El 43,8% de los argentinos _ es decir 18,4 millones de personas_ se encuentra bajo la línea de la pobreza en Argentina, un dato que muestra una leve desaceleración respecto del año 2020 cuando la cantidad de pobres e indigentes alcanzaba al 44,7% de la población, según el relevamiento presentado ayer por Observatorio de la Deuda Social elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA).
El relevamiento destaca la importancia que adquirió la presencia del Estado para atemperar estas cifras, ya que sin planes asistenciales la población bajo la línea de la pobreza se hubiese sido cinco puntos porcentuales por arriba y llegaría al 48,9%.
En el informe “Crisis del empleo, pobreza de ingreso y privaciones sociales estructurales 2010-2021” que mide el trimestre que va de julio a octubre, ese 43,8% de población pobre surge de la suma de dos categorías: 35% de pobreza (no logra cubrir con sus ingresos la canasta básica total) y 8,8% indigencia (no pueden cubrir la canasta básica alimentaria).
Según estos datos, tomando el período 2020-2021, con los efectos de la cuarentena estricta, se verificó que hubo una leve caída de la indigencia, del 9,8% al 8,8, mientras que la pobreza pasó de 34,9 a 35 puntos en el último año.
Por otra parte, un dato alarmante es que si se mide por rango etario, el 65% de los chicos de la Argentina están en la pobreza, casi idéntico nivel que hace un año atrás y por encima del 58,3% de 2019.
Asistencia del Estado
El director del Observatorio, Agustín Salvia, destacó que los planes sociales son “fundamentales para evitar que se dispare la indigencia” y sostuvo que sin esa asistencia, ese índice subiría de 8,8% a 18%. Esto refiere a la cobertura de programas como AUH, subsidios, Tarjeta Alimentar, bolsones de comida, entre otras prestaciones, que permiten absorber el impacto de la crisis económica de forma parcial.
Por otra parte, los especialistas de la UCA destacaron que la franja etaria de los niños de 0 a 17 años fue la única que subió, mientras que en el rango de los jóvenes entre 18 y 29 años retrocedió de 44,5% a 42,7% entre 2020 y 2021.
Por otra parte, el informe de la UCA concluyó que hubo una caída de la clase media hacia la pobreza, una situación que se potenció con la crisis generada por la pandemia, que no logró superarse a pesar del repunte de la economía durante 2021. La mejora de ingresos que logró este sector se vio afectada sustancialmente por la inflación, ya que los aumentos salariales fueron neutralizados por el incremento del costo de vida.
Eso afectó en mayor medida a los trabajadores integrados al sistema y a los medios no profesionales. En el primer caso, la pobreza cayó de 55,4% a 53,7%, mientras que en el segundo subió de 12,5% a 15%. En cambio, entre los trabajadores marginales, retrocedió de 77,3% a 72,9% entre 2020 y 2021.
También el impacto en la clase media quedó expresado en el informe cuando se analiza la capacidad de ahorro. El relevamiento de la UCA, de 2011 a 2021, mostró que hace diez años un 13,9% podía hacerlo de acuerdo a sus ingresos y actualmente esa cifra bajó a un 8,4%, por lo que menos trabajadores asalariados pueden ahorrar.
También es el informe muestra que tomando como referencia el período 2019- 2021, un 29,6% no pudo salir de la pobreza, lo que da cuenta del problema estructural sobre la distribución del ingreso en el país.