Javier Milei, como presidente electo, volvió a faltar a un evento organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA). Pero los principales referentes de la entidad igual lo festejaron. Empezando por su titular, Daniel Funes de Rioja, quien restó importancia a los pronósticos de caída de la actividad en los próximos meses. “Sin estabilización macroeconómica nada puede crecer más que la inflación y los problemas”, dijo. Así uno de los sectores que más creció y más auxilio recibió durante la gestión saliente eligió creer en las palabras de los referentes del mandatario electo, que les prometieron levantar el cepo, quitar regulaciones, bajar impuestos y flexibilizar las condiciones laborales.
Diana Mondino, futura canciller, y Federico Ovejero, referente industrial de Milei que suena fuerte para encabezar el área relacionada con el sector productivo, fueron los enviados del mandatario electo a la 29º Conferencia Anual de la UIA. La futura funcionaria fue al hueso con el programa de La Libertad Avanza: dijo que los precios máximos y cuidados “tienen que desaparecer”, que cuando se pueda levantarán el cepo y las Siras (los instrumentos para autorizar dólares para importar), aseguró que Argentina no entrará al grupo Brics y pidió al presidente Alberto Fernández que firme el acuerdo entre el Mercosur y la UE. Y para regocijo de los empresarios señaló: “Los dólares volverán a ser de los exportadores y no del Banco Central”. En el medio, también les sugirió que vayan comprando generadores de energía eléctrica para el verano.
El ex ejecutivo de General Motors, por su parte, prometió “desregular, quitar las trabas a las empresas, trabajar en el costo impositivo”, al tiempo que adelantó que “se están trabajando una serie de medidas” tendientes a “modernizar todo el esquema laboral”. Eso sí, por si hubiera en la sala algún empresario que se acordara de la gestión de Mauricio Macri, aclaró que “la apertura no será de la noche a la mañana” porque “es fundamental no cometer un industricidio”.
Funes de Rioja tiró todos los centros. Admitió que “la industria espera anuncios y señales claras” pero aclaró que “sin estabilización macroeconómica nada puede crecer en la Argentina más que la inflación y los problemas”. Recordó que “nunca estuvimos de acuerdo con los controles de precios” y se mostró en favor de una “modernización laboral”. Sobre las promesas de estanflación de Milei, suavizó: “Recesión está habiendo y se va a pronunciar, pero yo no soy agorero de decir qué es lo que puede pasar, problemas va a haber hasta que empiece a haber dólares, divisas”. También minimizó los anuncios de despidos y cortes en las líneas de producción. “Han empezado pero no generalizados”, dijo.
En sintonía se expresaron referentes de Cilfa (laboratorios), Cera (exportadores), el cafetero Martín Cabrales, y Alfredo González, de Came. José Luis Ammaturo, dirigente de UIA y presidente de la Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica (Camima), fue más allá: celebró que el gobierno electo anuncie un panorama de “situación económica complicada” porque, así, “se termina el relato” llevado adelante en los últimos años por la actual administración.
En el mismo ámbito, las presentaciones realizadas a nivel sectorial, como la industria metalúrgica, la minería y la economía del conocimiento, mostraban con datos un panorama muy distinto respecto de lo que pasó en los últimos cuatro años, sin eludir las complicaciones.
Mientras tanto, Luis Caputo integraba a su equipo económico a Joaquín Cottani, un ex funcionario de la gestión de Domingo Cavallo.