El proyecto de presupuesto provincial 2010, que incluye una reforma fiscal,
sería tratado en el recinto de la Cámara de Diputados el próximo viernes. Hasta un día antes,
intendentes y presidentes comunales desfilarán por la comisión de Presupuesto y Hacienda, que debe
dar dictamen a la iniciativa para posibilitar su tratamiento.
El oficialismo confía en obtener consenso suficiente como
para que la propuesta sea aprobada antes de fin de año. Así lo señaló el titular del bloque del
Frente Progresista, Raúl Lamberto, quien reconoció que la reunión con los jefes de gobierno locales
que debía realizarse ayer se postergó por la movida que generó la jura de los diputados
nacionales.
El encuentro se podría concretar el miércoles próximo, un
día antes de que asuman los concejales y algunos intendentes electos en Santa Fe.
Según el cronograma que maneja el oficialismo, la comisión
de Hacienda analizaría durante el miércoles y el jueves próximo el proyecto de presupuesto y
reforma impositiva. La intención es obtener el despacho para elevarlo al recinto el viernes 11. De
prosperar las negociaciones con la oposición, que domina el Senado, podría ser tratado por la
Cámara alta el jueves 17, o después de la Asamblea Legislativa convocada para el 23 de diciembre
para discutir la cobertura de un cargo en el Tribunal de Cuentas.
"El objetivo de que sea aprobado antes de fin de año apunta
a darle certeza a los distintos niveles gobiernos sobre sus recursos, inversiones, obras y hasta
horas cátedras", dijo el legislador socialista.
El proyecto de presupuesto incluye como "anexo" cambios
impositivos como una sexta cuota de patentes, aumento del impuesto inmobiliario (urbano y rural)
—excepto para unas 500 mil partidas— y la reintroducción de ingresos brutos a la
industria (con una alícuota del 0,5%) y a la construcción (2,5%), exentas del tributo a los largo
de la últimos 15 años, mientras que una simplificación del régimen para unos 80 mil pequeños
contribuyentes.
También incorpora un pedido de endeudamiento por 1.600
millones de pesos, como mecanismo para cubrir parte de un déficit fiscal previsto en una cifra
similar.
Desde el oficialismo y la oposición admiten que la
necesidad de las arcas públicas, tanto provinciales como municipales y comunales, hacen suponer que
en este segundo intento por introducir una reforma fiscal prospere pese a las duras críticas que
persisten desde el justicialismo, fundamentalmente a que la industria vuelva a pagar ingresos
brutos.
"Ni los jefes municipales, ni los empresarios, ni los
productores agropecuarios, ni el ciudadano común está de acuerdo con gravar en forma indiscriminada
a la producción con una suba de ingresos brutos detrás de una falsa armonización tributaria que
solo terminará en un éxodo masivo de industrias desde Santa Fe a otras provincias", criticó la
legisladora reutemista Alejandra Vucasovich.
Frente a esta posición, el ministro de Economía, Angel Sciara, salió al
cruce de las críticas y disparó: "Si la competitividad peligra por un 0,5% de alícuota de ingresos
brutos estamos en problemas, Santa Fe cumplió fielmente con las exenciones dispuestas en el pacto
fiscal del 92 y eso no se tradujo en una lluvia de radicaciones industriales".
l