El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) aseguró ayer que en el segundo semestre de 2016 la pobreza afectaba al 30,3 por ciento de la población del país, unas 12,7 millones de personas, de las cuales 6,1 por ciento eran indigentes. Dentro de un mapa muy disperso entre los aglomerados que releva el organismo, se reportó para el Gran Rosario un 26,7 por ciento de población pobre y 3,8 por ciento indigente.
Aunque la ausencia de datos entre 2013 y 2015 impide realizar una comparación interanual, que es la correcta, el gobierno nacional presentó los datos correspondientes al segundo semestre del año como una reducción respecto de los primeros seis meses, cuando el índice de pobreza cerró en 32,2 por ciento y el de indigencia en 6,1 por ciento. Si esta comparación fuera válida, equivaldría a que 800 mil personas salieron de la pobreza entre junio y diciembre.
Hace poco más de dos semanas, el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) informó que 13 millones de personas, un 32,9 por ciento de la población, era pobre al tercer trimestre del año, mientras que 6,9 por ciento era indigente. Esta cifra significó subas de algunas décimas respecto del segundo trimestre y cinco puntos y 1,5 punto respectivamente si se compara con el final de 2015.
La UCA y el Indec coinciden en medir un nivel de pobreza e indigencia menor en Rosario que el promedio nacional. Los investigadores de la universidad registraron 21,6 por ciento de pobres y 4 por ciento de indigentes. En este último caso, por debajo de las cifras de 2015.
El lndec contó para el Gran Rosario un 26,7 por ciento de población pobre y 3,8 por ciento de indigentes. Si se mide por hogares, la relación es de 19,1 por ciento y 3,2 por ciento, respectivamente. En números absolutos: 344.796 pobres, de los cuales 48.617 son indigentes.
Los mayores índices de pobreza se anotaron en Santiago del Estero (44 por ciento), Concordia (43,6 por ciento), San Juan (43,5 por ciento), Córdoba (40,5 por ciento), Corrientes (39,5 por ciento) y Gran Buenos Aires (34,6 por ciento).
Los menores índices se anotaron en la ciudad de Buenos Aires (9,5 por ciento), Ushuaia (9,7 por ciento) y Río Gallegos (13,4 por ciento).
Los menores niveles de indigencia se anotaron en Ushuaia (2,1 por ciento, Comodoro Rivadavia y ciudad de Buenos Aires (ambas 2,3 por ciento) y Paraná (2,4 por ciento).
Los mayores niveles de indigencia se anotaron en Córdoba (10,8 por ciento), Santiago del Estero (8,8 por ciento) y Gran Buenos Aires (7,5 por ciento).
De acuerdo a los datos del Indec, a fines del año pasado una pareja de un hombre de 35 años, una mujer de 31 y dos hijos de 6 y 8 años, requería de 13.155 pesos al mes para adquirir la canasta básica total y no caer por debajo de la línea de la pobreza, o 5.458 pesos para comprar la cantidad mínima de alimentos y no entrar en la indigencia.
La difusión de estos datos, y su correlato ahora con los índices de pobreza e indigencia, se había interrumpido a mediados del 2013 durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
La leve disminución del índice de pobreza entre un semestre y otro fue explicada por el gobierno como consecuencia de una tenue recuperación de la actividad económica, que pasó de registros negativos a subas de 0,1 por ciento y 0,5 por ciento en el tercer y cuarto trimestre de 2016. El año cerró sin embargo con una recesión económica del 2,3 por ciento.
El gobierno nacional presentó ayer una serie de indicadores que apuntalan su tesis de los brotes verdes (ver aparte).
Estadísticas. El jefe del Indec, Jorge Todesca, difundió las cifras de pobreza de finales de 2016.