El Indice de Precios al Consumidor (IPC) registró un incremento del 5,9 por ciento en septiembre, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Es la cifra más alta desde septiembre del año pasado, cuando llegó al 6,5 por ciento y una de las tres más elevadas que registraron durante la administración de Mauricio Macri.
En medio de la peor recesión económica de 2001, la administración macrista cierra el mandato con la peor tasa de inflación desde 1991.
El IPC acumula un alza del 37,7 por ciento en lo que va de 2019 y de 53,5 por ciento en doce meses. Entre septiembre de 2018 y de 2019, los precios de los bienes minoristas se incrementaron 57,5 por ciento y los de los servicios 46,6 por ciento.
La mayores alzas de septiembre fueron las de prendas de vestir y calzado (9,5 por ciento); salud (8,3 por ciento); bienes y servicios varios (8,2 por ciento); recreación y cultura (7,6 por ciento); equipamiento y mantenimiento del hogar (7,4 por ciento) y comunicación (6,7 por ciento).
Siguieron alimentos y bebidas no alcohólicas (5,7 por ciento); bebidas alcohólicas y tabaco (5,7 por ciento); restaurantes y hoteles (5,2 por ciento); transporte (4,7 por ciento); vivienda, agua, electricidad, gas y otros (2 por ciento) y educación (1 por ciento).
Por regiones, los precios crecieron por encima del nivel nacional en el área del noreste, 6,2 por ciento y la pampeana, que incluye a Santa Fe, 6,1 por ciento.
El gobierno de Macri cerrará su mandato con una inflación superior al 300 por ciento. En tres de sus cuatros años duplicó la tasa de inflación anual que recibió.
Pese a la contundencia de los datos, el Banco Central y el gobierno insisten en decir que la derrota del oficialismo en las Paso de agosto por "cortar" un proceso consolidado de desaceleración inflacionaria. Citan que en marzo el IPC subió 4,7 por ciento y en julio 2,2 por ciento.
Cuatro meses en un período de cuatro años serían, a juicio de la autoridad monetaria, la "prueba" del éxito antiinflacionario que desbarató el voto popular.
En rigor, el gobierno y sus economistas ya habían alucinado con esta misma película después de la instrumentación del primer plan Sandleris, a fines del año pasado. Tras tocar 6,5 por ciento en septiembre de 2018, la inflación experimentó uuna leve moderación hasta marzo, cuando registró otro salto.
Fue en ese momento que el gobierno obtuvo el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) para desviar los recursos que habia prestado para reforzar las reservas, hacia el mercado cambiario. El objetivo era atrasar el dólar y moderar la escalada de precios por hasta las Paso, de modo de mejorar las chances electorales. El plan, como lo adelantaron la gran mayoría de los economistas, era soltar el tipo de cambio luego de las elecciones. Así lo hizo finalmente el Banco Central el lunes siguiente al comicio, cuando convalidó una brutal devaluación. Por eso, es objeto de una investigación judicial.
El contexto de estas maniobras es una inflación que no baja del 2 por ciento desde hace más de un año.
De hecho, la inflación de septiembre es la tercera más alta de la gestión macrista, si se toma en en cuenta la medición de abril de 2016, que fue realizada por consultoras privadas. El IPC subió 7 por ciento.
Lejos de revisarlo, el BCRA va por una reedición de su viejo relato. "En octubre, los indicadores de alta frecuencia muestran que la inflación será significativamente menor a la de septiembre, reflejando que la inflación retomó el proceso de desinflación", dibujaron.
El candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, dijo por Twitter: "El presidente está preocupado porque levanto mi índice al hablar. Pero hay índices que le arruinan la vida a la gente y condenan a millones a la pobreza".
Moody’s prevé más desempleo y menos consumo
La agencia estadounidense Moody’s prevé que el desempleo probablemente seguirá aumentando en 2020 en Argentina, ya que la contracción económica alcanzará su tercer año consecutivo.
También consideró que la alta inflación continuará limitando el poder adquisitivo de los consumidores argentinos el año próximo. “La disminución de las perspectivas de empleo y la alta inflación limitan la capacidad de los consumidores para sacar a la economía de la recesión”, resalta la agencia en su informe.
“En la primera mitad de 2019, los argentinos redujeron el gasto considerablemente, profundizando el malestar económico que comenzó con la crisis financiera de mediados de 2018”, afirma Gersan Zurita, Senior Vice President de Moody’s.
“El debilitamiento del peso y una buena cosecha aumentaron las exportaciones del país, pero esto no fue suficiente para compensar la disminución del consumo. Tras la contracción de 1,7% en 2018, es probable que el PIB total disminuya un 3,8% en 2019 y 2,5% en 2020, marcando tres años consecutivos de recesión”, dijo.