017, lo que obligó al Banco Central a subir y mantener la tasa de intervención en 40%”.
“Las buenas perspectivas para el sector transable posdevaluación, en particular para el sector agrícola, impulsarán la recuperación de la economía en el cuarto trimestre, que creemos se consolidará en 2019 ante la mejora de la confianza y el salario real, para alcanzar un crecimiento medio de 1,5%”, señaló.