Las estaciones de YPF volvieron a aumentar ayer el precio de las naftas en todo el país entre 4,5 y 5,5 por ciento, como había autorizado la semana pasada el ministro de Energía nacional, Javier Iguacel. En ese sentido, en Rosario el litro de súper pasó a costar 32,40 pesos y el de premium 37,28 pesos.
El incremento en los precios del combustible le suman presión a la inflación que, en lo que va del año, acumula una suba de 16 por ciento, un punto por arriba de la meta anual que había planteado el gobierno de Mauricio Macri en su momento.
Las naftas ya habían registrado una suba de entre 22 y 27 por ciento en 2018. Ahora, el acumulado es de 28 por ciento y más de 30 por ciento para la súper y la premium.
Fuentes del sector estimaron días atrás que todavía queda un margen de actualización de entre 10 y 13 por ciento necesario para normalizar el abastecimiento de naftas y gasoil.
A comienzos de julio pasado YPF había aplicado un aumento de 5 y 8 por ciento a las naftas súper y premium, respectivamente, y pocos días después agregó una suba de 1 por ciento.
En la provincia de Córdoba, por ejemplo, la súper pasó ayer de 31,41 a 32,83 pesos y la premium de 36,21 a 38,23 pesos.
Las noticias y quejas por la falta de provisión de combustibles en el interior del país se multiplicaron desde la llegada de Iguacel al Ministerio de Energía.
Sin embargo, los empresarios de los hidrocarburos no responsabilizaron al ministro por ese problema.
Estiman que, para llegar al precio de equilibrio entre el valor internacional del crudo y el actual tipo de cambio en torno a 28 pesos por dólar, falta casi 20 por ciento de ajuste en las pizarras al consumidor.
Frente a ese panorama, las petroleras, los productores locales y extranjeros, las refinadoras, los importadores, los intermediarios y los despachantes limitan las ventas a la espera de un mejor precio en los surtidores.
"Habrá combustible cuando los mismos aumenten 20 por ciento", prometieron.