La década del 90 fue un período bisagra, un espacio de transición donde los temas económicos se
enfocaron hacia lo micro y donde se dejó de hablar de inflación y política monetaria y se viró
hacia el análisis de los sectores público y laboral, la organización industrial y la economía de la
educación, entre otros. Tal magnitud tuvo el cambio que el investigador Alberto Porto le dedicó
buena parte del libro “Medio siglo de economía”, una publicación que refleja el avance
de la literatura económica nacional en los últimos 50 años.
La ruptura, según Porto, tiene su origen en el tipo de problemas que enfrentó el país en
distintos momentos. “En los 80 el tema dominante era la inflación y la literatura económica
se concentraba en esos temas. A partir de la estabilidad y las reformas de los 90 aparecieron
reflejados otros sectores”, explicó en diálogo con La Capital.
Paulatinamente, ingresaron al campo de la economía temáticas como la felicidad, los
comportamientos positivos, la resiliencia y la importancia de ambientes laborales favorables, que
según el autor, guardan relación con la constante evolución de este área.
“Hay respuestas nuevas para las viejas preguntas, hay nuevas preguntas que surgen de la
situación del país y de las nuevas demandas de la sociedad”, puntualizó Porto.
En ese sentido, describió que en el caso concreto de la Argentina aparecen recientemente temas
como los de economía de la educación (por la preocupación por el deterioro de la calidad y los
problemas de financiamiento), la economía laboral (por el mal funcionamiento de los mercados de
trabajo y el desempleo), la economía de la regulación (acompañando el proceso de privatizaciones y
regulaciones de las actividades económicas) y la economía de la salud (por las diferencias de
acceso a los servicios, los costos crecientes y el problema del financiamiento).
Respecto de la felicidad y el fenómeno de la autoayuda financiera, el catedrático y Premio Konex
de Platino 2006, recordó que la economía importa temas y metodologías de otras disciplinas y
exporta los suyos.
Por ende, la felicidad “es un campo nuevo que intenta indagar los determinantes; y eso
puede ser de gran importancia para la formulación de políticas públicas”.
Nada se pierde
Según estos estudios, nadie está en condiciones de aseverar cuáles temas económicos cayeron
en desuso. “Los olvidos son relativos, nunca un tema desaparece definitivamente, se alternan
según la realidad económica”, argumentó Porto que aclaró que por esa razón surgen temas
novedosos y al principio, que parecen ajenos a la agenda económica.
Actualmente, se consideran temas cruciales los vinculados a la energía y a la preservación del
medio ambiente, la pobreza y la distribución del ingreso.
“Hay un determinante importante en la incorporación de nuevas asignaturas y es la mayor
disponibilidad de información y la disponibilidad de tecnologías para tratar con gran número de
datos; los que posibilitan esta apertura”, finalizó.