El crecimiento mundial es lento y esto parece que será así por 20 años más. Es que el PBI está declinando en todo el mundo, porque la productividad también lo está. Resulta que la civilización está a las puertas de la tercera revolución industrial y el paso a un nuevo sistema económico y social implica un proceso de crisis. Así lo entiende el sociólogo y economista Jeremy Rifkin, quien estuvo en Rosario y presentó su teoría sobre las transformaciones que se vienen de cara justamente a la Tercera Revolución Industrial.
Invitado por el gobierno de la provincia para participar del ciclo "Santa Fe Debate Ideas", el profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania analizó el impacto económico, ambiental, social y cultural de las nuevas tecnologías en la economía mundial. Durante la disertación que realizó en el Teatro El Círculo explicó que "la era industrial está declinando" y aseguró que eso "es el origen de una crisis muy profunda". En este punto hizo especial énfasis en el cambio climático y el impacto por la emisión de gases que modifican los ciclos del agua del Planeta.
"Por cada grado que aumentan las emisiones industriales, la atmósfera chupa 7% de las precipitaciones del suelo", disparó al tiempo que agregó: "Estamos destruyendo los ecosistemas y por eso ahora hay más inundaciones, sequías, huracanes".
Para enfrentar el actual estado de situación, que se asemeja a "la sexta extinción de la vida" como la última que ocurrió "hace 65 millones de años atrás", Rifkin plantea que "se necesita una nueva visión económica" en donde es prioritario "dejar de usar los combustibles fósiles y el carbón para dejar de caer en el abismo".
"No tenemos ni idea de lo que va a suceder. Sin embargo, podemos detener esto y salvar a las criaturas del mundo que quieren vivir este experimento con nosotros", subrayó con tono alarmante ante el atento auditorio. ¿Cómo se produce el cambio del paradigma? preguntó Rifkin y enseguida respondió: "con nuevas comunicaciones para manejar más eficientemente la vida social y económica, con nuevas fuentes de energías y un nuevo modo de transporte".
En este punto remarcó la necesidad de salir del patrón petróleo, aunque dijo que los intereses de la industria son muy grandes y apuntó "están intentando ganar la pelea". Es que "el sol no manda la cuenta, y el viento tampoco".
Rifkin lleva un largo tiempo compartiendo sus apreciaciones sobre el mundo que viene y fue consejero a varios gobiernos de la Unión Europea: Francia, Alemania, Portugal y Eslovenia y también con China. Asimismo, asesora regularmente al Parlamento Europeo en materias de medio ambiente, tecnología y seguridad energética.
El escritor de los libros "La sociedad de coste marginal cero", "La tercera revolución industrial", "El fin del trabajo", "La civilización empática", "El siglo de la biotecnología", "La economía del hidrógeno", "El sueño Europeo" y "La era del acceso", consideró que se viene un gran revolución en donde el eje es digital-digita-digital: comunicaciones, energía renovable y movilidad.
El cambio ya llegó en la comunicación a partir de internet y la revolución de los teléfonos inteligentes y dijo que se completará el escenario con la puesta en marcha de la tecnología 5G que se prevé que llegarán al mercado hacia 2020. Más allá de las mejoras en la velocidad, se espera que la tecnología 5G desate todo un ecosistema del internet de las cosas masivo en el que las redes pueden satisfacer las necesidades de comunicación de miles de millones de dispositivos conectados, con un equilibrio justo entre velocidad, latencia y costo.
Por otra parte, en lo referente a energías renovables, Rifkin sostiene que la sociedad se volcará a la producción de energía -eólica o solar- en forma particular y volcará su excedente al sistema, que estará digitalizado y permitirá compartir. En movilidad se enfocó en "el compartir" y citó como ejemplo los autos compartidos, muy buscados por los millennials.
"La economía del compartir es un nuevo sistema económico. Es un momento histórico increíble. El capitalismo lo está intentando absorber, con casos como Uber, pero los millennials lo impulsan de una forma fenomenal. Los jóvenes lo hacen al producir música on line, tomar cursos on line o contribuir con Wikipedia. Y todo esto no figura en ningún PBI. Se trata de una democratización del conocimiento", subrayó al tiempo que habló de formar redes en donde todos se benefician en forma lateral.
El pensamiento de Rifkin a veces parece muy lejano y casi imposible de realizar, pero el economista y sociólogo contó que Alemania trabaja fuertemente para lograr que en 2014 no se genere más energía fósil en el país, que todo sea de producción eólica, solar o biocombustibles. En ese sentido, apuntó que la reducción de costos fue fundamental para fomentar el procesos de cambio, mientras que un watt solar años atrás tenía un costo de 78 dólares hoy apenas llega a los 45 centavos.
En rigor, nombró casos de cooperativas de agricultores de pueblos perdidos por Europa que comenzaron a instalar sistemas para generar energía eólica o solar, pidiendo un crédito bancario que luego pagan con el excedente de la generación que vuelcan al sistema. ¿Qué pasará cuando China se meta en esto", disparó.
"La canciller Merkel me pidió que la ayudara a ver como hacer crecer la economía en Alemania. Y le respondí que era difícil crear nuevos empleos cuando están enchufados a una infraestructura de la Segunda Revolución, con combustibles fósiles y comunicaciones centralizadas. Es una infraestructura cuya productividad ya llegó al máximo y no podemos sacarle más. En esa oportunidad con Merkel hablamos de la Tercera Revolución Industrial que es toda digital y le pareció genial. Y desarrollamos el plan que se llama Europa Inteligente", contó.
El nuevo empleo
Un tema clave en el nuevo sistema que propone Rifkin tiene que ver con el empleo. A diferencia de otras corrientes que advierten sobre la desaparición del trabajo humano y apuestan por la robotización, considera que en los años por venir hay que desarmar toda la estructura e infraestructura de la segunda revolución industrial, por ejemplo los gasoductos, e instalar la infraestructura del nuevo sistema que requerirá trabajo humano especializado. "Los robot no podrán hacerlo, hay que cavar el suelo", indicó.
"Una vez implementando el sistema los trabajadores no van a desaparecer, van a ser parte de la economía compartida. Además, nunca una computadora podrá criar un niño de dos años. Nunca podrá reemplazarnos", aseguró y propuso: "Dejemos que las máquinas hagan el trabajo repetitivo".
"Todas las industrias y todos los sectores necesitan construir infraestructura, comunicaciones, etc. Necesitamos 40 años para construir la infraestructura. Hace falta que tengamos 5G de Big Data. En Europa estamos creando muchos empleos en el sector energético, en el transporte, en comunicaciones. Pero una vez que este armada, la fuerza laboral va a ser menor porque va a estar todo automatizado. ¿Dónde van a ir a parar los empleos? A la economía social, a la economía del compartir. Ese va a ser el gran sector", precisó.