El complejo agroindustrial exportador, con fuerte presencia en el Gran Rosario, cuestionó ayer los anuncios realizados por el gobierno nacional para achicar el déficit fiscal, que entre otras medidas prevé suspender por seis meses la baja de las retenciones para aceites y harinas de soja.
"Esta medida fiscal causa gran preocupación por los gravísimos efectos que provocará en la cadena de comercialización de la oleaginosa al no contemplarse aspectos básicos del proceso de ventas al exterior de granos y productos agroindustriales, como los aceites y harinas proteicas, que representan un tercio del total de las exportaciones argentinas", alertó ayer en un comunicado la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Y, según indicó, "el castigo al principal complejo exportador de la economía nacional no hará más que agravar el déficit comercial y limitar la principal fuente de obtención de divisas (dólares), potenciando la vulnerabilidad de la macroeconomía argentina".
Según la información oficial, las alícuotas al poroto de soja (materia prima) se vienen reduciendo de forma sostenida desde el 35 por ciento, en 2015, al 26 por ciento actual, previendo su convergencia al 18 por ciento en diciembre de 2019. Con rebajas del 0,5 por ciento mensual. En cuanto al aceite y las harinas, la alícuota se redujo desde el 32 por ciento, en 2015, al 23 por ciento actual, y también convergerá al 18 por ciento en diciembre de 2019. Sobre este sector impactan las medidas oficiales.
La medida golpeó al corazón de un negocio cuyos dirigentes realizaron una fuerte apuesta por la política económica de Cambiemos y que, al mismo tiempo, son fuerte generadores de divisas del país. Por caso, el complejo agroindustrial exportador, representado centralmente por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) participó en 2017 con el 44,8 por ciento (u$s 26 mil millones) del total de las exportaciones del país. También, según datos del Indec, el complejo oleaginoso aportó en 2017 el 31,7 por ciento (u$s 18,5 mil millones) del total vendido al exterior por el país, dentro del cual el complejo soja representó el 83,9 por ciento; 6,6 por ciento el biodiesel; 4,9 por ciento el maní, y 4,3 por ciento el girasol.
La BCR precisó ayer que "un incremento relativo de las retenciones a aceite y harina de soja —en rigor un freno en la rebaja— provocará un aumento de costos o disminución de ingresos a la industria aceitera, presionando a la baja los precios que podrá abonar por la compra de materia prima para procesar y, por lo tanto, el precio doméstico de la soja". De ese modo, "con el anuncio hecho, el precio de la soja para mayo de 2019 (FAS teórico) estaría en u$s 272, es decir 11 dólares menos que con el esquema vigente", indicó la Bolsa.
También desde Ciara salieron al cruce de la decisión oficial y señalaron que generó en el sector "sorpresa y preocupación por los perjuicios que ocasionará la medida".
"La agroindustria prevé, como probables efectos negativos, la caída de transacciones del principal sector exportador de la Argentina, lo que afectaría la recaudación fiscal que se ha proyectado; así como la menor capacidad de compra de la agroindustria y la elevación de la capacidad ociosa del principal complejo oleaginoso del mundo, estimulando indirectamente la primarización de la agroexportación al exportarse con menos valor agregado", detalló Ciara en un comunicado.
Además valoró una política de derechos de exportación diferenciales entre materias primas y productos industrializados porque —sostuvo— "es el modo en que los países estimulan la exportación de empleo e inversión locales, al tiempo que evitan el proteccionismo creciente de buena parte del comercio internacional".
Ciara advirtió además que como consecuencia "la medida paraliza las nuevas inversiones del sector agroindustrial y podría derivar en el cierre de plantas industriales, lo que perjudicaría especialmente a los productores y se perdería empleo".