El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, y el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, polemizaron ayer sobre las paritarias, ya que para el dirigente fabril los salarios "no tienen atraso" y para el gremialista están "muy bajos".
Asimismo, Caló reiteró que no acepta ninguna clase de "techo" en las negociaciones paritarias y ratificó que si no se concreta un acuerdo, los metalúrgicos harán el paro de 36 horas anunciado el 15 de abril en Mar del Plata.
Méndez señaló que el problema de la Argentina es la falta de competitividad y dijo que Brasil y México lograron vender más de 2 millones de autos "porque los sueldos son mucho más bajos".
"Tenemos la convicción, porque tenemos los números, de que hemos dado todo lo que teníamos que dar en el sector industrial", señaló el empresario en declaraciones radiales.
Méndez afirmó que es "una lotería" lo que puede pasar en el futuro, y advirtió sobre la evolución de los precios. "No sabemos qué va a pasar con la inflación, siempre ha habido acuerdos posteriores, pero si uno lo hace a priori, lo que genera es más inflación, y es algo que nos preocupa y que además es lo que más daño le hace a los trabajadores", afirmó.
Caló se quejó de que los metalúrgicos tienen un salario muy bajo. "Venimos del 2001, recompusimos la industria, primero cuidamos que haya puestos de trabajo, pero ahora nos quedamos muy abajo", dijo y describió que un trabajador que empieza a trabajar cobra 5 mil pesos. "Con lo que pedimos de aumento, se va a quedar con 6.400 pesos", señaló.
Aclaró que el aumento que reclama en el salario mínimo es del 32 por ciento, pero llamó a observar lo que significa en valores absolutos:
"Asusta el porcentaje pero cuando vamos a lo que se lleva el compañero al bolsillo, estamos hablando de un tornero especializado por ejemplo, que hay muy pocos, cuando llega a su casa se lleva 10.500 pesos", sostuvo.
La viceministra de Trabajo, Noemí Rial, consideró que los porcentajes "distorsionan a veces la realidad". Puso como ejemplo que "en un haber bajo, el equis por ciento puede parecer mucho, pero en el bolsillo es una suma absolutamente justificada que permite vivir de forma digna". En cambio,"si sobre un ingreso alto se aplica el 10 por ciento, quizás sea perfecto porque se trata de una suma importante".
En declaraciones al programa televisivo "La Cultura del Trabajo", que conduce Claudio Marín, la funcionaria se quejó porque "en un año político la negociación colectiva se tiñe como no ocurría antes". Y se quejó porque "se está dramatizando algo sencillo".
Igual, admitió que todavía no se cerraron "los acuerdos paritarios más importantes, como telefónicos, mercantiles y metalúrgicos".
Rial mencionó los acuerdos puente, como el de los petroleros privados, que pactaron un aumento de 12 por ciento ó 13 por ciento en salarios altos, como transición a una negociación definitiva. "Otras actividades son diferentes", puntualizó.
La funcionaria volvió a poner sobre el tapete una vieja idea: restablecer la participación en las utilidades, como contemplaba la llamada ley Recalde. "Sería menos distorsionante que un porcentaje de aumento salarial", puntualizó.
Rial recordó que hoy el empleador tiene la obligación mostrar al trabajador esa información, pero reconoció que en muchos casos ello "no se solicita".
"Negociar participación en las ganancias haría más equitativa esa negociación. También hay que contemplar la situación de las empresas y la fuerza de cada gremio, que no es igual", afirmó.