El Banco Central Europeo (BCE) reactivó ayer mecanismos para dar más liquidez a los bancos, en un intento de impedir que la crisis de deuda en Europa provoque también un descalabro bancario. La medida fue en línea con la postura del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y de la canciller alemana, Angela Merkel, que ayer volvieron a apoyar una recapitalización de los bancos.
El sector bancario tiene miles de millones de euros invertidos en bonos de países en crisis.
Esto aumenta la desconfianza entre las entidades y restringe los préstamos que normalmente se hacen entre sí, una situación similar a la que produjo la caída del estadounidense Lehman Brothers en 2008.
En su última conferencia de prensa al frente del BCE, su presidente saliente, Jean-Claude Trichet, anunció por eso dos nuevas inyecciones de liquidez en octubre y diciembre, con un vencimiento de 12 y 13 meses respectivamente.
"La situación actual de las entidades financieras requiere especial atención. Los bancos tienen que regresar al mercado para fortalecer sus balances y elevar su base de capital propio", advirtió el francés tras la sesión del BCE en Berlín, donde se decidió mantener la tasa de interés en un 1,5 por ciento.
"Si los bancos carecen de liquidez, podría contraerse el crédito, y estrangular la actividad económica", añadió Trichet.
La decisión del BCE se produce un día después de que Merkel y Barroso mostraran su apoyo a una recapitalización bancaria. Ambos volvieron a defender ayer esa postura.
Barroso propuso "una acción coordinada por parte de los Estados miembros para recapitalizar bancos (en problemas) y liberarlos de los activos tóxicos que puedan tener".
Su propuesta sumó el apoyo del comisario de Competencia del bloque, el español Joaquín Almunia, quien coincidió en señalar la urgencia del momento, con la entidad franco-belga Dexia a punto de ser nacionalizada y escindida en dos hemisferios: uno "limpio" de activos tóxicos y otro "contaminado".
Merkel, por su parte, dijo que hay que "tomar muy en serio" la opinión de los expertos que creen necesario recapitalizar los bancos europeos y se mostró dispuesta a llevar adelante esa medida.
"El sistema monetario internacional y su estabilidad son por supuesto de gran importancia para un crecimiento económico mundial razonable", señaló al término de una reunión con los líderes de los principales organismos económicos internacionales en Berlín.
La pequeña "cumbre económica" reunió a la directora general del FMI, Christine Lagarde; y los presidentes del Banco Mundial; Robert Zoellick, y del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
También asistieron los presidentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el chileno Juan Somavía, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), el mexicano Angel Gurría, y de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy.
En la conferencia de prensa posterior, tanto Lagarde como Merkel consideraron suficientes los fondos anticrisis del FMI y la Unión Europea.