También hay expectativas entre las marcas de la región por la implementación de la ley de góndolas, que podría favorecer la diversificación y la participación de las pequeñas y medianas firmas en las grandes superficies. Eso podría generar mayores ventas y una contención de los aumentos. Sin embargo, la guerra de los precios en gran parte está dominada por la presión que ejercen las grandes compañías del sector alimenticio y fabricantes de productos de limpieza de la Argentina y habrá que ver realmente qué peso tiene esta política impulsada por el gobierno nacional.
El escenario en las empresas de la ciudad tiene varios matices. Hugo Gómez, presidente de la cooperativa Mil Hojas, reconoció que durante el 2020 pudieron facturar más y tuvieron más ventas, pero el incremento de costos para mantener la producción con menos gente, por los casos de trabajadores con comorbolidad, complicó los números. Hoy el mayor problema es la suba del precio de los insumos.
La caída del consumo es notable en Mil Hojas, mientras que antes de la pandemia fabricaban entre 25 y 30 mil docenas de tapas de empanadas por días en temporada alta (invierno), hoy apenas llegan a las 12 mil, como máximo a unas 15 mil por día.
”La presión sobre el precio es muy fuerte, competimos con muchas marcas, vienen mucho de Buenos Aires. Todo el mundo se puso a hacer pastas, emprendedores o grandes como Paladini. En los súper entregamos menos porque no podemos competir, casi no logramos ganancia”, señaló el referente de la empresa recuperada, quien se mostró preocupado por la estructura que hoy en día tiene la marca rosarina y se les está complicando sostener.
El aumento de la materia prima asusta. Gómez señaló que en los últimos tres meses subió 35% la margarina y 25% la harina. Otro tanto los conservantes que en su mayoría son importados y, aunque “no sube el dólar suben igual”. Los envases plástico también se incrementaron, registraron una suba de entre 25 y 30%. “Todo sube, pero nosotros aumentamos los precios un 15% y nos comimos el ahorro que teníamos para sostenerlo”, destacó el presidente de la empresa.
"La presión es muy fuerte, competimos con muchas marcas, todo el mundo se puso a hacer pastas” "La presión es muy fuerte, competimos con muchas marcas, todo el mundo se puso a hacer pastas”
Sergio Solezzi es secretario de la Cooperativa de Trabajo Productos de Cosmética Ltda., dueños de la marca Prunelle, y se mostró alarmado por la caída del consumo. “Todos los meses vemos una menor compra de nuestros clientes, que son supermercados y perfumerías”, indicó. Y el costo de los insumos, que en el caso de Prunelle son importados en un 95%, sube. “El incremento es por el aumento de los fletes internacionales, nuestro importador antes pagaba por kilo 11 centavos de dólar y ahora son 44 y el importador lo traslada”, mencionó. Los insumos llegan en su mayoría de China, Pakistan o Alemania.
Otra de las grandes subas ue enfrenta la empresa es por el incremento del precio de los envases de polietileno y prolipropileno. Es que se fabrican en Brasil y, debido a la crisis sanitaria, las fábricas operan a un menor volumen de su capacidad productiva. “La mayoría están cerradas o tienen una merma en su producción, y lo que llega viene de México con un 30 ó 40% de aumento”, precisó Solezzi sobre el actual escenario en el que la firma cada día pierde rentabilidad pero no aumenta para por la fuerte competencia en las góndolas.
“Estamos peor que el año pasado, aunque los importadores nos dicen que en algún momento pueden volver los precios a valores más bajos, cuando se reactiven las fábricas cerradas y haya mayor producción. Pero en el mercado interno las ventas están caídas, la gente no consume, y lo que nos dicen los vendedores es que no solamente pasa con nuestros productos”, detalló el referente de Prunelle, que hoy produce un 20% menos que el año pasado.
La venta de shampoo y acondicionador, caballitos de batallas de la firma, “se cayó enormemente” y también tintura. Sólo crecieron en cremas de mano, que venden mucho en la región de Cuyo.
“Tenemos pocos pedidos y pocas ventas. Vemos mal el escenario, las perspectivas no son buenas. Es un mes a mes, ver qué pasa, y nuestro rubro son meses en baja junio, julio y agosto. El invierno viene duro. Esta baja del consumo asusta”, subrayó el referente de la cooperativa que está integrada por 10 socios.
Un escenario más alentador es el que atraviesa la fábrica de productos de limpieza Aaron. Fabio Di Rado, titular de la firma rosarina, reconoce que entre la primera ola de Covid 19 y la segunda ola “hay una complicación bastante grande en todos los sectores” pero indicó que en su caso, como producen artículos de limpieza, la situación es positiva.
”Lo que producimos es de primera necesidad y hay que mantener la limpieza y nosotros incrementamos la venta un 35% respecto al 2020 pero tiene más que ver con que aumentamos la cantidad de clientes, de puntos de ventas. Hay un contexto general de falta de dinero y se nota en el punto de contacto de atención al público en lo que consume cada cliente semanalmente. No es un panorama alentador”, precisó y agregó que realizaron una importante inversión en materia prima para enfrentar el incremento de la demanda.
La fábrica rosarina incrementó su producción el año pasado después de ingresar al programa Precios Justos y con la pandemia por el boom de la venta a granel, formato todo suelto. “Se acercan al local con 10 mil pesos para hacer un emprendimiento y empezar a vender, del sector gastronómico que dejó mucha gente sin trabajo y esa gente con un dinero por subsidio o indemnización trata de invertirlo en un microemprendimiento para seguir”, contó Di Rado.
El titular de Aaron consideró que la estructura argentina de productores de alimentos y productos básicos no ayuda en el contexto actual. “Los formadores de precios no sólo generan aumento por la suba del dólar sino que aumentan en dólares, lo que valía un dólar pasó a 1,30. Es la costumbre de los formadores de precios y nosotros no podemos trasladar el aumento que hubo en los insumos estos meses, tenemos parámetros que respetar en Precios Justos y queremos hacer un esfuerzo para que el producto llegue a muy buen precio pero el abuso es continuo”, relató. En su opinión, las grandes empresas “no entienden el concepto de productividad y prefieren vender menos y ganar lo mismo”.
Di Rado se entusiasma con que la implementación de la ley e góndolas pueda cambiar la realidad en las grandes superficies. “Nos permitiría compartir góndola con las primeras marcas y tener un espacio más igualitario. Estamos esperando que llegue pero hay que ver cómo se va a controlar”, indicó.
En Aaron las perspectivas son positivas ya que la limpieza del hogar y la higiene personal son sumamente importantes y necesarias hoy en día pero Di Rado advierte que es algo circunstancial. “Si no estuviéramos inmersos en la pandemia no sé cuál sería el resultado porque hay una baja del poder adquisitivo importante, una presión de los costos que cada vez son más elevados y los sueldos no han aumentado en forma proporcional en relación a lo que fue la inflación, resaltó. Como ejemplo de la crítica situación económica que atraviesa el país mencionó que publicaron un aviso en sus redes sociales buscando preventistas y en 20 minutos recibieron 420 CV y en tres días llegaron más de 7 mil.
Ampliación en marcha
La experiencia de La Estrella también es positiva. Walter Di Mónaco, titular de la fábrica de panificados, resaltó que tuvieron un repunte muy grande de ventas durante el verano ya que atienden a muchos carritos de venta de hamburguesas y panchos, que habían pasado un mal 2020, y también destacó las ventas en los pequeños comercios.
“Logramos un incremento de ventas en comercios, fue un avance sigiloso, tranquilo, estable y de seguir así y si no hay mayores restricciones tengo optimismo. No sabemos si será por precio o gusto pero en almacenes y autoservicios hay crecimiento de consumo. Tenemos una diferencia de precios muy grande con las primeras marcas y en la calidad estamos muy bien y nos están eligiendo bastante. Estamos contentos”, resaltó.
En la empresa están planificando una ampliación del sector de producción, para agrandar el área de envasado y también invertir en lograr una mayor calidad del producto. “Nos trabaron los trámites burocráticos de pandemia, compramos una propiedad lindera y ahora nos darían el permiso de demolición; esperamos de acá a fin de año expandir la superficie”, relató Di Mónaco.
El titular de La Estrella contó que planean comprar una nueva línea de maquinas para envasados ya que el crecimiento más grande que registró la empresa es en es PBT, pan hamburguesa, pan de molde: lactal, salvado y multisemilla. También están remodelando el local de venta a revendedores, que en tres meses estaría listo.
El contrapeso en el actual escenario de ventas para arriba tiene que ver con el “tremendo” aumento del precio de los insumos. “Es un disparate y no hay lógica”, dijo.
“Tenés que estar muy activo, todo el tiempo pedir cotizaciones. Es una pelea, es una lucha para no aumentar mucho los precios. Nosotros aguantamos y sostenemos los precios, hemos llegado a cuatro meses sin tocar los precios el año pasado, de marzo a marzo subimos 36% y perdí contra la inflación por lo menos 10 puntos. Este año no vamos a poder aguantar de esa forma, no hay margen que subsista aunque uno trata de hacer el mayor esfuerzo posible. Lo lamentamos porque eso después se ve reflejado en las ventas”, relató.
Productos para todos
Para tratar de morigerar la inflación, desde el gobierno nacional se puso en marcha una canasta de 120 productos básicos a precios congelados. El ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, afirmó que en junio estará “plenamente implementada” la iniciativa y aseguró que no será sólo para los supermercados, como ocurre por estas pampas con Precios Cuidados y Precios Máximos. El objetivo declarado es que llegue también a los comercios de barrio.
La ausencia de capilaridad territorial en los acuerdos de precios del gobierno nacional fue, justamente, una de las críticas de las asociaciones de comerciantes locales. El presidente de Centro Unión Almaceneros de Rosario, Juan Milito, reclamó recientemente a los funcionarios nacionales “salir más a la calle” para enfrentar a los formadores de precios.
“En la Nación piensan que es más fácil juntar a los grandes supermercadistas nacionales y acordar un listado de productos, pero esos son los que después no respetan anda”, se quejó el dirigente de los comerciantes pymes rosarinos durante una entrevista con el programa radial La Banda Cambiaria.
También se quejó por el desembarco de las ferias itinerantes promovidas por el Ministerio de Desarrollo Social. “Por arriba arreglan con las grandes cadenas y por abajo hacen mal política poniendo los camioncitos diciendo que van a vender la azúcar a $ 48”, dijo, y reivindicó a los negocios de proximidad, que “son los que llegamos a la gente”.
"Vemos un alto grado de incertidumbre, hace mucho que no se le puede poner freno a la concentración económica” "Vemos un alto grado de incertidumbre, hace mucho que no se le puede poner freno a la concentración económica”
De hecho, el viernes se lanzó una nueva etapa de Precios Justos, el programa creado por el Centro de Almaceneros, con apoyo de la Municipalidad de Rosario, para ofrecer una canasta de algo más de un centenar de productos de consumo masivo en almacenes y pequeños autoservicios de Rosario. “Modestamente llevamos adelante este plan, que es el que mejor resultado da, ya que Precios Cuidados y Precios Máximos no aparecen en los comercios de barrio”, dijo, al tiempo que lamentó que nunca recibieron apoyo del gobierno nacional. En cambio, sí elogió a la administración provincial, que los participó en el desarrollo de la Billetera Santa Fe.
“Tenemos un pensamiento abierto y social pero lo social tiene que ver con mejorarle el ingreso a los trabajadores y a los desocupados para que puedan comprar mejor, porque si no caemos en una situación de traer un camioncito con cinco cajas de ravioles y dos kilos de asado barato para salir en la foto, y eso en un gobierno nacional y popular no es bueno”, dijo.
Milito alertó, en ese sentido, sobre una situación “complicada como pocas veces” en materia social. “Nos tocó padecer los cuatro años del gobierno anterior por la recesión y la inflación, y hoy vemos un alto grado de incertidumbre porque hace mucho que no se le puede poner freno a la concentración económica, lo que deriva en que hay 15 empresas en Argentina que hacen lo que quieren con los precios de consumo masivo”, señaló.
El referente de los almaceneros rosarinos alertó sobre quiebres de stock y la pérdida de brújula de precios. “Es muy grave no saber si un litro de aceite de girasol vale $110 o $200” advirtió.