La zona núcleo productiva termina la campaña 2017-2018 con seis millones de toneladas de soja menos. Se esperaban 21 millones y sólo se cosecharon 14,9 millones tras la peor sequía de los últimos 50 años y el "efecto germinador". Así lo consignó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en su informe semanal.
"La campaña termina con un 30 por ciento menos de soja. Todo parecía presagiar un nuevo ciclo de éxito. Con los suelos cargados de humedad y los problemas de siembra que se sufrían por los excesos, todas las cuentas se hacían con los rindes de los últimos dos años", indicaron los autores del reporte.
Desde la entidad local señalaron que "cuando la oleaginosa empezaba a demandar más agua el cielo se negó. Tras cinco meses y medio sin lluvias los suelos se secaron y el cultivo no paró de deteriorarse".
"Los primeros lotes se cosechaban y las expectativas que más descendían eran las de los cuadros de soja de segunda. La seca se llevaba en total unas 5,3 millones de toneladas de soja", dijeron los técnicos.
En tanto, cuando por fin parecían sostenerse las marcas con los mejores rindes que se obtenían en el norte y el oeste de la región, las lluvias comenzaron. "Sin parar durante tres semanas seguidas y en medio de temperaturas que eran típicas de los cafetales de Colombia, se activó masivamente la germinación de las semillas", expresaron.
Así, ocurrió que nuevos recortes de rindes y grandes descuentos por calidad se terminaron de materializar sobre las 800 mil hectáreas que faltaban recolectar. El resultado ha sido "la reducción del peso de los granos y un alto grado de granos brotados, amohosados, podridos y también verdes", en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.
Los daños estuvieron en el orden del 20 al 80 por ciento y los rindes de la última tanda cosechada bajaron un 35 por ciento respecto a lo que se recolectó antes del temporal.
"Con el peor de los finales para la peor campaña, el ciclo 2017/2018 termina con 14,9 millones de toneladas de soja, 6,1 millones de toneladas menos de los que se calculaba al momento de las siembras" en la región, manifestaron.
Sin embargo, desde GEA advierten que la zona núcleo se perfila como el nuevo bastión triguero de Argentina ya que este año la región podría terminar incorporando 250 mil hectáreas a las 1,1 millón del año pasado: el centro y sur de Santa Fe son los que más entusiasmo muestran.
En cuanto a los cultivos de invierno, la siembra de trigo y cebada avanza en todo el país. Los mayores progresos se registraron en las regiones del centro del área agrícola, donde se espera una leve expansión de la superficie de cebada.
La siembra de trigo adelanta con fluidez gracias al buen estado hídrico que se mantiene en los perfiles y ya se cubrió el 49 por ciento de las 6,1 millones de hectáreas proyectadas para la campaña en curso. Los cuadros más tempranos se encuentran en macollaje bajo una condición de cultivo entre normal y buena.