La crisis provocada por la política económica del gobierno nacional generalizó el espanto entre los economistas, propios y ajenos. A las críticas que desde el inicio de la administración Macri realizaron los analistas más heterodoxos, se sumaron en los últimos tiempos ex funcionarios como Carlos Melconian y Alfonso Prat Gay.
El primer titular de la cartera de Hacienda, el mismo que dijo que la devaluación de fines de 2015 no se iba a trasladar a precios, sostuvo que la economía macrista "es un quilombo" y advirtió que se necesita "un ministro" de Economía.
"Para ordenar esta economía, que es un quilombo, necesitás un ministro de Economía. Si no hay un responsable que tenga la visión general se nos van a ir los desequilibrios. Si se elige el camino del gradualismo, exige un monitoreo", sostuvo el economista.
En declaraciones a un canal de noticias, Prat Gay admitió que durante su gestión en el actual gobierno "tenía un problema con el esquema de funcionamiento, y se lo dije al equipo de jefatura de Gabinete el primer día".
Tras advertir que el gobierno nacional confunde a los inversores, sostuvo que "tocarle la puerta al Fondo es reconocer que no pudiste ponerte de acuerdo con el resto de la dirigencia política para solucionar los problemas".
El ex presidente del Banco Nación Carlos Melconian aseguró que la aprobación del presupuesto 2019 "no arreglará nada" y le pidió al gobierno que deje de poner "lo comunicacional por encima del contenido".
"El que no entiende de economía en el gobierno debe correrse", afirmó, y realizó críticas a la gestión anterior, pero también apuntó contra la administración de Mauricio Macri.
"Nadie nunca resolvió la tradicional bimonetariedad de la economía, que estuvo brava estos dos años y medio. En dos años y medio, entre atesoramiento y turismo, se fueron 80.000 millones de dólares. De los cuales, el último tiempo el BCRA vendió 20.000 millones", dijo Melconian.
Por su parte, el economista y dirigente del Partido Obrero Marcelo Ramal analizó la jornada. "El anuncio desesperado de Macri pretendió sofocar la razón de fondo de la actual corrida cambiaria: la incapacidad del Estado argentino para hacerle frente a la deuda, la cual ya representa el 70 por ciento del producto bruto".