Se complica el frente externo para la Argentina, un escenario que se ve agravado
en el plano local por la desconfianza a la política económica doméstica por parte de los
inversores. Esto llevó ayer a que la Bolsa porteña volviera a perder terreno (2,16 por ciento), los
bonos también se desplomaran (3 por ciento en promedio) y los precios de los granos, en particular
la soja, parecieran no encontrar un piso.
La cotización de la oleaginosa disponible en Rosario cayó ayer 4,1 por ciento (a
810 pesos la tonelada), perdió 12 por ciento a lo largo de la semana, y se ubicó un 27 por ciento
por debajo de los récords de marzo, lo que abre algún interrogante para el futuro de los dos
superávits gemelos: el comercial, basado en los altos precios de este producto, y el fiscal, en el
que las retenciones tienen significativa importancia.
El fuerte repunte del dólar a nivel internacional frente a las principales
monedas, ayer registró una de las mayores apreciaciones de los últimos años, y los signos más
evidentes de que la recesión estadounidense se extendió al resto de las economías desarrolladas
(Europa, Japón) y asiáticas como India o China, profundizaron aún más la caída de los precios de
los commodities.
Amenazas que ensombrecen cada vez más las perspectivas sobre la mayoría de las
economías emergentes, fuertemente dependientes de la exportación de productos primarios.
Este fenómeno se ve agudizado por el desarme de posiciones de los fondos de
inversión en los mercados de granos, petróleo y metales preciosos, para volcarse a la moneda
estadounidense, que en el último mes se revaluó alrededor de 7 por ciento frente al euro. Salvo en
Argentina, donde el billete verde esta semana escaló centavo a centavo hasta ubicarse ayer a 3,10
pesos en las casas de cambio rosarinas. En tanto, los commodities en el mismo lapso perdieron en
promedio 20 por ciento, si se toma el índice que elabora Reuters/Jefferies, que se construye en
base a canasta con los principales productos primarios.
Todos estos factores, sumado al derrumbe de bonos argentinos ante los temores
sobre el futuro de la economía doméstica (pese a que los balances de la mayoría de compañías que
cotizan en el Merval expusieron esta semana importantes ganancias y ayer se registró un fuerte
repunte de los mercados accionarios), arrastraron a la Bolsa local nuevamente sobre el terreno
negativo y acumuló en la semana una caída de 5,7 por ciento.
Pero las señales negativas del exterior vienen siendo alimentadas por
empresarios, directivos y economistas locales, que esta semana encararon públicamente una fuerte
embestida contra las pérdidas que genera financieramente los datos tergiversados del Indec a la
hora de tomar deuda el país y ganancias los inversores.
El Merval no mostraba niveles similares desde octubre de 2006. "Nuevamente las
liquidaciones en bonos llevaron temores al mercado accionario, que alcanzó fuertes caídas sin una
lógica racional", dijo Rubén Pascuali, operador de Mayoral Bursátil, quien agregó: "Pesan más los
temores y los rumores que circulan de todo tipo, a los precios atractivos en que hoy se encuentra
el Merval".
En tanto, los principales bonos argentinos finalizaron con una baja promedio
cercana al 3 por ciento. Esto llevó a que el índice Embi , que mide la diferencia de tasa entre
bonos del país con sus similares de EEUU, subieran hasta colocarse al límite desde que Argentina
realizó una gigantesca reestructuración de sus obligaciones financieras en el 2005.
El verde futuro
En el mercado de futuros local (Rofex), el dólar continuó ayer registrando subas
en todas sus posiciones. El contrato agosto 2008 cerró en 3,056 pesos ( 0,30 por ciento),
septiembre ajustó a 3,069 pesos ( 0,36 por ciento). En tanto, el dólar enero 2009 operó en 3,14
pesos, febrero en 3,16 pesos y abril del año próximo en 3,20 pesos ( 0,28 por ciento).