En su rendición de cuentas, el gobierno nacional destacó el equilibrio con el que deja las cuentas públicas, acuerdo FMI mediante, al señalar que recibió un déficit primario del 3,8 por ciento del PBI y que lo dejó en 0,5 por ciento del PBI.
En su rendición de cuentas, el gobierno nacional destacó el equilibrio con el que deja las cuentas públicas, acuerdo FMI mediante, al señalar que recibió un déficit primario del 3,8 por ciento del PBI y que lo dejó en 0,5 por ciento del PBI.
En rigor, hay que señalar que según, el informe oficial sobre la cuenta de inversión, con los números del presupuesto ejecutado en 2015, aclara que el déficit primario fue de 1,8 por ciento del PBI en ese año. El déficit total, que incluye el pago de intereses, sí fue de 3,8 por ciento del PBI. Son números oficiales publicados por el Indec de Jorge Todesca.
La "controversia" en torno del déficit existente a 2015 tiene que ver con la inclusión como ingresos de fondos del FGS de la Ansés y provenientes de utilidades del Banco Central. Cuando Macri describió el déficit heredado, restó esos ítem, computó parte de la deuda flotante y también los ingresos que resignó por sus propias decisiones impositivas. Así, construyó el número que dio cuenta de un rojo primario de 3,8 por ciento PBI y un 7 por ciento total.
Pero esa interpretación no es convalidado por los centros de estudios más prestigiosos. Para la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (Asap), "el déficit financiero (primario más intereses) del Sector Público No Financiero, medido de acuerdo a estándares internacionales, alcanzó el 3,7 por ciento del PBI" en 2015. Según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el resultado fiscal "pasó de -3,7 por ciento en 2015 al -5,6 por ciento en 2018 y rondaría el -4 por ciento del PBI en 2019".
Lo que efectivamente ocurrió respecto del resultado fiscal entre 2015 y 2019 fue un drástico cambio en la composición del gasto. En el período hubo una importante contracción en las erogaciones previsionales, transferencias a provincias, remuneraciones, educación, salud, infraestructura, etcétera. En cambio, creció muy fuerte el gasto destinado a pagar los servicios de deuda. De menos del 10 por ciento en 2015 a más del 20 por ciento en 2019. En estos cuatro años, este componente del gasto total sobrepasó primero a los subsidios, luego a la obra pública y a las remuneraciones, hasta convertirse en el segundo ítem de importancia en el presupuesto, detrás del gasto previsional. Pero como señala el economista Héctor Giuliano, si se netea la erogación jubilatoria de los ingresos que genera el sistema, los servicios de deuda pasan al primer lugar. "Para el 2019 el gasto presupuestado de intereses es de $ 746.400 millones, mientras que el neto previsional es de 420.000 millones", señaló .
De acuerdo a un estudio del Instituto del Trabajo y la Economía de la Fundación Germán Abdala, el déficit financiero saltó del 3,7 por ciento del 2015 al 5,8 por ciento del PBI en 2016, el 6 por ciento PBI en 2017 y el 5,3 por ciento en 2018.
En nueve meses de 2019 sumó $ 520.338 millones, contra un superávit primario de $ 31.000 millones de pesos. El equilibrio primario se construye con componentes que hubieran sido descalificado en aquellos tiempos en que se evaluaba la "herencia" de 2015. Por ejemplo, fue crucial la inclusión de recursos extraordinarios, como la venta de dos centrales térmicas construidas durante el kirchnerismo y la transferencia de activos del FGS, entre otros. Cabe recordar que la última parte del año, el Banco Central modificó la política de emisión cero de pesos, para financiar desequilibrios.
El ahora ex ministro de Hacienda Hernán Lacunza presentó la semana pasada las cuentas públicas de noviembre. Aunque en ese lapso volvió al déficit primario, en el acumulado de once meses se mantuvo el superávit. No pasó lo mismo con el agujero financiero, que suma $ 594 mil millones, un 2,7 por ciento del PBI.
Lacunza estimó que en 2019 el sector público no financiero tendrá un déficit antes de intereses de 0,4 por ciento del PBI. Pero el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) duplica esa previsión. Es que el centro de estudios advirtió, basado en la experiencia de los últimos años,que diciembre es el mes en que se deben enfrentar gastos superiores a los mensuales habituales. Según el instituto, sólo en el último mes el rojo fiscal primario sería de $ 200 mil millones.
Evolución del gasto
El Iaraf realizó un análisis sobre el gasto total del sector público durante el gobierno de Mauricio Macri, en moneda dura. Entre 2016 y 2019 se redujo en u$s 43 mil millones, desde u$s 141.642 millones hasta u$s 98.260 millones. Pero el proceso no fue lineal, ya que en 2017 las erogaciones tocaron un pico de u$s 158.235 millones.
Entre 2016 y 2019 todos los gastos primarios mostraron una reducción. Encabezaron la caída las prestaciones sociales (u$s 15.274 millones), seguidas por los subsidios económicos (u$s 11.397 millones). El recorte también alcanzó a los gastos de funcionamiento, de capital (u$s 8.374 millones), y transferencias a universidades y provincias.
Sólo los intereses de la deuda mostraron un incremento, de u$s 6.182 millones. "Este hecho es un reflejo de la política de achique gradual del déficit primario en un esquema de financiamiento con deuda pública", señala el Iaraf, que describe: "Mientras transcurre el tiempo, el stock de deuda se agranda y los intereses que devenga son más grandes".
Por el lado de los ingresos, la caída fue de u$s 30 mil millones. El rubro que más cayó fue el de los aportes y contribuciones a la seguridad social (u$s 12.400 millones). Los únicos ingresos que crecieron fueron los no tributarios, como las rentas de capital neta (recursos del FGS de la Ansés) y las percepciones de capital. También se registró una leve suba de la recaudación por retenciones a la exportación.
Si se mira sólo el resultado primario, sin contar los intereses de deuda, el déficit acumulado en cuatro años llega a u$s 61.400 millones. Pero con la carga de la deuda, generada entre otras cosas por el endeudamiento tomado con el argumento de financiar el desequilibrio, el rojo casi se duplica y salta a u$s 112.300 millones.
"A fines de 2019 el stock de deuda en moneda extranjera será más elevado que a fines de 2015, mientras que el déficit fiscal sigue siendo elevado", concluyó.