Enero cerró con pocas lluvias y hay alerta por menos precipitaciones durante febrero. Así lo indicó José Luis Aiello, especialista de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Enero cerró con pocas lluvias y hay alerta por menos precipitaciones durante febrero. Así lo indicó José Luis Aiello, especialista de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
"Es un tiempo crítico para la soja, la falta de agua pone en jaque el 65% de la región", advirtió el GEA en su informe de esta semana.
En ese contexto, advirtió que "la oleaginosa de primera está muy desmejorada en su momento de definición ya que subió a un 20% la condición regular y el 45% bueno está muy próximo a descender si no recibe el auxilio urgente de las lluvias".
El escenario es poco alentador, ya que en el momento más crítico de la soja se ha instalado un importante centro de alta presión en el centro-este del país, por lo que habrá escasez de precipitaciones en toda la porción central del país, y en particular sobre la región GEA. Además, las marcas térmicas treparán por encima de los niveles normales.
Aiello advirtió que "recién a partir de mediados de febrero podrían darse cambios favorables". Los núcleos de tormentas siguen instalados en el norte del país. En la región central no se esperan lluvias significativas.
La mala condición de la soja reaviva los recuerdos de las campañas más difíciles.
A la hora de repasar el estado de los cultivos, la soja de primera en el 35% de la región núcleo está entre muy buena y excelentes condiciones. Los mejores cuadros en general se corresponden con la zona más privilegiada, la del centro sur de Santa Fe y una parte del oeste cordobés. Allí, las lluvias fueron más frecuentes, modestas o escasas, semana a semana estuvieron presentes. Y en este último fin de semana volvieron a tener agua, con volúmenes de entre 15 a 35 milímetros que permiten al cultivo avanzar sin contratiempos a R4 o R5, es decir a plena fructificación o inicio de formación del grano. Justo entre esas dos etapas se inicia el período más crítico, donde la disponibilidad de agua impacta directamente en el rinde. "Por eso es el peor momento para que se instale un centro de alto presión que aplace el auxilio de las lluvias", indicó el GEA.
En el resto de la región, ya sin agua desde hace tiempo y en condiciones muy exigentes, esta semana se comenzó a notar mucho la sequía. "El marchitamiento, las pérdidas de vainas, flores y hojas se han recrudecido. La condición regular subió un 10%, pasando al 20%. Y el 45% de la soja si bien está en condiciones buenas, se ha desmejorado mucho en esta semana" .
Los ingenieros que están en las zonas más afectadas de Buenos Aires, ante este panorama alertan que si en los próximos 15 días no llueve, los rendimientos podrían caer a los niveles de las campañas del 2008/09 y 2011/12.
A mediados de enero Aiello se había referido a que la Niña se había intensificado y que en enero no se iba a producir un cambio sustancial de las lluvias. Sí se había mostrado optimista en el norte del país, anunciando la recuperación hídrica del NOA. También había explicado que en febrero La Niña seguiría siendo una protagonista indeseable, pero que observaba activos los mecanismos regionales que seguían aportando agua a Córdoba y Santa Fe. Sin prever mejoras sustanciales en el régimen pluviométrico, destacaba que era muy positivo que sigan operando estos frentes, aunque actúen a pequeña escala.
"Si se mantienen las actuales circulaciones regionales, por efecto del Atlántico, podemos ver un mes (febrero) no tan severo", decía Aiello hace 15 días. Pero este efecto del Atlántico es el que podría quedar inhibido de acá en delante. Por ello es que febrero podría volverse un escenario aún más complicado para el sector agrícola.
Centro norte
En la región del centro norte santafesino, de acuerdo al relevamiento que realiza el Sistema de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe y el Ministerio de Producción, comenzaron también a presentarse señales de alerta por altas temperaturas y poca agua.
"Las sucesivas precipitaciones y días de inestabilidad, con diferentes porcentajes de cobertura y montos pluviométricos, que se registraron en el área de estudio durante nueve semanas consecutivas, permitieron que los diferentes cultivos se desarrollaran favorablemente desde su germinación y sucesivos estados fenológicos, llegando a los períodos de floración y fructificación, con lo justo y necesario en disponibilidad de agua útil en los suelos, con escasas y mínimas reservas en ellos", indicó el informe.
Sin embargo, advirtió que, sumado a eso, "la demanda de agua aumenta, las temperaturas medias diarias son elevadas, se incrementan los procesos de evapotranspiración", agregó.
"Las probabilidades bajas a nulas de precipitaciones para los próximos 10 días, colocó en alerta, la definición de la producción de la campaña de la cosecha gruesa 2017/2018", aseguró el relevamiento.
En esta última semana, en un área de los departamentos del centro de la región, al no registrarse lluvias, y comenzaron a observarse síntomas de déficit hídrico, y con ello la preocupación de los productores.
En tanto, continuó el proceso de siembra de soja de segunda y maíz de segunda, especialmente en los departamentos del norte santafesino, aprovechando la disponibilidad de agua útil en la cama de siembra y los lotes dejados por la cosecha de girasol y maíz de primera (picado – autoconsumo).
A la fecha del informe, se llevaban sembradas 61.070 hectáreas de sorgo, el 98,5% de la intención de siembra que era de 62.000 ha.; 502.125 hectáreas de soja de segunda, 97,5% de la intención de siembra de 515.000 hectáreas y 85.000 de maíz de segunda, 85% de la intención de siembra de 100.000 hectáreas.
Trigo récord
Por otra parte, un informe elaborado por el economista Blas Rozadilla de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que e trigo argentino "continúa rompiendo récords en el mercado exterior, ya que en 2017 cerró con exportaciones por 2.364 millones de dólares, y aumentaron las ventas externas 28,6% en un año, es decir 526 millones de dólares respecto de 2016. Además, indicó que esta vez, el "buen desempeño del cereal local se focaliza en el comercio exterior".
"Nuevas marcas en ventas mensuales a Brasil, la diversificación de destinos de exportación y el crecimiento de las divisas generadas caracterizan la gran competitividad en este cultivo", dijo.