El gobierno nacional observa con preocupación que las medidas hasta ahora adoptadas no han tenido el resultado esperado. Es por eso, que se iniciaría una nueva etapa económica, pasado el acuerdo con los fondos buitres y con la llegada de dinero fresco del exterior.
La devaluación del signo monetario, eliminación del cepo, baja de impuestos a la exportación, y restablecer los lazos financieros con el exterior, son muy buenas medidas que sirven para recomponer la relación de la Argentina con el mundo, aumentar exportaciones, sentar las bases para la llegada de inversiones, y conseguir financiamiento para acomodar los desajustes presupuestarios del gobierno nacional.
A la par de estos anuncios, llegaron las medidas con dolor, suba de tarifas, recorte de gasto público, y despidos de personal dentro de algunas reparticiones del Estado.
Paralelamente a estas medidas, en los gobiernos subnacionales aumentaron todos los impuestos, tasas y contribuciones para ajustar el gasto público.
Ninguna de estas medidas tuvo presente qué sucedería con el mercado del consumo si se aplicaban todas al mismo tiempo. Tampoco nadie reparó en adelantar paritarias, o paralelamente, realizar una red de contención, con un financiamiento a tasas negativas. Más bien ocurrió lo contrario, si no podés pagar la tarjeta de crédito te cobran el 70% anual, hay créditos personales al 50% anual, y un cambio de cheque ronda el 6% mensual.
Esto generó en la sociedad un efecto pinza, por el que los costos suben y el salario está siempre igual, lo que obligó a que el consumo se resienta. Muchas empresas dependen de la venta para seguir subsistiendo, en especial los cuentapropistas. Con menores ventas, y costos en suba, estos comercios, servicios o industrias, se ven agobiados, y están en problemas para afrontar los pagos a proveedores y al personal. Le subieron los costos y le bajaron las ventas.
Esto no se trata de una crisis terminal pero llevamos tres meses con ventas muy bajas y la esperanza, es la venta de abril.
Faltan las medidas sin dolor, aquellas que permiten la llegada de capitales, como el endeudamiento, blanqueo e inversión extranjera directa. Todos las esperan para el segundo semestre.
Pata financiera. El gobierno se paró sobre un dólar menor a $16, y una tasa del 38% anual. Así empuja a los inversores a un veranito financiero de 90 días, con tasas en pesos que dejarían una renta en dólares altísima.
El inversor puede optar por tomar el camino de los pesos, comprar Lebac a 35 días al 38% anual y quedarse en pesos mientras dure la fiesta. Le advertimos que un día se termina, por ende, es clave no endulzarse con ganancias muy altas en dólares, y en algún momento, algo de lo ganado debería pasarlo a dólares billetes.
Opciones de inversión. Otros inversores desprecian esta ganancia en pesos, y optan por comprar dólares baratos a un precio de $15. Con estos dólares se pueden realizar muchas cosas, por ejemplo:
• Comprar un Bonar 2017 que rinde el 5% anual en dólares.
• Comprar un Bonar 2020 que rinde el 7,5% anual en dólares.
• Comprar un activo en dólares, puede ser un bien de uso para la empresa, para mejorar la productividad.
• Comprar un reloj de una marca famosa como resguardo de valor.
• Comprar un auto importado, a este precio de dólar está muy barato.
• Comprar pasajes al exterior, que todavía están baratos.
• Con el auto no me apuraría tanto, ya que estaría por salir un crédito a tasa subsidiada para el sector automotriz. Es un crédito a 40 meses, al 22% anual. Es para aprovechar. Sin renegar de estos financiamientos creemos que el gobierno debería otorgar, con menos rigurosidad, créditos para capital de trabajo al 22% anual. Para igualar el financiamiento a la compra de un auto, que en muchos casos, no todos, es un bien suntuoso, y el dinero que necesita un emprendedor para seguir adelante con su proyecto. Algo parecido sucede con el campo, la maquinaria agrícola tiene tasas regaladas y el emprendedor no tiene tasas bajas para financiar capital de trabajo, que es el que aporta a futuro la cosecha.
Otros inversores no optan ni por pesos ni por dólares y salen a comprar propiedades. El gobierno nacional anunció un blanqueo muy generoso con el que piensa capturar más de u$s 200.000 millones. Si esto ocurre (tengo mis dudas con la cifra a conseguir) las propiedades serán un vehículo muy adecuado y de bajo costo para blanquear (la tasa para blanquear una propiedad será más baja que otras alternativas de blanqueo). En este escenario las propiedades podrían tener un potencial interesante.
Como siempre, hay para todos los gustos. El presente recesivo que vivimos es una gran realidad. Los avances financieros con el mundo son reales y nos posicionan mejor a largo plazo. La suba de impuestos de la provincia y municipio pasan desapercibidos en este escenario, pero lo marcamos como un duro problema en la vida de los emprendedores. El asalariado necesita más dinero en el bolsillo. Tal vez el segundo semestre encuentre al gobierno nacional más afianzado y pueda salvar mucho de lo que quedo en el debe de los primeros meses de gestión. Los gobiernos provinciales y municipales deberían repensar su forma de gestión, ya que el sector privado no puede seguir financiando grandes estructuras y ser más eficientes en la gestión, para hacer más fácil el día a día.
Animo, lo que viene es más fácil que el primer trimestre del año. O, al menos, es lo que todos esperan.