Las primeras negociaciones salariales de la ronda de paritarias 2013 comienzan a perforar el techo de incremento del 20 por ciento que pretende consolidar el gobierno nacional. Los gremios que hacen punta en la discusión cerraron acuerdos por encima de esa pauta, recurriendo incluso a fórmulas imaginativas para encajar con los papeles del Ministerio de Trabajo. Aún así, los porcentajes acordados no se escapan de los cerrados en 2012, lo cual no deja de ser un alivio para la política oficial.
El acuerdo salarial de la federación nacional de trabajadores aceiteros con las empresas agrupadas Ciara y Carbio es un caso testigo. El resultado de la negociación, tal como se publicó el sábado pasado en este diario, se expresó en un acta que informa un incremento de 20 por ciento, y un anexo que incorpora una "recomposición de diferenciación por categoría". Allí se llevan los porcentajes al 22 por ciento para la inicial, al 24 por ciento para las intermedias y al 25 por ciento para la más alta. En este último caso, también a partir de la combinación de un porcentaje y una suma no remunerativa.
A diferencia de años anteriores, la negociación aceitera se dilató por la fuerte resistencia de las cámaras empresarias y del propio gobierno a aceptar las demandas planteadas en el mes de diciembre. En ese entonces, las fábricas aceiteras, entre las que hacen punta las principales agroexportadoras, habían cerrado un acuerdo con un sindicato local, el de aceiteros de San Lorenzo, que implicaba un incremento de 19,5 por ciento. Y pretendían generalizar esa pauta.
Pisos y plazos. Al cabo de dos meses de conflictos y treguas forzadas, la federación nacional logró elevar ese piso para los trabajadores del resto de las jurisdicciones, incluida Rosario. Además, firmó por una gratificación de 5.850 pesos. El acuerdo se cerró por un año, como quiere la cartera laboral, pero con una pauta superior a la oficial y muy similar a la del año pasado.
Los aceiteros rosarinos acordaron un sueldo básico de 7.564 pesos, y reintrodujeron la diferenciación por categoría, que tiende a corregir el aplanamiento de la escala.
El nivel de los sueldos básicos establecidos en las negociaciones no es un tema menor, toda vez que muchas veces las cámaras empresarias impugnan demandas que involucran porcentajes altos pero parten de salarios iniciales bajos.
Viajantes. Un día antes que la federación aceitera, el Sindicato de Viajantes de Rosario cerró un acuerdo que involucra un aumento salarial del 23 por ciento, más una suma no remunerativa de 750 pesos. Con este incremento, de un punto menos que los aceiteros, el mínimo salarial se elevó a 5.300 pesos.
Mientras tanto, siguen las negociaciones en las administraciones públicas provinciales, con los gremios que el año pasado, con subas del 21 por ciento, cumplieron su papel para anclar las expectativas de aumento salarial.
A nivel nacional, el gobierno entró en la paritaria docente con una contraoferta del 17 por ciento, contra una demanda del 30 por ciento de los gremios. Esta negociación tiene escaso efecto directo pero contribuye a fijar pautas. No pasaron desapercibidas, en ese sentido, las declaraciones del ministro de Educación, Alberto Sileoni, que corrió el techo al 25 por ciento.
Bancarios. Las expectativas del funcionario parecieron acomodarse a la realidad de los primeros acuerdos cerrados. Además de los aceiteros, los bancarios perforaron el techo con un acuerdo trimestral que involucró un pago mensual de 1.440 pesos, más una suma no remunerativa de 770 pesos. El incremento efectivo está en el orden del 24 por ciento. La negociación se cerró, no sin conflictos, en enero con los bancos. Contra lo habitual, no fue homologada por la cartera de Trabajo. Igual, se está pagando. El gremio, que nuclea a unos 70 mil trabajadores, comienza a discutir un acuerdo anual en la segunda quincena de marzo.
Bein: El salario como un ancla
En su último informe, el economista Miguel Bein recordó que en 2012 el gobierno comenzó a apostar al salario como ancla contra la inflación. El año pasado lanzó la pauta del 18%. Los convenios cerraron muy por encima, en un 24%. Pero la movida logró bajar en 10 puntos los incrementos respecto de 2011, En 2013, el gobierno “arrancó intentando fijar la nominalidad en el 20%, para apuntar a que los acuerdos se cierren en niveles similares a los de 2012”.