Por las últimas lluvias, unas 185 mil hectáreas de soja quedarán sin cultivarse en la zona núcleo a raíz de las lluvias extraordinarias de las últimas semanas. "No dan los pisos, ya no se intentará más", señaló la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario.
La estimación corresponde al informe semanal de la institución del pasado 24 de enero, por lo que las precipitaciones posteriores sumarían aún más pérdidas. Hasta esa fecha, Carlos Pellegrini había acumulado 145 milímetros en dos días y las recientes lluvias afectaron las zonas más sensibles, en el centro-sur de Santa Fe, este de Córdoba, y noreste bonaerense, con napas a escasos centímetros de los suelos. Bell Ville es donde más ha llovido: acumuló 282 milímetros. Junto con las áreas de Leones y Justiniano Pose están en una situación crítica. "El agua no se despeja y si bien es todavía difícil cuantificar la pérdida de los cultivos, va a ser muy significativa", advirtió el organismo.
Para colmo, las precipitaciones extraordinarias aflojarán recién en la segunda quincena de febrero, según el doctor en Ciencias Atmosféricas, José Luis Aiello. Y advirtió que de todas maneras los mecanismos que favorecen a las lluvias están muy activos.
En este contexto, los técnicos coinciden en que el agua no permitirá ingresar a los lotes y tener las condiciones mínimas de siembra. La última tormenta que dejó 145 milímetros en Carlos Pellegrini y 87 en Noetinger le puso punto final a cualquier intento de sumar área con soja. Entre las 40 mil hectáreas de primera que faltaban resembrarse y las 145 mil con soja de segunda que quedaban por sembrar, las lluvias le restan a la región 185 mil hectáreas, alerta el informe de GEA.
Temor anticipado
El organismo observó un fenómeno inédito: el temor anticipado, ya en enero, a los resultados de la cosecha. "Los productores tienen demasiadas malas experiencias y saben que se ha vuelto una etapa crítica que define cuantos quintales efectivamente le quedan en las manos".
Mientras tanto, la soja de primera comienza a formar granos en la zona núcleo. Un 7% ya arrancó con el llenado de semillas, un 80% está fructificando y el resto se centra en la floración. Comienzan a aparecer enfermedades como septoria, isocas, y chinches.
En tanto, el Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) para el centro y norte provincial que elabora la Bolsa de Comercio de Santa Fe, comunicó que el paso de nuevos frentes de tormentas "fue condicionando las actividades agrícolas y generando situaciones muy complejas en cada uno de los cultivos implantados en esta campaña, provocando incertidumbres para las próximas semanas, porque los estados fenológicos de floración y llenado de grano estarían definiéndose", señaló la entidad.
Muy lentamente, en el área de mayor impacto de los eventos climáticos, con excesos hídricos extraordinarios como los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y norte de San Javier, se fue produciendo el escurrimiento superficial del agua.
Los perfiles de los suelos se encontraron con muy buena carga de agua y disponibilidad para el período de mayor demanda, aunque nuevamente las áreas más bajas y deprimidas se encharcaron y anegaron, generando interrogantes de cara al futuro en el sector productivo. Fueron menores los procesos de siembra de los cultivos de segunda o tardíos y el control de las malezas en los lotes, todos regulados por las condiciones reinantes.
Area de siembra
Al momento del cierre del informe del SEA (29 de enero), se habían sembrado 176.540 hectáreas de maíz, el 91% de la intención de 194.000 hectáreas, y 60.760 ha de sorgo, el 98% de la intención de 62.000 hectáreas. Un 80% de los cultivares de soja temprana presentaron estado bueno a muy bueno, con lotes excelentes y el 20 % restante continuó manifestando el impacto y los inconvenientes ya mencionados. Las condiciones ambientales de enero permitieron el comienzo de una muy buena floración, pero los excesos hídricos y humedad ambiente favorecieron enfermedades, insectos y primeras chinches.
Hubo tareas de resiembra parciales de soja tardía en lotes que se habían encharcado o anegado, en los departamentos del norte, General Obligado y Vera. Pero las nuevas precipitaciones en particular en los departamentos del centro–sur del área de estudio, inundaron nuevamente las parcelas y la germinación fue imposible.
El cultivo siguió presentando consecuencias e impactos de importancia por este período húmedo, como el retraso de la fecha de siembra, poco desarrollo de estructura de plantas, heterogeneidad de lotes y mortandad de plantas.
Maíz
Según el SEA, el maíz presentó en el centro y norte provincial un avance en la siembra del 91%, representando unas 176.540 hectáreas. Unas 89.000 correspondieron a los lotes sembrados en primera instancia, que se destinaría en un porcentaje a grano para futura venta comercial y el otro porcentaje como forraje, para consumo animal bovino. Otras 87.540 hectáreas corresponden a siembra de maíz de segunda.
En toda el área maicera fue muy lento el movimiento de sembradoras y de equipos, regulado por las condiciones de cama de siembra y de piso, que no fueron las óptimas. Las áreas deprimidas resembradas perdieron toda posibilidad de germinación con el paso de los frentes de tormenta y precipitaciones.
La actividad de picado de cultivares de maíz temprano, particularmente en el área de las cuencas lecheras se hizo más lenta por las condiciones ambientales y avanzó 70 al 75% en departamentos del centro y norte provincial.
Los rendimientos se mantuvieron con muy buenos resultados en cuanto a calidad y cantidad, que habían expresado en los comienzos, los mismos en promedio fueron 12 a 13 metros bolsa/ha. Los cultivares en un 95 %, presentaron un muy buen estado a excelente y el 5 % restante regular, consecuencia de las sucesivas precipitaciones ocurridas. En el departamento General Obligado, en muy pocos lotes, con cultivares más avanzados, se comenzó el proceso de cosecha, con un rendimiento promedio de 50 qq/ha. Se estimó que el rendimiento promedio sería superior en 10 a 11 qq/ha que el obtenido la campaña anterior, que fue de 76 qq/ha y la producción superaría las 500.000 toneladas.
El girasol, complicado por excesos hídricos, excepto en lotes altos y con acceso donde se pudo reanudar la cosecha.