Cada seis minutos una moto cero kilómetro sale de las concesionarias a las calles santafesinas. El contador superó las 46 mil unidades desde enero hasta julio. Las previsiones son que el ritmo tenderá a acelerarse a medida que la primavera avance, ya que casi como sucede con la producción agropecuaria en la región, el clima cálido es uno de los factores clave en la venta de motovehículos. Los otros factores son el crecimiento económico, la mejora del poder adquisitivo y el financiamiento.
También la ausencia de políticas de Estado en materia de transporte público, en la mayoría de las ciudades y pueblos del país, alimentan las ventas de rodados. Esto se palpa en la creciente congestión vehicular, sobre todo en las grandes urbes, donde se suman al boom de la compra de autos. En la provincia, la venta de autos registra un ritmo similar al de las motos: una unidad cada algo más de seis minutos (49.608 unidades entre enero y agosto). Cifras que arrojan una proyección de que uno de cada 17 santafesinos con edad para conducir y votar adquirirá un auto o una moto en 2011. Puestos en fila es una distancia similar a la que hay por autopista entre Rosario y Santa Fe.
Algunos de estos datos surgieron de la segunda convención de concesionarios del motovehículos realizado en Río de Janeiro por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), que prevé cerrar el 2011 con casi 700 mil motos vendidas en todo el país y apuntar al millón de patentamientos en los próximos años. Se estima en el sector que las ventas en realidad pueden llegar a ser entre un 15% y 20% superior si se tiene en cuenta aquellas unidades que aún escapan al patentamiento.
De la cumbre participaron casi 200 representantes de los concesionarios oficiales, de las fábricas terminales e importadores, de las entidades financieras, de compañías de seguro e instituciones de gobierno, tanto argentinas como de los países vecinos.
Pese a este escenario de bonanza hacia el interior del sector, los distintos actores de la cadena reconocieron que se registra una creciente tensión debido a la persistente informalidad y competencia desleal, una rentabilidad cada vez más acotada producto de los incrementos de los costos y de la presión impositiva de los tres niveles de Estado.
Con este diagnóstico cuatro de las principales terminales (Motomel, Honda, Zanella y Yamaha) y un número creciente de concesionarios avanzaron sobre un acuerdo sectorial para exigir una regulación de una cadena que en los último cinco años multiplicó sus ventas por más de cuatro veces, explicó Horacio Delorenzi, director general de la Acara. Es probable que en el corto plazo otros fabricantes y vendedores se sumen, admitieron algunos de ellos.
con rubro propio. Diego Dinitz, secretario general de Acara, recordó que frente a estos incipientes inconvenientes en el sector se formó dentro de Acara la división Motovehículos, que en la actualidad agrupa a más de 600 concesionarias de motos del país que representa al 90% de la venta del sector.
“El sector de venta de motos tuvo siempre un alto nivel de informalidad, pero en los últimos años se tomaron varias medidas que limitaron este avance, la principal de ellas, es la implementación hace un año de un formulario digital para la registración, que obliga a inscribir la unidad en el momento de la venta lo que llevó a que hoy casi el 80% de las motos que se venden estén patentadas lo que reduce la informalidad y la competencia desleal aunque quedan asuntos pendientes que atender”, señalaron desde Acara.
Estos aspectos pendientes son la elaboración un reglamento para regular el mercado sobre quiénes pueden comercializar motos y quiénes tienen que fabricar, ensamblar o importar. El tema fue planteado ante los representantes del gobierno nacional que estuvieron presentes en la convención.
Otro de los ejes prioritarios es el de la disminución de la rentabilidad. Si bien el volumen de ventas se incrementaría más de 21% (respecto a las 550 mil unidades de 2010), los márgenes se están reduciendo por dos cuestiones centrales: la presión impositiva y los problemas comerciales. Además, el presidente de Zanella, Walter Steiner, agregó otro dato: los precios de las motos crecieron entre un 25% y 30% por debajo de lo que lo hicieron el resto de productos en los últimos cinco años.
Darío Miele, gerente comercial de Guerrero, lo comparó en términos de salarios: históricamente se necesitaron en torno a tres sueldos para comprar una moto y hoy, en promedio, sólo 1,5.
Regular e invertir. En Argentina hay alrededor de 200 actores que proveen a las concesionarias, de las cuales muy pocas son fábricas y ensambladoras (con distinto grado de integración de partes) y el resto, importadoras. En este sentido, los fabricantes también se mostraron preocupados debido a que algunas empresas importan lotes de motos, las venden y luego desaparecen.
Los presidentes de los fabricantes de Yamaha, Pablo Hlebszevitsch; de Honda, Gustavo Ogura; de Motomel, Marcelo Meller; de Zanella, Walter Steiner, aseguraron que el ritmo de inversiones podría acelerarse más aún de establecerse un marco regulatorio para el sector como demandan desde estas firmas.
En tanto, Gonzalo Guerrero, director de la compañía homónima localizada en San Lorenzo, coincidió con sus colegas sobre que las perspectivas para la cadena de motovehículos “son muy buenas para los próximos años”, donde el incremento de la productividad será un elemento clave para la competitividad de las fábricas.
Los empresarios también admitieron en que tema pendiente a potenciar es la participación de las partes nacionales dentro del producto final, con lo cual, la inversión del sector se multiplicaría. En la actualidad, la producción y desarrollo de motopartes en el país es complejo, “porque los costos internos de la mano de obra y de los insumos nos plantean una desventaja competitiva frente a las partes de China”, apuntaron.