La comercialización de granos se adelantó en esta campaña respecto de otros ciclos. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), al 10 de noviembre las compras del sector exportador e industrial llegaron a 29,4 millones de toneladas, el 23% de la producción estimada para los principales seis cultivos y un “récord histórico”, señalaron de la entidad. El cambio de gobierno y la posibilidad de un cambio en la política de retenciones agropecuarias emergió como la principal razón para acelerar la comercialización aunque “existen múltiples factores”. Así lo señaló Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la entidad. Mencionó los problemas de financiamiento que obligaron a muchos productores a salir en busca de liquidez y, también, la caída de la oferta de granos a nivel internacional, que aceleró la compra de la industria y la exportación.
Durante una entrevista con el programa “La banda cambiaria”, que se emite por FM Meridiano, Calzada también marcó diferencias entre los diferentes cultivos y explicó que los movimientos fueron más pronunciados en trigo y maíz que en soja. “En el caso del trigo habrá 3 millones de toneladas menos de producción, y en maíz, 5 millones menos”, detalló.
—Se observa un adelantamiento en la comercialización de granos y mayor número de declaraciones juradas de ventas al exterior ¿A qué lo atribuyen?
—Existe, es así. Hay un avance de la comercialización de la nueva campaña mucho más fuerte que lo que hubo en otras. Pero los factores que generan esto son múltiples. Por lo general se cae en el concepto de que los productores están vendiendo más porque viene una suba de las retenciones, pero en realidad hay más factores que lo justifican esto y es bueno además analizarlo cultivo por cultivo. Por ejemplo, en el caso del trigo hay ventas de productores, pero también hay problemas de financiamiento. Hay quienes están vendiendo antes porque las tasas de interés en el sistema local son muy altas y, por lo general, prefieren hacerse de los fondos. El otro tema que es importante tener en cuenta es que en el mercado internacional ya están reportando problemas productivos Australia, Rusia, la Unión Europea y Estados Unidos,. Con lo cual, los exportadores adelantan sus operaciones de Declaraciones Juradas de Ventas (DJVE) y, como el sistema local exige que cada vez que reportan una operación tienen que tener la mercadería comprada, ya sea a precio hecho o a fijar, ahí se observa un mayor movimiento. Hay entonces una muy alta competencia de parte de los exportadores porque la situación internacional de trigo indica que habrá menor producción y más demanda. En maíz hay una fuerte presencia de ellos buscando la mercadería. Habitualmente se menciona que los productores venden rápidamente porque están preocupados por las retenciones. Pero, en realidad, cuando uno mira las compras que hizo la industria y el sector exportador en trigo, son operaciones a fijar precio. Con lo cual si hubiese modificaciones en las retenciones las va a alcanzar. Otra cuestión no menor en trigo es que se esperaban 22 millones de toneladas y Argentina va a tener 19 millones. Esto hace que en materia de ventas al exterior las propias empresas exportadoras traten de asegurarse la mercadería. Recordemos que de las casi 19 millones de toneladas, casi 5 quedan en el mercado local para panificación y consumo de los argentinos, y el resto se exporta. Y también hubo ventas a Brasil más fuertes por la decisión del gobierno de Brasil de abrirle el mercado a Estados Unidos con el sistema del arancel externo común. O sea que los factores son múltiples.
—¿Cómo es el panorama en soja, teniendo en cuenta que un escenario de aumento de retenciones en este cultivo es un tema sensible para el sector agropecuario argentino?╠
—Sin lugar a dudas en soja es muy sensible el tema de retenciones. De todos modos, el aumento de compras a nivel de industria aceitera y exportadores fue menor que en maíz y trigo. Se da una situación muy particular y es que Brasil está devaluando. Con lo cual, de continuar este proceso, la soja brasileña se pone mucho más barata que la argentina. Si esto ocurre, seguramente China va a utilizar más soja brasileña que argentina. Hay operaciones de los exportadores que se adelantan a este escenario y tratan de colocar de manera más rápida. Pero en soja las compras de industrias y exportadores, a pesar de que se han adelantado, fueron menores que en trigo o maíz.
—Según el informe que difundieron , en soja hay muchas menos operaciones a fijar precio que en el resto de los cultivos.
—Sí. Existen lógicamente operaciones donde los productores intentan cubrirse, como en cualquier negocio donde se vende algo y un régimen impositivo puede eventualmente hacer bajar el precio. Pero insisto en que hay muchos más factores. En el caso del maíz hay una situación particular. Argentina viene de una cosecha de 52 millones de toneladas a 47 millones. Es decir que esperamos 5 millones de toneladas menos. Ante esto, los exportadores se apresuran para tratar de colocar al exterior. Además cayó mucho la producción estadounidense y los stocks mundiales van a estar en los niveles más bajos en 6 años y la demanda viene recalentada. Con lo cual, aumentan las declaraciones juradas de exportadores y, por tanto, ellos tienen que presentar las compras locales porque así lo exige la normativa.
—Las declaraciones juradas tienen un plazo para convertirse en embarques concretos y por tanto ser liquidadas, con lo cual el gobierno puede llegar a perder un poco por recaudación impositiva si se anticipan pero gana dólares adelantados.
—Sí, es así. Si hay adelantamiento de DJVE lo que hay son divisas que hoy por hoy pueden liquidarse con anterioridad. Y en el marco de un control cambiario tan fuerte y estricto, representan divisas que van a quedar en el BCRA. Y otra cuestión a tener en cuenta es que Argentina no tiene una capacidad de almacenaje para retener dos o tres cosechas y guardarlas en los silos. Normalmente toda esta producción anterior va a terminar saliendo en marzo o abril, porque llega la nueva campaña. Cuando uno mira los flujos de exportaciones de harina o aceite de soja _y ahí está lo bueno de tener una industria oleaginosa_ uno ve que da estabilidad a lo largo del tiempo. Así, en una misma campaña, cuando está por empezar la siguiente la mercadería se liquida. Me parece que hay que rescatar la figura de la producción y lo que genera en materia de divisas y tener claro que el sector agropecuario argentino y la agroindustria está totalmente comprometida con el futuro del país y estos 28.000 millones de dólares que genera sobre casi 61 mil millones de dólares que exporta Argentina, es un aporte importante para el país.
—¿Cree que la cosecha nueva va a estar valorizada en ese nivel de 28.000 millones o en cuánto estiman estará?
—Nosotros en la campaña anterior, que fue una muy buena, estuvimos en el orden de las 141 millones de toneladas aproximadamente. Habrá que ver cómo evoluciona el tiempo, pero en general no creo que lleguemos en total a las 140 millones de toneladas. Es difícil hacer hoy una estimación. De todos modos, creo que Argentina no llegará en la próxima campaña a los 28.000 millones de dólares. Quizás esté entre 23.000 a 25.000 millones y ojalá sea así. No creo que alcancemos los niveles del ciclo anterior que fue muy bueno.
—¿Cómo ven la economía del productor tanto en materia de liquidez, financiamiento y actividad productiva?
—Los principales cambios que se vieron en la operatoria del sector agropecuario tienen que ver con los temas de financiamiento. Porque en otras campañas los productores habían empezado a hacer un uso muy importante de las tarjetas rurales, bancarias, donde se compraban insumos con tasa cero. Había plazos de entre 90 y 180 días y prácticamente toda esa operatoria de tarjeta se fue limitando. Todo lo que era financiamiento en pesos a tasa de interés tan elevada los productores pasaron a hacerlo en dólares y por eso hay muchas ventas de mercadería para tratar de financiar eso. Creo que el problema del financiamiento productivo es uno de los temas más importantes para el sector. Hay un avance fuerte de los canjes para tratar de pagar con granos y menor participación de los bancos. Esa es una de las limitantes más fuertes que tiene la operatoria del sector. Después las cuestiones que tienen que ver con los aspectos climáticos, vinculados a la falta de agua; y finalmente la llegada del nuevo gobierno. Hoy los productores están mirando como va a ser la futura política agropecuaria. Una vez que se fijen, volverá nuevamente a pensar en su esquema productivo y habrá mayor claridad, y esto es bueno para el sector. Hay cosas muy importantes en Argentina que están creciendo, como es el caso de la producción de cerdos. En ese aspecto, desde la Bolsa de Rosario estamos trabajando en un mercado electrónico, un mercado digital de comercialización de cerdos. Lo mismo con carne bovina. Alberto Fernández estuvo en la Bolsa antes de las Paso y en todo momento dijo que los sectores exportadores van a ser socios del gobierno porque son los que generan divisas. Y creo que hay un compromiso del sector de tirar todos para adelante para sacar a la Argentina de la problemática macro que tiene. Por lo tanto, nuestra mirada es muy positiva. Una vez que esté aclarada la política agropecuaria va a haber un horizonte y los productores van a terminar invirtiendo y avanzando.