Los gremios de la región pusieron el grito en el cielo tras conocer el acuerdo entre la CGT, el gobierno y empresarios para el pago de un bono de fin de año de 5 mil pesos por considerarlo "vergonzoso". El pago de la compensación extraordinaria no remunerativa se plantea desdoblado en dos partes, se pagaría en noviembre y enero, y regiría en principio para el sector privado —aunque con puntos difusos y contradicciones en cuanto a su obligatoriedad y alcance—, lo que podría desactivar el paro por 36 horas que la central obrera amenaza realizar en reclamo de un cambio en la política económica.
De todos modos, la CGT decidirá hoy en la reunión de su consejo directivo los pasos a seguir en función de cómo queda plasmado en el Boletín Oficial el acuerdo tripartito. Según trascendió anoche, los dirigentes se oponían a un pedido de la Unión Industrial Argentina de tomar el bono como una compensación pero a cuenta de futuros aumentos. Si esto queda ratificado en el decreto se resistirían a la firma y optarían por el camino del paro.
En tanto, los sindicatos de la región consideraron que esto "demuestra la complicidad de la CGT con el gobierno nacional" y por eso exigen sostener la medida de fuerza prevista para mediados de este mes y que se renueve la cúpula del confederal cegetista.
A priori, el desde el sector empresario cuestionaron la decisión al entender que las empresas no pueden afrontar ese pago en un contexto de crisis. A poco de que se conociera la estrepitosa caída del 11,5 por ciento de la industria en septiembre —la peor performance en casi una década— los referentes de la UIA plantearon la inviabilidad del bono. El vicepresidente de la entidad y titular de la cámara alimentaria (Copal), Daniel Funes de Rioja, afirmó ayer que "más del 60 por ciento de las empresas no podrán hacer frente al pago del bono".
"Es bueno sentarse y hablar sobre alternativas que compatibilicen esta realidad inflacionaria que deteriora el poder adquisitivo, que erosiona la capacidad de consumo", dijo el dirigente.
Los industriales de Santa Fe dicen que es "prácticamente imposible" pagar el bono de fin de año. El titular de la UIA santafesina, Javier Martín, dijo ayer que es "prácticamente imposible" para las pequeñas y medianas empresas.
"Nos preocupa sobremanera cómo se va a pagar" el bono, afirmó Martín, quien no obstante admitió que la iniciativa "es un paliativo" para los asalariados. Indicó que su sector perdió "casi 6.000 puestos laborales al mes de octubre".
En la región los gremios cuestionaron el acuerdo. Para Daniel Yofra, secretario general de la Federación Nacional Aceitera, "todo es potencial y nada está acordado. Todo es un espanto. Se debe lanzar un paro nacional urgente y con movilización en las calles".
Es que si bien autoridades de la CGT advertían anteayer que para renunciar al paro es necesario que el gobierno garantice el pago del bono en forma "universal y obligatoria" y "por decreto", ayer uno de sus secretarios generales, Héctor Daer, ya preanunciaba que "seguramente no habrá medida de fuerza", y especulaba en que si bien el acuerdo se había realizado en un primer momento para "el sector privado, luego, en una conversación que mantuvo el titular de Upcn, Andrés Rodríguez, con el vicejefe de Gabinete y secretario de Modernización, Andrés Ibarra, se extendió al sector estatal".
Esa posibilidad fue confirmada ayer por el mismo Rodríguez en declaraciones radiales.
A cuenta
El ministro de la Producción y Trabajo, Dante Sica, afirmó en un primer momento que el bono "en principio englobaría al sector privado", y dijo que su pago será obligatorio, "pero en un marco flexible", lo que arroja más incertidumbre sobre su viabilidad.
También contempló la posibilidad de "hablar con el sistema financiero para ver alguna posibilidad de financiamiento" para las empresas a las que se les dificulte pagar la compensación.
Pero más tarde el funcionario salió a confirmar que será obligatorio para el sector privado, mas no para el público, y deslizó que los 5 mil pesos podrían "tomarse a cuenta de futuros aumentos", una de los planteos que en la reunión tripartita habían hecho los empresarios y que aún mantiene en vilo a la CGT.
Marcelo Andrada, secretario general del sindicato de Recolectores de Rosario, dijo que "todo es una gran vergüenza. Esto demuestra la connivencia entre la cúpula de la CGT y el gobierno nacional".
"Lo de un bono de 5 mil pesos es una burla, cuando la inflación trepa a casi el 50 por ciento anual. Esta CGT debe pedir al gobierno que aplique una ley antidespidos y, si no, se debe convocar un paro nacional de 48 horas", arengó.
En el mismo sentido se expresó Marcelo Barros, secretario general de Smata Rosario, quien indicó que su gremio "está totalmente en contra de que el bono que pague en dos veces" y consideró una "vergüenza" el acuerdo. "La CGT tiene que convocar a un paro con movilización el 14 de noviembre", dijo.
En tanto, Sergio Rivolta, secretario adjunto de la Asociación Bancaria Rosario, expresó que "este bono es vergonzoso y que todos los trabajadores esperan se convoque a una medida de fuerza en virtud de que las condiciones para el sector del trabajo siguen empeorando con los permanentes despidos y cierre de empresas en un marco de inflación galopante".
Moyano va por el paro
También a nivel nacional, el secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, dijo ayer que "la CGT vuelve a fallarles a los trabajadores", tras el acuerdo. Para el sindicalista, "el acuerdo se hace para dilatar una medida que tiene que ser ya, y lamentablemente los dirigentes siguen creyendo en este modelo y le siguen dando al gobierno esta chance de tapar lo que viven millones de argentinos".
No obstante, Moyano adelantó que el 15 de este mes habrá un plenario federal del sector gremial del transporte en el que "seguramente vamos a anunciar medidas de fuerza", y que, en la misma sintonía, se reuniría con Hugo Yasky (CTA) y representantes del Frente Sindical opositor para "analizar el camino a seguir frente a estas políticas de sumisión al Fondo Monetario Internacional".