Juan Carlos Schmid, secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte (Caat) e integrante del triunvirato que conduce la CGT, de 65 años, lanzará hoy su precandidatura a diputado nacional por el Partido Justicialista de Santa Fe y en misma sede partidaria de la capital provincial, a la 10. Un acto que en días de campaña resultaría hasta rutinario de no mediar al menos dos circunstancias extraordinarias: el PJ —que gobernó sin solución de continuidad durante casi un cuarto de siglo esta provincia— es en la actualidad casi un actor de reparto en la compulsa con exiguas chances de un papel algo más que muy modesto.
En ese marco, la candidatura, hasta hace mucho no esperada, de una de sus figuras nacionales que, además no sólo proviene del sindicalismo nacional sino de la más alta conducción de éste, es un ingrediente que podría sazonar las Paso peronistas santafesinas, que hasta ahora se evidenciaban como las más sosas de todas. Y también abre interrogantes: ¿Cuántos gremios, es decir estructuras —esto es logística y fondos, pero sobre todo votos— podrá mover Schmid?
La otra circunstancia excepcional es que se atribuye al acto que hoy protagonizará en la sede partidaria de Santa Fe alguna vinculación indeterminada con la renuncia del presidente partidario Ricardo Olivera. Los senadores provinciales —el sector poderoso del partidario que vería un avance del gremialismo con Schmid— se habría opuesto, y eso generó una discusión dura con Olivera, que pegó el portazo. Hasta aquí la versión que todos repitieron y nadie confirmó, ni siquiera el propio Schmid, cuando se lo preguntó este diario, aunque dijo conocerla. "Parecería que sí se ha producido eso, pero desconozco cuáles son los factores. Yo escuché esos rumores pero no tengo certeza ninguna".
El cegetista no aceptó que su postulación pueda verse como una "novedad" porque "el sindicalismo siempre tiene latente la vocación de participar políticamente y siempre ha contribuido, y si sirve para levantar al PJ, ojalá sea así", dijo porque —abundó— "nadie se presenta para no ganar".
—Aun así, pareciera que el PJ arranca desde muy atrás en estos comicios...
—No es únicamente coronar los cargos sino la búsqueda de la reconstrucción del partido frente a un socialismo agotado y después influir en el plano nacional.
—¿Qué lo lleva a ver agotado al socialismo?
—Primero, la coalición que gobierna la provincia parece haber estallado. Algunos dicen que no existe más. Y los socialistas siguen siendo el mismo puñado de dirigentes de hace 30 años. Y eso no es todo, la provincia también: con inseguridad, sin caminos, y podemos estar un día mencionando los déficits de estructura logística. Algunas son cuestiones de lo nacional pero, otras muchas de la provincia.
—Pero a la conducción de la CGT que usted integra se la acusa de ser contemplativa con el gobierno nacional.
—Pero no ponen el mismo énfasis en todas las medidas que obligamos a dar marcha atrás. Se puede hacer mucho barullo y gritar sin conseguir nada o ser responsables, sentarse con firmeza y argumentar con conocimiento para obtener resultados. Un caso es para la televisión, el otro es para mejorar la situación de los trabajadores.
—¿Aspira a quedarse con el PJ santafesino?
—Tenemos que sumar a todas las expresiones peronistas para volver a ser gobierno en la provincia en 2019.
—Usted ha sido un hombre muy crítico de la ex presidenta, ¿qué dice de su nuevo protagonismo?
—La doctora tiene un nivel de aceptación muy fuerte en determinados sectores del conurbano que ayer se expresó, pero también es dueña de una cerrazón que no ha permitido tener un debate interno en el que se reconozcan los debates del pasado. Ojo, no niego que en tantos años de gobierno haya habido aciertos.