El gobierno ratificó ante empresarios e inversores de compañías estadounidenses su voluntad de alcanzar un “acuerdo positivo” con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en una reunión durante la que se presentaron los principales lineamientos y perspectivas de la política y la economía argentina.
En el encuentro realizado ayer en la sede del Consulado argentino en la ciudad de Nueva York, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, afirmó que “un acuerdo positivo con el FMI es una prioridad nacional que involucra a todos los sectores de la sociedad argentina”.
Ante una veintena de inversores y empresarios, Manzur y el ministro de Economía, Martín Guzmán, transmitieron precisiones acerca del rumbo político y la hoja de ruta de la economía, sobre la cual destacaron que el presidente Alberto Fernández “encomendó la tarea de, desde el diálogo, generar los entendimientos que sean necesarios para que la Argentina se recupere de forma sostenible”.
Durante la reunión, en la que también estuvo presente el embajador en los Estados Unidos, Jorge Argüello, Manzur ratificó la voluntad argentina de honrar la deuda y afirmó que “esto tiene consenso adentro del Frente de Todos” y dijo que la intención del Gobierno nacional es “llevarlo al Congreso y tener el apoyo de todos los sectores políticos para que sea aprobado allí”.
El jefe de Gabinete sostuvo también que se busca “cerrar el mejor acuerdo posible, que sea sustentable y permita al país continuar en la senda de recuperación, que no impida y por el contrario acompañe el desarrollo”; e invitó a los inversores a la Argentina para concretar reuniones con el sector privado nacional y con las máximas autoridades políticas de gobierno.
Por su parte, Guzmán destacó la importancia de “fortalecer la sostenibilidad de la deuda, tanto desde el punto de vista macroeconómico como desde el político”.
También resaltó el trabajo realizado en la reestructuración de la deuda con los acreedores privados y precisó que permitió bajar el pago de intereses “del 3,4% del producto a 1,5%.
Guzmán recordó que en 2016, bajo el gobierno anterior, “buena parte de quienes hoy estaban presentes empezaron a invertir en la Argentina con una expectativa de un sendero que luego colapsó y eso generó problemas de credibilidad muy fuertes”.