El Indice de Precios al Consumidor (IPC) subió 6,7% en marzo, el salto mensual más alto de los últimos veinte años. Con el dato informado ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la inflación acumulada en el primer trimestre fue de 16,1% y en los últimos doce meses, del 55,1%.
Los tres rubros que lideraron la suba fueron educación (23,6%), prendas de vestir y calzado (10,9%) y vivienda, agua, electricidad y gas (7,7%). En este último caso, influyeron los aumentos tarifarios instrumentados a nivel nacional y provincial.
Pero el rubro más sensible para la canasta, el de alimentos, presentó un aumento del 7,2%. En este ítem se destacaron el aumento del pan y los cereales; la leche y sus derivados, los huevos, la carne y los dulces y golosinas, precisó el Indec.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, había anticipado el lunes, durante una entrevista televisiva, que la inflación de marzo superaría el 6%. El impacto de la guerra en el Mar Negro sobre los mercados internacionales de commodities le agregó tensión al proceso inflacionario local.
Luego de que el Indec informara los datos de marzo, desde el Palacio de Hacienda señalaron que la inflación “se aceleró impulsada también por el contexto internacional”. En marzo, los precios regulados aumentaron 8,4% y aportaron 1,5 puntos porcentuales de la medición general. Le siguió en importancia el IPC Núcleo, con el 6,4%, en tanto los productos y los servicios estacionales, que registraron un incremento de 6,2%.
La inflación de marzo es la más alta desde 1991. Superó en esa marca a la que se registró en septiembre de 2018, cuando llegó al 6,5% en medio de la crisis cambiaria y financiera del macrismo. Otra marca que batió la suba de precios de marzo fue la interanual: superó el 54% que dejó Mauricio Macri.
Durante la gestión de Alberto Fernández, la inflación más alta hasta ayer había sido la de marzo de 2021, del 4,8%.
La suba de precios fue mayor en la Patagonia (7,4%) y el Noreste (7,2%). Cuyo y del Noroeste cerraron el mes con un aumento de 6,8%. Por su parte, el Area Metropolitana Buenos Aires (compuesta por la Ciudad de Buenos Aires y los partidos del conurbano bonaerense) marcaron un incremento promedio de 6,7%. La región pampeana, que incluye a Santa Fe, experimentó una inflación de 6,6%.
El dato feroz de la inflación oficial venía anticipado de distitnas mediciones del sector privado. Según el índice que mide el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (IPS-Ceso), la inflación de los supermercados subió 6,28% el mes pasado. El aumento fue impulsado por los productos relacionados con la harinas como pastas, galletitas y panificados, en un contexto de fuerte aceleración del precio del trigo a raíz de la crisis provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
El IPS-Ceso, que mensualmente releva alrededor de 9.000 precios de productos online, muestra que la inflación acumulada en la provincia durante los últimos doce meses fue del 56,37%, lo que representa una suba de dos puntos porcentuales en relación a la variación acumulada de febrero.
El costo de la canasta básica rosarina se incrementó un 7,7% en marzo, respecto al mes de febrero, según el último relevamiento realizado por la Usina de Datos UNR. La suba estuvo impulsada fundamentalmente por el aumento del precio del pan, raíces y tubérculos y huevos. El aumento interanual, respecto al costo de la Canasta Básica Alimenticia (CBA) en el mismo mes del año anterior, fue de 47,93%.
Guzmán dijo que la inflación de marzo será la más alta de marzo. Y los primeros datos privados de abril hablan de una desaceleración, aunque no de un freno. El problema radica en que las expectativas de aumentos de precios, alimentadas por y alimentadoras de la inercia inflacionaria, superan ya el 60%, según la encuesta del Banco Central.
El Instituto Argentino de Análisisi Fiscal (Iaraf) advirtió que si se anualiza el dato del primer trimestre, la inflación pasa a ser del 81,3%. “Es vital que esta tasa baje, para evitar expectativas de inflación creciente y pérdidas de poder adquisitivos”, indicó.
Organismos en alerta por la seguridad alimentaria
El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio (OMC) hicieron ayer un llamamiento para una acción coordinada urgente sobre la seguridad alimentaria para ayudar a los países vulnerables.
Los organismos coincidieron en que se incluya el suministro de alimentos de emergencia y el despliegue de apoyo financiero a hogares y países, se facilite el comercio sin trabas y se invierta en la producción sostenible de alimentos y en la seguridad nutricional.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass; la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva; el director ejecutivo del PMA, David Beasley; y el director general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, emitieron una declaración conjunta antes de las Reuniones de Primavera del FMI y el Grupo del Banco Mundial la próxima semana.
“El mundo está sacudido por crisis cada vez mayores; las consecuencias de la guerra en Ucrania se suman a la actual pandemia de Covid-19 que ahora entra en su tercer año, mientras que el cambio climático y el aumento de la fragilidad y los conflictos representan un daño persistente para las personas en todo el mundo“, afirmaron en un llamado a la comunidad internacional para que apoye a los países vulnerables a través de subvenciones para cubrir las necesidades financieras urgentes.
En su declaración, consideraron que “los precios marcadamente más altos de los productos básicos y la escasez de suministros están aumentando la presión sobre los hogares en todo el mundo y empujando a millones más a la pobreza”.
“La amenaza es mayor para los países más pobres”, advirtieron.